SEMINARIO ABIERTO de ESCATOLOGÍA BÍBLICA-REFORMADA (Charlas - TopicsExpress



          

SEMINARIO ABIERTO de ESCATOLOGÍA BÍBLICA-REFORMADA (Charlas presenciales Quito, 11 Septiembre 2013) ESCATOLOGÍA del APOSTOL PEDRO Lectura devocional: Salmo 125 (RVA) 1 Cántico gradual. LOS que confían en Jehová Son como el monte de Sión que no deslizará: estará para siempre. 2 Como Jerusalem tiene montes alrededor de ella, Así Jehová alrededor de su pueblo Desde ahora y para siempre. 3 Porque no reposará la vara de la impiedad sobre la suerte de los justos; Porque no extiendan los justos sus manos á la iniquidad. 4 Haz bien, oh Jehová, á los buenos, Y á los que son rectos en sus corazones. 5 Mas á los que se apartan tras sus perversidades, Jehová los llevará con los que obran iniquidad: Y paz sea sobre Israel. Oración Prólogo introductorio a la clase: Lect.1ª Pedro cap.1 (completo)- 1) Se hace muy necesario a causa de los tiempos que vivimos, peligrosos, confusos y apóstatas, insistir en la “perennidad de las Escrituras”;- y con ello, en la “perennidad de la doctrina apostólica.” 2) Al tomar lectura directa de las “pedrinas” de inmediato comprobaremos (como ocurre asimismo con las “pastorales de Pablo”) que entra en conflicto con el “pensar” (y el sentir) del cristianismo religioso de nuestros días. Y esto es una realidad indistintamente la confesionalidad o el denominacionalismo repartido y extendido por las diversas naciones. Aún, en denominaciones que en un tiempo atrás, incluso no muy distante de nosotros, fueron luces y faros de testimonio fiel y mártir en un contexto de densas tinieblas y oscuridad mundana e infernal. 3) Hoy, sucumben atrapadas en el espíritu del mundo materialista racionalista e incrédulo. En negación de principios bíblicos cristianos y en apostasías y traiciones terriblemente blasfemas y anticristo. Y apostasía y traición, que lo es ya, desde su misma base: la Biblia. La Biblia es traicionada. 4) Para los apóstatas, la Biblia no es la absoluta Palabra de Dios. La Biblia contiene errores (afirman contundentemente). La Biblia no encaja en este era científica, digital, computarizada, racionalista, pragmática y amoral, y, a la vez éticamente relativista. Es el registro de mistos religiosos de la antigüedad de un pueblo- Israel- o de las tribus de los hebreos (si se prefiere más exactitud cronológico-histórica acerca de los orígenes). Es, (refiriéndose ya al Nuevo Testamento) la idealización hecha por los discípulos entusiastas o fanáticos exaltados. Y así, en consecuencia, ellos, concluyen dogmáticamente: sus máximas o enseñanzas son tan sólo “ideas moralizantes de la antigüedad religiosa” inservibles hoy, o como a lo sumo, útiles para caracteres débiles y manipulables o cuando no , defectuosos psíquicamente. 5) ¿Cuál es nuestro posicionamiento?- ¿Estamos en debilidad de fe frente a estos cuestionamientos?- ¿Posiblemente permanecemos en la fe inicial, pero esta, está muy confusa en un mezcla de dudas y malas hierbas de mundanalidad e ideas racionalistas y opuestas a los postulados de la doctrina del Mesías y de sus Apóstoles. Una fe que se corrompe en la mezcla q ue el propio Mesías señaló como “la cizaña” sembrada en la tierra que simboliza de nuestro corazón. INTRODUCCIÓN (al estudio de las pedrinas) • Palabras de Lutero a modo introductorio acerca de las epístolas de Pedro que nos son necesarias tener en cuenta para valorar qué mensaje es el que recibimos con ellas: Comentario a las epístolas 1ª y 2ª de Pedro de Martín Lutero “Antes de empezar con la epístola de san Pedro, son precisas algunas palabras a modo de instrucción. Hay que saber cómo considerar esta epístola a la vez que obtener una adecuada comprensión de la misma. En primer lugar, hay que tener en cuenta que todos los apóstoles enseñan siempre una y la misma doctrina y que es incorrecto hablar de cuatro evangelistas y cuatro evangelios. Todo cuanto escribieron los apóstoles no es más que un solo Evangelio, no significando la palabra otra cosa que sermón o narración relativa a la gracia y misericordia de Dios merecida y adquirida a través de la muerte del Señor Jesucristo. De hecho, el Evangelio no es aquello que encontramos en los libros ni lo escrito con las letras del alfabeto, sino un sermón oral y una Palabra viva, una voz que resuena a través del mundo y proclamada públicamente a fin de ser oída en todas partes. Por tanto, no es un código de leyes relativas a enseñanzas sanas tal como se consideró en el pasado. No nos dice que realicemos buenas obras para ser piadosos, sino que nos anuncia la gracia de Dios concedida gratuitamente y sin intervención de ningún mérito por nuestra parte, afirma que Cristo se puso en nuestro lugar para dar satisfacción por nuestros pecados, que los suprimió y que sólo Él nos hace piadosos y nos salva a través de su obra. Por tanto, quien predique estas verdades y escriba acerca de ellas, enseña el verdadero Evangelio tal como hicieron los apóstoles, en especial san Pablo y san Pedro en sus respectivas epístolas. De ahí que lo que se predique acerca de Cristo es uno y el único Evangelio aunque cada redactor le aplique su propio estilo literario. La discusión puede ser larga o corta, presentarse de forma breve o prolongada, pero siempre que se hable de Cristo como nuestro Salvador y se establezca que somos justificados y salvados por la fe en Él sin intervención de nuestras obras constituirá una sola Palabra y un único Evangelio, del mismo modo que hay una sola fe y un único bautismo (Ef. 4:5) en toda la cristiandad. Así, un apóstol registra lo mismo que aparece en los escritos del otro, sin embargo, los que afirman con mayor frecuencia y por encima de todo que nada sino la fe en Cristo justifica, son los mejores evangelistas. De ahí que las epístolas de san Pablo constituyan el Evangelio en mayor grado que los escritos de Mateo, Marcos y Lucas. En especial este último que se limita a relatar la historia de los hechos y milagros de Cristo. Sin embargo, ninguno de ellos hace hincapié tan esforzadamente en la gracia que tenemos a través de Cristo como san Pablo, en especial en su epístola a los Romanos. Pero dado que se atribuye un mayor valor a las palabras de Cristo que a sus obras y hechos —y si hemos de inclinarnos a favor de unas o de otros, sería mejor prescindir de las obras y la historia que de las palabras y de la doctrina—, en conciencia, deben ser tenidos en mayor estima los libros que se centran en las palabras y enseñanzas de Cristo. Incluso aunque no se hubieran producido sus milagros o no supiéramos nada acerca de ellos, sus palabras serían suficientes para nosotros. Sin ellas no tendríamos vida.” Por ello, esta epístola de san Pablo es uno de los libros más nobles del Nuevo Testamento, comunica el auténtico y puro Evangelio. San Pedro hace lo mismo que san Pablo y todos los evangelistas: enseñar la verdadera fe y afirmar que Cristo nos fue dado para eliminar nuestros pecados y salvarnos. Esta base os dará la capacidad de discernir entre los libros y doctrinas, lo que es o no es el Evangelio. De ahí que todo cuanto se escriba o se predique desacorde con esta condición, libremente podréis juzgarlo como falso no importa cuán atractiva sea su imagen. Todos los cristianos poseen el poder de juzgar, no únicamente los papas o los concilios que se atribuyen en exclusiva ser sólo ellos los que determinen sobre la doctrina. Sea esto suficiente como prefacio, oigamos la epístola. 1) Genuinidad y autenticidad es la necesidad apremiante en nuestros días. Más, si nos acercamos a la consideración de la escatología. A la consideración de los juicios de Dios. O a la meditación de la muerte y del estado eterno en que quedan las criaturas humanas o angélicas después de la sentencia del tribunal divino en el juicio universal y final. Necesitamos comprobar la genuinidad o autenticidad de lo que somos ante Dios. Y Pedro (como Pablo nos enseña también en sus pastorales) es lo que nos enseña en sus epístolas. Genuinidad de llamamiento divino- genuinidad en cuanto al discernimiento del auténtico pueblo de Dios o auténtica iglesia,- genuinidad en cuanto a que formamos parte de ella;- la genuinidad del testimonio apostólico y de auténticos ministerios y las señales o evidencias de la genuinidad de vida cristiana; en lo particular, en lo familiar, en social y en la conducta fraternal dentro de la congregación cristiana. Con Pedro, en estas epístolas, no podremos eludir a nuestra conciencia, su dedo profético-apostólico diferenciador de cristianismo falso y de verdadero. De lo aparente, religioso, diferenciado de lo auténtico y aprobado. Recordemos que Pedro vivió en actitud escatológica, y ese es el auténtico vivir de la fe cristiana. Pedro, tuvo el sello y signo visible de genuinidad. En todas las áreas. 2) Es necesario e ineludible enfatizar en el contexto histórico: Al acercarnos a las epístolas de este apóstol, hemos de tener bien presente, que Pedro, cuando escribe estas “homilías de forma epistolar”, ya tiene y ha vivido una gran experiencia personal- ministerial- y eclesial, pasando del discipulado al apostolado- y junto con el apostolado el pastorado en la primera comunidad que fue la iglesia de Jerusalén. Conoció personalmente en la carne al Mesías, y junto con los reunidos, también conoció la venida del Espíritu Santo en el Pentecostés. Vivió la extensión de la comunidad con la conversión de distintas etnias, la persecución, y los primeros mártires; la extensión y esparcimiento de la Iglesia…este, hombre de Dios y apóstol de su Hijo, es el que escribió estas dos epístolas. Aquí escribe él, y conoceremos su propio mensaje y enseñanza en su lectura y estudio; - Hasta ahora, sólo sabíamos de él por los demás, por los evangelios, por los Hechos Apostólicos y por medio de Pablo en su carta a los Gálatas. 3) Las epístolas de Pedro son el testimonio, o, “memoria permanente” de “la verdad presente”, o sea, el anuncio del Evangelio del Mesías y la continuidad de su enseñanza. (Muy importante: 1ª cap.1: 10-12,22-25;- 2ª 1: 12-18- 4) Debemos tener en cuenta y no olvidar en el estudio de está epístola, que Pedro es un discípulo apóstol que ha pasado por la experiencia de la restauración- y…qué significado tiene esto para nosotros, y para la Iglesia de hoy? 5) Nada hay en la literatura del apóstol Pedro de una escatología milenarista terrenal. Ni pre-milenial.- o post-milenial, pre-milenialisla-dispensacionalista. Muy importante esto: no habla de restauración tanto de Israel como del Templo. No habla del reino terrenal de Cristo aquí en esta tierra ni en medio de este orden bajo el sol- Lo que él nos presenta es acerca de “esperanza viva reservada en los cielos” (comprobar: Mt.5:12,19,29- Jn.14:1-5;- Comentario a 1ª P.1:1-5 6) El verdadero cristianismo, el pueblo elegido, está llamado a pasar “tribulación”. Y esto no es exclusivo a la era final. Hay que diferenciar la tribulación (o prueba) que ha de tener el mundo entero como juicio de Dios, de la tribulación que pasa el pueblo elegido por su fidelidad al Cordero. Acontecimiento que experimenta la Iglesia verdadera durante toda la era de la gracia, de la Iglesia o era mesiánica del evangelio durante todas las generaciones hasta el día del fin. Véase: Jn.15:18-20; 16:1-3 Apoc.3:10, caq.12- El contexto histórico de la pedrinas, en el decir de eruditos y comentaristas critico-históricos no es propiamente aún, la gran persecución, generalizada contra toda la Iglesia por el Poder o Estado Romano. Pero si, es persecución local y también personal y en distintas áreas y que no olvidemos se inició ya desde Jerusalén. La sociedad, autoridades locales, familiares y amigos son la oposición directa a los creyentes, y en realidad, en todos los tiempos y países donde llegó el evangelio. Pedro, hace mucho énfasis en la tribulación personal del creyente. Anotemos re afirmativamente: de los verdaderos creyentes- los genuinos hijos de Dios, de los auténticos discípulos del Mesías, el cordero de Dios que vino a quitar el pecado del mundo (véase: caps. 3 y 4).
Posted on: Sun, 15 Sep 2013 01:20:02 +0000

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