SEÑOR PRESIDENTE HUMALA PARA EVITAR Y RESOLVER LOS PROBLEMAS QUE - TopicsExpress



          

SEÑOR PRESIDENTE HUMALA PARA EVITAR Y RESOLVER LOS PROBLEMAS QUE HOY AFRONTA SU GOBIERNO SE NECESITA UNA NUEVA CONSTITUCIÓN. CONVOQUE A LOS COLEGIOS PROFESIONALES PARA QUE REDACTEN EL PROYECTO RESPECTIVO. Aquí le adjunto las razones y el cómo.RAZONES PARA UNA NUEVA CONSTITUCIÓN PERUANA 16 de febrero de 2013 a la(s) 18:24 Cuando una institución cualquiera no “camina” puede deberse a que su Estatuto no se cumple, necesita mejoras o debe cambiarse totalmente, y el Estatuto de un país es su Constitución. De la lectura de la nuestra y conociendo la realidad nacional deduzco que “no va” con el desarrollo que Perú merece porque además de obsoleta y regresionista, es una suerte de Celestina para que nuestro país permanezca estancado o se retrase más porque vivimos en una época en la que avanzar es una urgente necesidad por el formidable adelanto cotidiano de la ciencia y la tecnología que están haciendo posible que la brecha entre países desarrollados y pobres se torne cada día más amplia y más profunda. La prueba de nuestro retraso es la pobreza que aquí se genera por una mala educación, salud, justicia y falta de trabajo y seguridad, para empezar. Y si nuestro objetivo es tener una mejor Constitución es buieno aprovechar la experiencia de las naciones más desarroladas del mundo porque lo bueno se aprende e imita y con mayor razón si es para bien de toda una nación. La historia de la humanidad está colmada de lecciones hermosas y positivas que los países en vías de desarrollo como el Perú deben aprovechar renunciando al siempre discutible nacionalismo. Pero eso no se hizo aquí posiblemente porque la incompetencia, irresponsabilidad o siniestros intereses de nuestros gobernantes y representantes prevalecieron. Por eso no avanzamos y se nos consuela diciendo que “crecemos”, claro, porque se está rematando y subastando nuestros recursos naturales que cuando se agoten, si no hay un cambio racional ahora, será el holocausto. Las naciones más desarrolladas del mundo siempre fueron gobernadas por ciudadanos capaces, honorables, serviciales y patriotas, regidos por constituciones perdurables y con artículos que permitían que todos los ciudadanos pudieran llegar al gobierno para convertirse en pioneros del desarrollo. La Constitución de los Estados Unidos, por ejemplo, tiene más de 200 años y fue redactada por hombres con las cualidades aludidas bajo el comando del gran Thomas Jefferson, teniéndose en cuenta únicamente el interés nacional. De no ser por ellos hoy hablaríamos de una nación pobre, subdesarrollada, saqueada, endeudada e integrada mayormente por seres humanos pauperizados e infelices como el Perú actual; a despecho de las ingentes riquezas naturales que poseemos. Leer nuestra historia avergüenza y desengaña. Hemos tenido catorce Constituciones, posiblemente porque los gobernantes huérfanos de patriotismo, hicieron una a su medida para eternizarse en el poder, lucrar, tener una ciudadanía sojuzgada y manejable y soslayando irresponsablemente el rol social del Estado. Nos impusieron una “institucionalidad” y “estado del derecho” que impedía la insurgencia de los movimientos progresistas, sin importar para nada el real avance del país y eso aún se continúa dando porque cada vez se pone más trabas para la inscripción de los nuevos grupos políticos a sabiendas que los tradicionales son los responsables directos de la desdicha del Perú. Personajes conocidos como “demócratas” sólo fueron ciudadanos respetables que a su estilo también avasallaron a la ciudadanía y sin resolver integralmente sus crónicos problemas como: educación, salud, justicia y seguridad. En cuanta conflagración bélica hemos participado casi siempre nos tocó la peor parte por la desidia, imprevisión e incompetencia de nuestros gobernantes, marcadas solo por honrosas y ejemplares actitudes de heroísmo como las de Grau y Bolognesi. Hemos perdido gran parte de nuestro territorio como posiblemente hoy sigue ocurriendo por la torpeza e ingenuidad de nuestras autoridades. Hoy, en vez de ser un país próspero, habitado por seres humanos felices, que debe ser la aspiración de todo buen gobernante y porque tenemos mucho para hacerlo realidad, somos un país con una población de la cual más del 50% es pobre y alrededor del 25% extremadamente pobre, con una caja fiscal endeble que no atiende debidamente a la ciudadanía ni abona haberes dignos a los trabajadores del Estado como maestros, médicos y policías, porque no se hace una administración científica del Estado pues la improvisación sigue vigente. Claro que el favoritismo también porque se paga “fuerte” a los mercantilistas que buscan el poder para acumular fortuna personal aunque no estén debidamente capacitados para ejercer los cargos como también a los funcionarios “talentosos” y ”eminentes” que desempeñan el triste papel de frenos rentados del país. A pesar que la empresa privada nacional cumple un importante rol social porque es la más importante fuente de puestos de trabajo permanente, aportes al Estado y sanas divisas no se la atiende como en otras latitudes Nuestras leyes por improvisadas son cambiantes y la desconfianza es una constante entre nuestros empresarios quienes seguro que por eso temen poner en planilla a sus trabajadores, lo cual será razón para que mañana, si no hay un cambio racional ahora, estaremos colmados de ancianos carentes de seguridad social que tendrán que elegir entre la mendicidad o el suicidio y todo a pesar que el primer artículo de nuestra Constitución expresa que ES LA PERSONA HUMANA EL FIN SUPREMO DEL ESTADO Aquí lamentablemente los ingresos del Estado provienen fundamentalmente de los préstamos internacionales y del alza del precio de la gasolina y servicios esenciales, lo cual esclaviza al país y atenta rudamente contra la economía popular. En vez de tratar a nuestras empresas como amigos, el gobierno central y municipios son sus inquisidores y verdugos y las atormentan y agravian inmisericordemente y de diversas formas: fuertes cobros por licencia de funcionamiento, altas tarifas de servicios esenciales, cobros indebidos y abusivos por publicidad, demanda de coimas, clausura de locales, multas, embargos y remates de sus equipos y retención de sus fondos bancarios. Y siempre con las amenazas de hacerlo público para malograrles su crédito. Por eso quiebran o ven incrementados sus costos y pierden capacidad de competir con las empresas extranjeras que resultaron harto favorecidas con los TLCs. que indiscriminadamente se siguen concretando. A parte de eso se tolera el contrabando y favorece a los monopolios lo cual constituye un grave atentado y competencia desleal para las empresas nacionales. No se les brinda asesoría, ayuda técnica y crediticia, ni busca mercados para sus productos, tal como se hace en las naciones realmente prósperas. Las únicas que preocupan a los gobiernos son las que financian sus campañas electorales y las de los amigos del régimen. Se les favorece de diversas formas como es el caso de las obras públicas y otros servicios. También se apoya a las transnacionales con las que se concreta acuerdos discutibles, concediéndoles inmerecidos privilegios, incluso a veces no pagar impuestos. A las grandes empresas, que tienen fervorosos defensores en el Congreso de la República se les permite incluso pagar impuestos mediante innecesarios canjes, lo cual no se permite a las pequeñas. Aquí prácticamente la corrupción está oficializada por causa de una discutible y singular legislación que tenemos y que permite que luego de algunos años automáticamente prescriban los delitos de los funcionarios públicos que asaltan las arcas fiscales y aún puedan volver a postular. Vivimos tal estado de frustración que consideramos natural que la miseria y la desesperación se ensañen con nosotros cotidianamente, en tanto que en las naciones desarrolladas la gente disfruta porque trabaja, el gobierno se preocupa por la educación, la salud y la seguridad no solo de los nacionales sino también de los extranjeros. Y eso aquí solo será posible con una nueva Constitución que garantice los derechos de todos y cuando tengamos en el gobierno a nuestros mejores ciudadanos. Por eso también la población busca depender del Estado, los empresarios como clientes y los desocupados y mal pagados como empleados, lo cual es contraproducente y dura carga para el Estado Aquí mayormente se hace política para el lucro personal, subsistir, pero no para servir al país. En las elecciones generales, municipales y últimamente regionales, en vez de gobernantes y representantes, elegimos –con raras excepciones- asaltantes, lo cual no ocurre en las naciones desarrolladas porque la gente puede seleccionar y elegir bien a sus autoridades y mayormente se despreocupa de la política porque atienden sus empresas o trabajan para alguna donde ganan bien porque están capacitados para trabajar. Pero aquí se nos obliga a votar sin duda para salvar apariencias y justificar pírricos e inmerecidos triunfos que se logran en campañas electorales antidemocráticas y desiguales porque no todos los candidatos cuentan con las mismas facilidades para publicitarse y a los “elegidos” todavía tenemos que respetar y soportar durante varios años aunque arruinen al país y para colmo disfrutan de inmerecidos privilegios y hasta de una harto discutible inmunidad. El trabajador más simple del Congreso de la República que siempre es del partido del gobierno o amigo del mismo, gana más que un rector de Universidad Estatal, según lo denunció un destacado congresista y en la Navidad gobiernistas, congresistas y altos funcionarios reciben abultadas sumas de dinero que constituyen un insulto a la gente humilde, mientras que a maestros, médicos y policías les llega sumas irrisorias. Nuestros gobernantes y representantes al Congreso no son ciudadanos debidamente seleccionados. No se les exige documentos que acrediten que son personas competentes, honorables y patriotas. Ni la Constitución ni la Ley Electoral demandan requisitos especiales a los candidatos y a pesar de eso los congresistas se hacen llamar los “Padres de la Patria”, lo cual parece temerario porque si bien los últimos tiempos llegaron al Congreso de la República ciudadanos honorables que anhelaron hacer patria, al parecer la mayoría fueron desempleados que vieron la política como una formidable manera de acumular fortuna y al conseguirla de incendiarios y pseudo revoluciones que ayer fueron,los exorbitantes sueldos que ellos mismos se auto asignan los convierte en conservadores y fieles defensores el ominoso orden de cosas que antes detestaban. De gobernantes y representantes con esas cualidades nada bueno podemos esperar para el país porque a parte de mercantilistas a ultranza a ellos el hambre no les atormenta como a la mayoría y es natural que no tengan prisa alguna para resolver integralmente los problemas de la población limitándose a coincidir con el gobierno de turno cuando solo prescribe paliativos y calmantes para nuestros crónicos problemas, o ejerciendo un paternalismo que linda con el cumplido y la hipocresía,con tal de no dar solución integral a los crónicos problemas que afligen a la población. esto confirma que siempre la burla a la ciudadanía fue una constante durante todo nuestra historia y se vio favorecida por el bajo nivel cultural de la población y por eso terminaron elegidos falsos defensores y representantes, se desconoció los delitos que cometían en el ejercicio de sus funciones, y creer a cierta prensa desinformadora y mercantilista que nos decía que estábamos en el mejor de los mundos.Nuestros gobernantes cuando fueron candidatos nos dijeron que luchaban por la justicia social, contra la pobreza, el abuso y la discriminación y siempre acabaron defraudándonos. Sus ofrecimientos fueron solo infalibles instrumentos de campaña electoral. El fracaso de su gestión, atribuyeron a instituciones y hasta a ciudadanos extranjeros, a pesar que siempre apelaron a la denigrante conducta de pedirles dinero prestado, que les sirvió fundamentalmente para el derroche y enriquecimiento ilícito. Por eso hoy nuestra deuda externa es prácticamente impagable. Aquí nadie fiscaliza cabalmente. El Congreso, la institución fiscalizadora por excelencia no cumple su función y casi siempre se limita a ser cómplice de los gobiernos de turno con más razón si la mayoría es gobiernista y de no ser así se concretan “acuerdos multipartidarios” con el pretexto de “salvar la democracia”, aunque solo sea para compartir “honores” y ocultar errores y delitos, y para auto asignarse sueldos inmerecidos y exorbitantes. La Contraloría General de la República, casi siempre está a cargo de amigos del Partido de gobierno. La prensa, salvo muy contadas y honrosas excepciones, permanece cautiva del régimen merced a los contratos de publicidad estatal, o porque pertenece a los amigos del gobierno. En ambos casos se atenta contra la libertad de expresión y la ciudadanía permanece desinformada o en silencio porque carece de los medios económicos necesarios para hacerse escuchar. Y para colmo el DEFENSOR DEL PUEBLO que no es elegido por el pueblo sino por el Congreso de la República, con muy raras excepciones es un personaje mediatizado y frio, posiblemente para mantener su exorbitante y también envidiable sueldo. Nuestros gobernantes y representante casi siempre tuvieron complejo de mono porque cuando tuvieron que abordar los problemas sociales se fueron por las ramas. Se esmeraron en resolver asuntos secundarios descuidando los más apremiantes. La gente quiere trabajo, por ejemplo y se pretende resolver el problema del techo propio de unos pocos con lo cual resultan favorecidas las empresas constructoras y los bancos porque los precarios sueldos que reciben los trabajadores no les permite cancelar sus deudas, Los precarios sueldos que reciben los trabajadores no les permitirá pagar sus deudas y es inminente el riesgo que los bancos prestamistas embargue sus bienes o los de sus garantes, en complicidad con el gobierno, que si bien no ayuda a los pobres, a las grandes empresas como los bancos les brinda toda clase de facilidades y hasta dinero cuando se dice que están en falencia. Se afirma que la situación económica del país mejora porque los supermercados venden más, pero eso se produce por las millonarias campañas que realizan y los precios temporalmente bajan como todo monopolio, hasta que se arruinen los pequeños comerciantes. Son los viejos argumentos de quienes buscan el poder con siniestros fines sin importarles para nada la vida de la gente, pues seguimos siendo tratados como simples animales de laboratorio para que ensayen sus siniestras e improvisadas teorías. Los congresistas modifican la Constitución casi siempre para consumar sus granjerías pero no en función del interés social, a pesar que no fueron elegidos para eso y que tampoco son los ciudadanos calificados que el caso lo demanda. El jefe del régimen conocido como el “de la corrupción” manifestó que tendríamos la mejor educación de América Latina y quien le sucedió luego nos dijo que le agradaría ser recordado como el PRESIDENTE DE LA EDUCACIÓN y sin embargo aquí la educación continua siendo una cenicienta. Si los padres de familia no tienen dinero sus hijos no van al colegio, ante la total indiferencia del gobierno. Hay temporadas en que nuestras universidades estatales están a punto de suspender las clases por falta de recursos y sin embargo se dice que crecemos, que somos la envidia de la región y que es inminente nuestro ingreso al primer mundo. Y a pesar de todo y con el pretexto de libre información algunos medios informativos continúen haciendo tabla rasa de la moral pública, atentando criminalmente contra nuestros niños y jóvenes, a pesar que se nos ofreció combatir la obscenidad. Aquí la corrupción está prácticamente oficializada porque los delitos económicos que cometen nuestros malos gobernantes prescriben luego de algunos años. Mientras un humilde ciudadano va a la cárcel varios años por hurtar minucias, de donde sale arruinado física y moralmente, un gobernante que hurta millones al Estado y perjudica a toda la nación se va al extranjero, el asilo político le protege, el tiempo lo declara inocente y vuelve a postular, lo cual demuestra que Perú es un país donde abundan los inocentes presos y los delincuentes libres a causa mayormente de una muy discutible autonomía que disfruta el Poder Judicial convertido hoy en la entidad pública más corrupta del país y donde la política no es una fuente de servicios a la comunidad sino una forma grotesca de hacer fortuna con el dinero del Estado. ESTAS RAZONES QUE SON VERDADES INCONTRASTABLES DEMUESTRAN QUE Perú, nuestra amada patria es un paciente, un enfermo muy triste a pesar que tiene todo lo necesario para sanarse y ser feliz a excepción de hijos buenos y agradecidos. Por eso afirmo con una mezcla de patriotismo y esperanza que aún estamos a tiempo de enrumbarlo por la senda del progreso y que también haga posible la felicidad de todos los peruanos y eso supone y demanda con suprema urgencia una nueva Constitución. UNA CONSTITUCIÓN QUE GARANTICE: -Que los peruanos nacerán, vivirán y morirán con dignidad. -Que los derechos de todos los peruanos serán respetados y que asegure que el Estado cumplirá su rol social. Que exija requisitos muy especiales a los candidatos a la función pública desde concejal hasta Presidente de la Nación, como pasom gfundamental para implementar l a administración científica del Estado. Que todos los candidatos tendrán las mismas facilidades para publicitarse. Que obligue a los gobiernos salientes a rendir cuentas claras a los entrantes y se imponga las más drásticas sanciones a los que delincan en el ejercicio de la función pública. Que la improvisación, incapacidad y deshonestidad jamás tendrán cabida en la función pública. Que la libertad, justicia y posibilidad de hacer empresa esté al alcance de todos los peruanos. Que el Estado se hará cargo de la educación de todos los estudiantes pobres del país hasta capacitarlos debidamente para el trabajo, y por supuesto que eso tendrá que reglamentarse (Revolución Educativa). Que se apoyará permanentemente a las empresas nacionales brindándoles de manera especial a las pequeñas ayuda técnica y crediticia, asesoría permanente, búsqueda de mercados para sus productos y fomento de la unión entre las mismas en opro de la ayuda mutua. Que nos haga olvidar las precariedades de ayer y hoy y que nos asegure que nunca más veremos hombres disputando la basura con los perros , niños sin colegio o durmiéndose en el aula por la desnutrición, sin lo necesario para estudiar o pidiendo limosna en la calles, a nuestros jóvenes abandonando el país en busca de trabajo y ancianos abandonados a su suerte y al borde del suicidio, que nuestras niñas se prostituyan y la delincuencia, drogadicción e inseguridad se incrementan. Que nos permita cautelar y explotar nuestros recursos naturales en las mejores condiciones y fundamentalmente preservando el medio ambiento y protegiendo nuestra agricultura. Que asegure una lucha frontal contra la corrupción en todas sus manifestaciones y que se sancionará con la máxima severidad y ejemplarmente a los funcionarios públicos que delincan y a los jueces corruptos y prevaricadores, y se los inhabilite de por vida para desempeñarse en la función pública . Que todos seremos iguales ante la ley y que se eliminará toda inmunidad en los ciudadanos y la autonomía en las entidades públicas sin excepción alguna. Que ha llegado el momento de construir una patria grande, próspera y respetable, aquella que soñaron Grau y Bolognesi y por la que gustosos ofrendaron sus preciadas vidas. Pero la nueva Carta Magna debe ser singular, realista y no una réplica de las anteriores y por eso el Proyecto de la misma debe ser obra de profesionales de indiscutible valía que no sean los señores congresistas para evitar el partidarismo político que ha resultado negativo para el país, sino de delegados elegidos por votación universal en todos los colegios profesionales del país quienes TENDRÁN QUE SER CONVOCADOS A UN GRAN EVENTO ALUSIVO. En el mencionado Proyecto volcarán el fruto de su experiencia y sabiduría y darán testimonio de su acrisolado patriotismo con la sola y noble intensión de hacer patria. Tal proyecto al ser llevado a referéndum se convertirá en la nueva Constitución que indudablemente será un instrumento efectivo y valioso para concretar nuestro siempre anhelado desarrollo nacional y el bienestar real y permanente de los peruanos de hoy y siempre. VIVA EL PERÜ!!!!!RAZONES PARA UNA NUEVA CONSTITUCIÓN PERUANA 16 de febrero de 2013 a la(s) 18:24 Cuando una institución cualquiera no “camina” puede deberse a que su Estatuto no se cumple, necesita mejoras o debe cambiarse totalmente, y el Estatuto de un país es su Constitución. De la lectura de la nuestra y conociendo la realidad nacional deduzco que “no va” con el desarrollo que Perú merece porque además de obsoleta y regresionista, es una suerte de Celestina para que nuestro país permanezca estancado o se retrase más porque vivimos en una época en la que avanzar es una urgente necesidad por el formidable adelanto cotidiano de la ciencia y la tecnología que están haciendo posible que la brecha entre países desarrollados y pobres se torne cada día más amplia y más profunda. La prueba de nuestro retraso es la pobreza que aquí se genera por una mala educación, salud, justicia y falta de trabajo y seguridad, para empezar. Y si nuestro objetivo es tener una mejor Constitución es buieno aprovechar la experiencia de las naciones más desarroladas del mundo porque lo bueno se aprende e imita y con mayor razón si es para bien de toda una nación. La historia de la humanidad está colmada de lecciones hermosas y positivas que los países en vías de desarrollo como el Perú deben aprovechar renunciando al siempre discutible nacionalismo. Pero eso no se hizo aquí posiblemente porque la incompetencia, irresponsabilidad o siniestros intereses de nuestros gobernantes y representantes prevalecieron. Por eso no avanzamos y se nos consuela diciendo que “crecemos”, claro, porque se está rematando y subastando nuestros recursos naturales que cuando se agoten, si no hay un cambio racional ahora, será el holocausto. Las naciones más desarrolladas del mundo siempre fueron gobernadas por ciudadanos capaces, honorables, serviciales y patriotas, regidos por constituciones perdurables y con artículos que permitían que todos los ciudadanos pudieran llegar al gobierno para convertirse en pioneros del desarrollo. La Constitución de los Estados Unidos, por ejemplo, tiene más de 200 años y fue redactada por hombres con las cualidades aludidas bajo el comando del gran Thomas Jefferson, teniéndose en cuenta únicamente el interés nacional. De no ser por ellos hoy hablaríamos de una nación pobre, subdesarrollada, saqueada, endeudada e integrada mayormente por seres humanos pauperizados e infelices como el Perú actual; a despecho de las ingentes riquezas naturales que poseemos. Leer nuestra historia avergüenza y desengaña. Hemos tenido catorce Constituciones, posiblemente porque los gobernantes huérfanos de patriotismo, hicieron una a su medida para eternizarse en el poder, lucrar, tener una ciudadanía sojuzgada y manejable y soslayando irresponsablemente el rol social del Estado. Nos impusieron una “institucionalidad” y “estado del derecho” que impedía la insurgencia de los movimientos progresistas, sin importar para nada el real avance del país y eso aún se continúa dando porque cada vez se pone más trabas para la inscripción de los nuevos grupos políticos a sabiendas que los tradicionales son los responsables directos de la desdicha del Perú. Personajes conocidos como “demócratas” sólo fueron ciudadanos respetables que a su estilo también avasallaron a la ciudadanía y sin resolver integralmente sus crónicos problemas como: educación, salud, justicia y seguridad. En cuanta conflagración bélica hemos participado casi siempre nos tocó la peor parte por la desidia, imprevisión e incompetencia de nuestros gobernantes, marcadas solo por honrosas y ejemplares actitudes de heroísmo como las de Grau y Bolognesi. Hemos perdido gran parte de nuestro territorio como posiblemente hoy sigue ocurriendo por la torpeza e ingenuidad de nuestras autoridades. Hoy, en vez de ser un país próspero, habitado por seres humanos felices, que debe ser la aspiración de todo buen gobernante y porque tenemos mucho para hacerlo realidad, somos un país con una población de la cual más del 50% es pobre y alrededor del 25% extremadamente pobre, con una caja fiscal endeble que no atiende debidamente a la ciudadanía ni abona haberes dignos a los trabajadores del Estado como maestros, médicos y policías, porque no se hace una administración científica del Estado pues la improvisación sigue vigente. Claro que el favoritismo también porque se paga “fuerte” a los mercantilistas que buscan el poder para acumular fortuna personal aunque no estén debidamente capacitados para ejercer los cargos como también a los funcionarios “talentosos” y ”eminentes” que desempeñan el triste papel de frenos rentados del país. A pesar que la empresa privada nacional cumple un importante rol social porque es la más importante fuente de puestos de trabajo permanente, aportes al Estado y sanas divisas no se la atiende como en otras latitudes Nuestras leyes por improvisadas son cambiantes y la desconfianza es una constante entre nuestros empresarios quienes seguro que por eso temen poner en planilla a sus trabajadores, lo cual será razón para que mañana, si no hay un cambio racional ahora, estaremos colmados de ancianos carentes de seguridad social que tendrán que elegir entre la mendicidad o el suicidio y todo a pesar que el primer artículo de nuestra Constitución expresa que ES LA PERSONA HUMANA EL FIN SUPREMO DEL ESTADO Aquí lamentablemente los ingresos del Estado provienen fundamentalmente de los préstamos internacionales y del alza del precio de la gasolina y servicios esenciales, lo cual esclaviza al país y atenta rudamente contra la economía popular. En vez de tratar a nuestras empresas como amigos, el gobierno central y municipios son sus inquisidores y verdugos y las atormentan y agravian inmisericordemente y de diversas formas: fuertes cobros por licencia de funcionamiento, altas tarifas de servicios esenciales, cobros indebidos y abusivos por publicidad, demanda de coimas, clausura de locales, multas, embargos y remates de sus equipos y retención de sus fondos bancarios. Y siempre con las amenazas de hacerlo público para malograrles su crédito. Por eso quiebran o ven incrementados sus costos y pierden capacidad de competir con las empresas extranjeras que resultaron harto favorecidas con los TLCs. que indiscriminadamente se siguen concretando. A parte de eso se tolera el contrabando y favorece a los monopolios lo cual constituye un grave atentado y competencia desleal para las empresas nacionales. No se les brinda asesoría, ayuda técnica y crediticia, ni busca mercados para sus productos, tal como se hace en las naciones realmente prósperas. Las únicas que preocupan a los gobiernos son las que financian sus campañas electorales y las de los amigos del régimen. Se les favorece de diversas formas como es el caso de las obras públicas y otros servicios. También se apoya a las transnacionales con las que se concreta acuerdos discutibles, concediéndoles inmerecidos privilegios, incluso a veces no pagar impuestos. A las grandes empresas, que tienen fervorosos defensores en el Congreso de la República se les permite incluso pagar impuestos mediante innecesarios canjes, lo cual no se permite a las pequeñas. Aquí prácticamente la corrupción está oficializada por causa de una discutible y singular legislación que tenemos y que permite que luego de algunos años automáticamente prescriban los delitos de los funcionarios públicos que asaltan las arcas fiscales y aún puedan volver a postular. Vivimos tal estado de frustración que consideramos natural que la miseria y la desesperación se ensañen con nosotros cotidianamente, en tanto que en las naciones desarrolladas la gente disfruta porque trabaja, el gobierno se preocupa por la educación, la salud y la seguridad no solo de los nacionales sino también de los extranjeros. Y eso aquí solo será posible con una nueva Constitución que garantice los derechos de todos y cuando tengamos en el gobierno a nuestros mejores ciudadanos. Por eso también la población busca depender del Estado, los empresarios como clientes y los desocupados y mal pagados como empleados, lo cual es contraproducente y dura carga para el Estado Aquí mayormente se hace política para el lucro personal, subsistir, pero no para servir al país. En las elecciones generales, municipales y últimamente regionales, en vez de gobernantes y representantes, elegimos –con raras excepciones- asaltantes, lo cual no ocurre en las naciones desarrolladas porque la gente puede seleccionar y elegir bien a sus autoridades y mayormente se despreocupa de la política porque atienden sus empresas o trabajan para alguna donde ganan bien porque están capacitados para trabajar. Pero aquí se nos obliga a votar sin duda para salvar apariencias y justificar pírricos e inmerecidos triunfos que se logran en campañas electorales antidemocráticas y desiguales porque no todos los candidatos cuentan con las mismas facilidades para publicitarse y a los “elegidos” todavía tenemos que respetar y soportar durante varios años aunque arruinen al país y para colmo disfrutan de inmerecidos privilegios y hasta de una harto discutible inmunidad. El trabajador más simple del Congreso de la República que siempre es del partido del gobierno o amigo del mismo, gana más que un rector de Universidad Estatal, según lo denunció un destacado congresista y en la Navidad gobiernistas, congresistas y altos funcionarios reciben abultadas sumas de dinero que constituyen un insulto a la gente humilde, mientras que a maestros, médicos y policías les llega sumas irrisorias. Nuestros gobernantes y representantes al Congreso no son ciudadanos debidamente seleccionados. No se les exige documentos que acrediten que son personas competentes, honorables y patriotas. Ni la Constitución ni la Ley Electoral demandan requisitos especiales a los candidatos y a pesar de eso los congresistas se hacen llamar los “Padres de la Patria”, lo cual parece temerario porque si bien los últimos tiempos llegaron al Congreso de la República ciudadanos honorables que anhelaron hacer patria, al parecer la mayoría fueron desempleados que vieron la política como una formidable manera de acumular fortuna y al conseguirla de incendiarios y pseudo revoluciones que ayer fueron,los exorbitantes sueldos que ellos mismos se auto asignan los convierte en conservadores y fieles defensores el ominoso orden de cosas que antes detestaban. De gobernantes y representantes con esas cualidades nada bueno podemos esperar para el país porque a parte de mercantilistas a ultranza a ellos el hambre no les atormenta como a la mayoría y es natural que no tengan prisa alguna para resolver integralmente los problemas de la población limitándose a coincidir con el gobierno de turno cuando solo prescribe paliativos y calmantes para nuestros crónicos problemas, o ejerciendo un paternalismo que linda con el cumplido y la hipocresía,con tal de no dar solución integral a los crónicos problemas que afligen a la población. esto confirma que siempre la burla a la ciudadanía fue una constante durante todo nuestra historia y se vio favorecida por el bajo nivel cultural de la población y por eso terminaron elegidos falsos defensores y representantes, se desconoció los delitos que cometían en el ejercicio de sus funciones, y creer a cierta prensa desinformadora y mercantilista que nos decía que estábamos en el mejor de los mundos.Nuestros gobernantes cuando fueron candidatos nos dijeron que luchaban por la justicia social, contra la pobreza, el abuso y la discriminación y siempre acabaron defraudándonos. Sus ofrecimientos fueron solo infalibles instrumentos de campaña electoral. El fracaso de su gestión, atribuyeron a instituciones y hasta a ciudadanos extranjeros, a pesar que siempre apelaron a la denigrante conducta de pedirles dinero prestado, que les sirvió fundamentalmente para el derroche y enriquecimiento ilícito. Por eso hoy nuestra deuda externa es prácticamente impagable. Aquí nadie fiscaliza cabalmente. El Congreso, la institución fiscalizadora por excelencia no cumple su función y casi siempre se limita a ser cómplice de los gobiernos de turno con más razón si la mayoría es gobiernista y de no ser así se concretan “acuerdos multipartidarios” con el pretexto de “salvar la democracia”, aunque solo sea para compartir “honores” y ocultar errores y delitos, y para auto asignarse sueldos inmerecidos y exorbitantes. La Contraloría General de la República, casi siempre está a cargo de amigos del Partido de gobierno. La prensa, salvo muy contadas y honrosas excepciones, permanece cautiva del régimen merced a los contratos de publicidad estatal, o porque pertenece a los amigos del gobierno. En ambos casos se atenta contra la libertad de expresión y la ciudadanía permanece desinformada o en silencio porque carece de los medios económicos necesarios para hacerse escuchar. Y para colmo el DEFENSOR DEL PUEBLO que no es elegido por el pueblo sino por el Congreso de la República, con muy raras excepciones es un personaje mediatizado y frio, posiblemente para mantener su exorbitante y también envidiable sueldo. Nuestros gobernantes y representante casi siempre tuvieron complejo de mono porque cuando tuvieron que abordar los problemas sociales se fueron por las ramas. Se esmeraron en resolver asuntos secundarios descuidando los más apremiantes. La gente quiere trabajo, por ejemplo y se pretende resolver el problema del techo propio de unos pocos con lo cual resultan favorecidas las empresas constructoras y los bancos porque los precarios sueldos que reciben los trabajadores no les permite cancelar sus deudas, Los precarios sueldos que reciben los trabajadores no les permitirá pagar sus deudas y es inminente el riesgo que los bancos prestamistas embargue sus bienes o los de sus garantes, en complicidad con el gobierno, que si bien no ayuda a los pobres, a las grandes empresas como los bancos les brinda toda clase de facilidades y hasta dinero cuando se dice que están en falencia. Se afirma que la situación económica del país mejora porque los supermercados venden más, pero eso se produce por las millonarias campañas que realizan y los precios temporalmente bajan como todo monopolio, hasta que se arruinen los pequeños comerciantes. Son los viejos argumentos de quienes buscan el poder con siniestros fines sin importarles para nada la vida de la gente, pues seguimos siendo tratados como simples animales de laboratorio para que ensayen sus siniestras e improvisadas teorías. Los congresistas modifican la Constitución casi siempre para consumar sus granjerías pero no en función del interés social, a pesar que no fueron elegidos para eso y que tampoco son los ciudadanos calificados que el caso lo demanda. El jefe del régimen conocido como el “de la corrupción” manifestó que tendríamos la mejor educación de América Latina y quien le sucedió luego nos dijo que le agradaría ser recordado como el PRESIDENTE DE LA EDUCACIÓN y sin embargo aquí la educación continua siendo una cenicienta. Si los padres de familia no tienen dinero sus hijos no van al colegio, ante la total indiferencia del gobierno. Hay temporadas en que nuestras universidades estatales están a punto de suspender las clases por falta de recursos y sin embargo se dice que crecemos, que somos la envidia de la región y que es inminente nuestro ingreso al primer mundo. Y a pesar de todo y con el pretexto de libre información algunos medios informativos continúen haciendo tabla rasa de la moral pública, atentando criminalmente contra nuestros niños y jóvenes, a pesar que se nos ofreció combatir la obscenidad. Aquí la corrupción está prácticamente oficializada porque los delitos económicos que cometen nuestros malos gobernantes prescriben luego de algunos años. Mientras un humilde ciudadano va a la cárcel varios años por hurtar minucias, de donde sale arruinado física y moralmente, un gobernante que hurta millones al Estado y perjudica a toda la nación se va al extranjero, el asilo político le protege, el tiempo lo declara inocente y vuelve a postular, lo cual demuestra que Perú es un país donde abundan los inocentes presos y los delincuentes libres a causa mayormente de una muy discutible autonomía que disfruta el Poder Judicial convertido hoy en la entidad pública más corrupta del país y donde la política no es una fuente de servicios a la comunidad sino una forma grotesca de hacer fortuna con el dinero del Estado. ESTAS RAZONES QUE SON VERDADES INCONTRASTABLES DEMUESTRAN QUE Perú, nuestra amada patria es un paciente, un enfermo muy triste a pesar que tiene todo lo necesario para sanarse y ser feliz a excepción de hijos buenos y agradecidos. Por eso afirmo con una mezcla de patriotismo y esperanza que aún estamos a tiempo de enrumbarlo por la senda del progreso y que también haga posible la felicidad de todos los peruanos y eso supone y demanda con suprema urgencia una nueva Constitución. UNA CONSTITUCIÓN QUE GARANTICE: -Que los peruanos nacerán, vivirán y morirán con dignidad. -Que los derechos de todos los peruanos serán respetados y que asegure que el Estado cumplirá su rol social. Que exija requisitos muy especiales a los candidatos a la función pública desde concejal hasta Presidente de la Nación, como pasom gfundamental para implementar l a administración científica del Estado. Que todos los candidatos tendrán las mismas facilidades para publicitarse. Que obligue a los gobiernos salientes a rendir cuentas claras a los entrantes y se imponga las más drásticas sanciones a los que delincan en el ejercicio de la función pública. Que la improvisación, incapacidad y deshonestidad jamás tendrán cabida en la función pública. Que la libertad, justicia y posibilidad de hacer empresa esté al alcance de todos los peruanos. Que el Estado se hará cargo de la educación de todos los estudiantes pobres del país hasta capacitarlos debidamente para el trabajo, y por supuesto que eso tendrá que reglamentarse (Revolución Educativa). Que se apoyará permanentemente a las empresas nacionales brindándoles de manera especial a las pequeñas ayuda técnica y crediticia, asesoría permanente, búsqueda de mercados para sus productos y fomento de la unión entre las mismas en opro de la ayuda mutua. Que nos haga olvidar las precariedades de ayer y hoy y que nos asegure que nunca más veremos hombres disputando la basura con los perros , niños sin colegio o durmiéndose en el aula por la desnutrición, sin lo necesario para estudiar o pidiendo limosna en la calles, a nuestros jóvenes abandonando el país en busca de trabajo y ancianos abandonados a su suerte y al borde del suicidio, que nuestras niñas se prostituyan y la delincuencia, drogadicción e inseguridad se incrementan. Que nos permita cautelar y explotar nuestros recursos naturales en las mejores condiciones y fundamentalmente preservando el medio ambiento y protegiendo nuestra agricultura. Que asegure una lucha frontal contra la corrupción en todas sus manifestaciones y que se sancionará con la máxima severidad y ejemplarmente a los funcionarios públicos que delincan y a los jueces corruptos y prevaricadores, y se los inhabilite de por vida para desempeñarse en la función pública . Que todos seremos iguales ante la ley y que se eliminará toda inmunidad en los ciudadanos y la autonomía en las entidades públicas sin excepción alguna. Que ha llegado el momento de construir una patria grande, próspera y respetable, aquella que soñaron Grau y Bolognesi y por la que gustosos ofrendaron sus preciadas vidas. Pero la nueva Carta Magna debe ser singular, realista y no una réplica de las anteriores y por eso el Proyecto de la misma debe ser obra de profesionales de indiscutible valía que no sean los señores congresistas para evitar el partidarismo político que ha resultado negativo para el país, sino de delegados elegidos por votación universal en todos los colegios profesionales del país quienes TENDRÁN QUE SER CONVOCADOS A UN GRAN EVENTO ALUSIVO. En el mencionado Proyecto volcarán el fruto de su experiencia y sabiduría y darán testimonio de su acrisolado patriotismo con la sola y noble intensión de hacer patria. Tal proyecto al ser llevado a referéndum se convertirá en la nueva Constitución que indudablemente será un instrumento efectivo y valioso para concretar nuestro siempre anhelado desarrollo nacional y el bienestar real y permanente de los peruanos de hoy y siempre. VIVA EL PERÜ!!!!!RAZONES PARA UNA NUEVA CONSTITUCIÓN PERUANA 16 de febrero de 2013 a la(s) 18:24 Cuando una institución cualquiera no “camina” puede deberse a que su Estatuto no se cumple, necesita mejoras o debe cambiarse totalmente, y el Estatuto de un país es su Constitución. De la lectura de la nuestra y conociendo la realidad nacional deduzco que “no va” con el desarrollo que Perú merece porque además de obsoleta y regresionista, es una suerte de Celestina para que nuestro país permanezca estancado o se retrase más porque vivimos en una época en la que avanzar es una urgente necesidad por el formidable adelanto cotidiano de la ciencia y la tecnología que están haciendo posible que la brecha entre países desarrollados y pobres se torne cada día más amplia y más profunda. La prueba de nuestro retraso es la pobreza que aquí se genera por una mala educación, salud, justicia y falta de trabajo y seguridad, para empezar. Y si nuestro objetivo es tener una mejor Constitución es buieno aprovechar la experiencia de las naciones más desarroladas del mundo porque lo bueno se aprende e imita y con mayor razón si es para bien de toda una nación. La historia de la humanidad está colmada de lecciones hermosas y positivas que los países en vías de desarrollo como el Perú deben aprovechar renunciando al siempre discutible nacionalismo. Pero eso no se hizo aquí posiblemente porque la incompetencia, irresponsabilidad o siniestros intereses de nuestros gobernantes y representantes prevalecieron. Por eso no avanzamos y se nos consuela diciendo que “crecemos”, claro, porque se está rematando y subastando nuestros recursos naturales que cuando se agoten, si no hay un cambio racional ahora, será el holocausto. Las naciones más desarrolladas del mundo siempre fueron gobernadas por ciudadanos capaces, honorables, serviciales y patriotas, regidos por constituciones perdurables y con artículos que permitían que todos los ciudadanos pudieran llegar al gobierno para convertirse en pioneros del desarrollo. La Constitución de los Estados Unidos, por ejemplo, tiene más de 200 años y fue redactada por hombres con las cualidades aludidas bajo el comando del gran Thomas Jefferson, teniéndose en cuenta únicamente el interés nacional. De no ser por ellos hoy hablaríamos de una nación pobre, subdesarrollada, saqueada, endeudada e integrada mayormente por seres humanos pauperizados e infelices como el Perú actual; a despecho de las ingentes riquezas naturales que poseemos. Leer nuestra historia avergüenza y desengaña. Hemos tenido catorce Constituciones, posiblemente porque los gobernantes huérfanos de patriotismo, hicieron una a su medida para eternizarse en el poder, lucrar, tener una ciudadanía sojuzgada y manejable y soslayando irresponsablemente el rol social del Estado. Nos impusieron una “institucionalidad” y “estado del derecho” que impedía la insurgencia de los movimientos progresistas, sin importar para nada el real avance del país y eso aún se continúa dando porque cada vez se pone más trabas para la inscripción de los nuevos grupos políticos a sabiendas que los tradicionales son los responsables directos de la desdicha del Perú. Personajes conocidos como “demócratas” sólo fueron ciudadanos respetables que a su estilo también avasallaron a la ciudadanía y sin resolver integralmente sus crónicos problemas como: educación, salud, justicia y seguridad. En cuanta conflagración bélica hemos participado casi siempre nos tocó la peor parte por la desidia, imprevisión e incompetencia de nuestros gobernantes, marcadas solo por honrosas y ejemplares actitudes de heroísmo como las de Grau y Bolognesi. Hemos perdido gran parte de nuestro territorio como posiblemente hoy sigue ocurriendo por la torpeza e ingenuidad de nuestras autoridades. Hoy, en vez de ser un país próspero, habitado por seres humanos felices, que debe ser la aspiración de todo buen gobernante y porque tenemos mucho para hacerlo realidad, somos un país con una población de la cual más del 50% es pobre y alrededor del 25% extremadamente pobre, con una caja fiscal endeble que no atiende debidamente a la ciudadanía ni abona haberes dignos a los trabajadores del Estado como maestros, médicos y policías, porque no se hace una administración científica del Estado pues la improvisación sigue vigente. Claro que el favoritismo también porque se paga “fuerte” a los mercantilistas que buscan el poder para acumular fortuna personal aunque no estén debidamente capacitados para ejercer los cargos como también a los funcionarios “talentosos” y ”eminentes” que desempeñan el triste papel de frenos rentados del país. A pesar que la empresa privada nacional cumple un importante rol social porque es la más importante fuente de puestos de trabajo permanente, aportes al Estado y sanas divisas no se la atiende como en otras latitudes Nuestras leyes por improvisadas son cambiantes y la desconfianza es una constante entre nuestros empresarios quienes seguro que por eso temen poner en planilla a sus trabajadores, lo cual será razón para que mañana, si no hay un cambio racional ahora, estaremos colmados de ancianos carentes de seguridad social que tendrán que elegir entre la mendicidad o el suicidio y todo a pesar que el primer artículo de nuestra Constitución expresa que ES LA PERSONA HUMANA EL FIN SUPREMO DEL ESTADO Aquí lamentablemente los ingresos del Estado provienen fundamentalmente de los préstamos internacionales y del alza del precio de la gasolina y servicios esenciales, lo cual esclaviza al país y atenta rudamente contra la economía popular. En vez de tratar a nuestras empresas como amigos, el gobierno central y municipios son sus inquisidores y verdugos y las atormentan y agravian inmisericordemente y de diversas formas: fuertes cobros por licencia de funcionamiento, altas tarifas de servicios esenciales, cobros indebidos y abusivos por publicidad, demanda de coimas, clausura de locales, multas, embargos y remates de sus equipos y retención de sus fondos bancarios. Y siempre con las amenazas de hacerlo público para malograrles su crédito. Por eso quiebran o ven incrementados sus costos y pierden capacidad de competir con las empresas extranjeras que resultaron harto favorecidas con los TLCs. que indiscriminadamente se siguen concretando. A parte de eso se tolera el contrabando y favorece a los monopolios lo cual constituye un grave atentado y competencia desleal para las empresas nacionales. No se les brinda asesoría, ayuda técnica y crediticia, ni busca mercados para sus productos, tal como se hace en las naciones realmente prósperas. Las únicas que preocupan a los gobiernos son las que financian sus campañas electorales y las de los amigos del régimen. Se les favorece de diversas formas como es el caso de las obras públicas y otros servicios. También se apoya a las transnacionales con las que se concreta acuerdos discutibles, concediéndoles inmerecidos privilegios, incluso a veces no pagar impuestos. A las grandes empresas, que tienen fervorosos defensores en el Congreso de la República se les permite incluso pagar impuestos mediante innecesarios canjes, lo cual no se permite a las pequeñas. Aquí prácticamente la corrupción está oficializada por causa de una discutible y singular legislación que tenemos y que permite que luego de algunos años automáticamente prescriban los delitos de los funcionarios públicos que asaltan las arcas fiscales y aún puedan volver a postular. Vivimos tal estado de frustración que consideramos natural que la miseria y la desesperación se ensañen con nosotros cotidianamente, en tanto que en las naciones desarrolladas la gente disfruta porque trabaja, el gobierno se preocupa por la educación, la salud y la seguridad no solo de los nacionales sino también de los extranjeros. Y eso aquí solo será posible con una nueva Constitución que garantice los derechos de todos y cuando tengamos en el gobierno a nuestros mejores ciudadanos. Por eso también la población busca depender del Estado, los empresarios como clientes y los desocupados y mal pagados como empleados, lo cual es contraproducente y dura carga para el Estado Aquí mayormente se hace política para el lucro personal, subsistir, pero no para servir al país. En las elecciones generales, municipales y últimamente regionales, en vez de gobernantes y representantes, elegimos –con raras excepciones- asaltantes, lo cual no ocurre en las naciones desarrolladas porque la gente puede seleccionar y elegir bien a sus autoridades y mayormente se despreocupa de la política porque atienden sus empresas o trabajan para alguna donde ganan bien porque están capacitados para trabajar. Pero aquí se nos obliga a votar sin duda para salvar apariencias y justificar pírricos e inmerecidos triunfos que se logran en campañas electorales antidemocráticas y desiguales porque no todos los candidatos cuentan con las mismas facilidades para publicitarse y a los “elegidos” todavía tenemos que respetar y soportar durante varios años aunque arruinen al país y para colmo disfrutan de inmerecidos privilegios y hasta de una harto discutible inmunidad. El trabajador más simple del Congreso de la República que siempre es del partido del gobierno o amigo del mismo, gana más que un rector de Universidad Estatal, según lo denunció un destacado congresista y en la Navidad gobiernistas, congresistas y altos funcionarios reciben abultadas sumas de dinero que constituyen un insulto a la gente humilde, mientras que a maestros, médicos y policías les llega sumas irrisorias. Nuestros gobernantes y representantes al Congreso no son ciudadanos debidamente seleccionados. No se les exige documentos que acrediten que son personas competentes, honorables y patriotas. Ni la Constitución ni la Ley Electoral demandan requisitos especiales a los candidatos y a pesar de eso los congresistas se hacen llamar los “Padres de la Patria”, lo cual parece temerario porque si bien los últimos tiempos llegaron al Congreso de la República ciudadanos honorables que anhelaron hacer patria, al parecer la mayoría fueron desempleados que vieron la política como una formidable manera de acumular fortuna y al conseguirla de incendiarios y pseudo revoluciones que ayer fueron,los exorbitantes sueldos que ellos mismos se auto asignan los convierte en conservadores y fieles defensores el ominoso orden de cosas que antes detestaban. De gobernantes y representantes con esas cualidades nada bueno podemos esperar para el país porque a parte de mercantilistas a ultranza a ellos el hambre no les atormenta como a la mayoría y es natural que no tengan prisa alguna para resolver integralmente los problemas de la población limitándose a coincidir con el gobierno de turno cuando solo prescribe paliativos y calmantes para nuestros crónicos problemas, o ejerciendo un paternalismo que linda con el cumplido y la hipocresía,con tal de no dar solución integral a los crónicos problemas que afligen a la población. esto confirma que siempre la burla a la ciudadanía fue una constante durante todo nuestra historia y se vio favorecida por el bajo nivel cultural de la población y por eso terminaron elegidos falsos defensores y representantes, se desconoció los delitos que cometían en el ejercicio de sus funciones, y creer a cierta prensa desinformadora y mercantilista que nos decía que estábamos en el mejor de los mundos.Nuestros gobernantes cuando fueron candidatos nos dijeron que luchaban por la justicia social, contra la pobreza, el abuso y la discriminación y siempre acabaron defraudándonos. Sus ofrecimientos fueron solo infalibles instrumentos de campaña electoral. El fracaso de su gestión, atribuyeron a instituciones y hasta a ciudadanos extranjeros, a pesar que siempre apelaron a la denigrante conducta de pedirles dinero prestado, que les sirvió fundamentalmente para el derroche y enriquecimiento ilícito. Por eso hoy nuestra deuda externa es prácticamente impagable. Aquí nadie fiscaliza cabalmente. El Congreso, la institución fiscalizadora por excelencia no cumple su función y casi siempre se limita a ser cómplice de los gobiernos de turno con más razón si la mayoría es gobiernista y de no ser así se concretan “acuerdos multipartidarios” con el pretexto de “salvar la democracia”, aunque solo sea para compartir “honores” y ocultar errores y delitos, y para auto asignarse sueldos inmerecidos y exorbitantes. La Contraloría General de la República, casi siempre está a cargo de amigos del Partido de gobierno. La prensa, salvo muy contadas y honrosas excepciones, permanece cautiva del régimen merced a los contratos de publicidad estatal, o porque pertenece a los amigos del gobierno. En ambos casos se atenta contra la libertad de expresión y la ciudadanía permanece desinformada o en silencio porque carece de los medios económicos necesarios para hacerse escuchar. Y para colmo el DEFENSOR DEL PUEBLO que no es elegido por el pueblo sino por el Congreso de la República, con muy raras excepciones es un personaje mediatizado y frio, posiblemente para mantener su exorbitante y también envidiable sueldo. Nuestros gobernantes y representante casi siempre tuvieron complejo de mono porque cuando tuvieron que abordar los problemas sociales se fueron por las ramas. Se esmeraron en resolver asuntos secundarios descuidando los más apremiantes. La gente quiere trabajo, por ejemplo y se pretende resolver el problema del techo propio de unos pocos con lo cual resultan favorecidas las empresas constructoras y los bancos porque los precarios sueldos que reciben los trabajadores no les permite cancelar sus deudas, Los precarios sueldos que reciben los trabajadores no les permitirá pagar sus deudas y es inminente el riesgo que los bancos prestamistas embargue sus bienes o los de sus garantes, en complicidad con el gobierno, que si bien no ayuda a los pobres, a las grandes empresas como los bancos les brinda toda clase de facilidades y hasta dinero cuando se dice que están en falencia. Se afirma que la situación económica del país mejora porque los supermercados venden más, pero eso se produce por las millonarias campañas que realizan y los precios temporalmente bajan como todo monopolio, hasta que se arruinen los pequeños comerciantes. Son los viejos argumentos de quienes buscan el poder con siniestros fines sin importarles para nada la vida de la gente, pues seguimos siendo tratados como simples animales de laboratorio para que ensayen sus siniestras e improvisadas teorías. Los congresistas modifican la Constitución casi siempre para consumar sus granjerías pero no en función del interés social, a pesar que no fueron elegidos para eso y que tampoco son los ciudadanos calificados que el caso lo demanda. El jefe del régimen conocido como el “de la corrupción” manifestó que tendríamos la mejor educación de América Latina y quien le sucedió luego nos dijo que le agradaría ser recordado como el PRESIDENTE DE LA EDUCACIÓN y sin embargo aquí la educación continua siendo una cenicienta. Si los padres de familia no tienen dinero sus hijos no van al colegio, ante la total indiferencia del gobierno. Hay temporadas en que nuestras universidades estatales están a punto de suspender las clases por falta de recursos y sin embargo se dice que crecemos, que somos la envidia de la región y que es inminente nuestro ingreso al primer mundo. Y a pesar de todo y con el pretexto de libre información algunos medios informativos continúen haciendo tabla rasa de la moral pública, atentando criminalmente contra nuestros niños y jóvenes, a pesar que se nos ofreció combatir la obscenidad. Aquí la corrupción está prácticamente oficializada porque los delitos económicos que cometen nuestros malos gobernantes prescriben luego de algunos años. Mientras un humilde ciudadano va a la cárcel varios años por hurtar minucias, de donde sale arruinado física y moralmente, un gobernante que hurta millones al Estado y perjudica a toda la nación se va al extranjero, el asilo político le protege, el tiempo lo declara inocente y vuelve a postular, lo cual demuestra que Perú es un país donde abundan los inocentes presos y los delincuentes libres a causa mayormente de una muy discutible autonomía que disfruta el Poder Judicial convertido hoy en la entidad pública más corrupta del país y donde la política no es una fuente de servicios a la comunidad sino una forma grotesca de hacer fortuna con el dinero del Estado. ESTAS RAZONES QUE SON VERDADES INCONTRASTABLES DEMUESTRAN QUE Perú, nuestra amada patria es un paciente, un enfermo muy triste a pesar que tiene todo lo necesario para sanarse y ser feliz a excepción de hijos buenos y agradecidos. Por eso afirmo con una mezcla de patriotismo y esperanza que aún estamos a tiempo de enrumbarlo por la senda del progreso y que también haga posible la felicidad de todos los peruanos y eso supone y demanda con suprema urgencia una nueva Constitución. UNA CONSTITUCIÓN QUE GARANTICE: -Que los peruanos nacerán, vivirán y morirán con dignidad. -Que los derechos de todos los peruanos serán respetados y que asegure que el Estado cumplirá su rol social. Que exija requisitos muy especiales a los candidatos a la función pública desde concejal hasta Presidente de la Nación, como pasom gfundamental para implementar l a administración científica del Estado. Que todos los candidatos tendrán las mismas facilidades para publicitarse. Que obligue a los gobiernos salientes a rendir cuentas claras a los entrantes y se imponga las más drásticas sanciones a los que delincan en el ejercicio de la función pública. Que la improvisación, incapacidad y deshonestidad jamás tendrán cabida en la función pública. Que la libertad, justicia y posibilidad de hacer empresa esté al alcance de todos los peruanos. Que el Estado se hará cargo de la educación de todos los estudiantes pobres del país hasta capacitarlos debidamente para el trabajo, y por supuesto que eso tendrá que reglamentarse (Revolución Educativa). Que se apoyará permanentemente a las empresas nacionales brindándoles de manera especial a las pequeñas ayuda técnica y crediticia, asesoría permanente, búsqueda de mercados para sus productos y fomento de la unión entre las mismas en opro de la ayuda mutua. Que nos haga olvidar las precariedades de ayer y hoy y que nos asegure que nunca más veremos hombres disputando la basura con los perros , niños sin colegio o durmiéndose en el aula por la desnutrición, sin lo necesario para estudiar o pidiendo limosna en la calles, a nuestros jóvenes abandonando el país en busca de trabajo y ancianos abandonados a su suerte y al borde del suicidio, que nuestras niñas se prostituyan y la delincuencia, drogadicción e inseguridad se incrementan. Que nos permita cautelar y explotar nuestros recursos naturales en las mejores condiciones y fundamentalmente preservando el medio ambiento y protegiendo nuestra agricultura. Que asegure una lucha frontal contra la corrupción en todas sus manifestaciones y que se sancionará con la máxima severidad y ejemplarmente a los funcionarios públicos que delincan y a los jueces corruptos y prevaricadores, y se los inhabilite de por vida para desempeñarse en la función pública . Que todos seremos iguales ante la ley y que se eliminará toda inmunidad en los ciudadanos y la autonomía en las entidades públicas sin excepción alguna. Que ha llegado el momento de construir una patria grande, próspera y respetable, aquella que soñaron Grau y Bolognesi y por la que gustosos ofrendaron sus preciadas vidas. Pero la nueva Carta Magna debe ser singular, realista y no una réplica de las anteriores y por eso el Proyecto de la misma debe ser obra de profesionales de indiscutible valía que no sean los señores congresistas para evitar el partidarismo político que ha resultado negativo para el país, sino de delegados elegidos por votación universal en todos los colegios profesionales del país quienes TENDRÁN QUE SER CONVOCADOS A UN GRAN EVENTO ALUSIVO. En el mencionado Proyecto volcarán el fruto de su experiencia y sabiduría y darán testimonio de su acrisolado patriotismo con la sola y noble intensión de hacer patria. Tal proyecto al ser llevado a referéndum se convertirá en la nueva Constitución que indudablemente será un instrumento efectivo y valioso para concretar nuestro siempre anhelado desarrollo nacional y el bienestar real y permanente de los peruanos de hoy y siempre. VIVA EL PERÜ!!!!!
Posted on: Tue, 06 Aug 2013 16:36:55 +0000

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