Samael Balamblack LES COMPARTO ESTO, y entender un pocos mas del - TopicsExpress



          

Samael Balamblack LES COMPARTO ESTO, y entender un pocos mas del rompimiento caifan en el 95 (hoy todo es historia y hasta se reencontraron con Xavier) pero hay cosas que no se olvidan CONFECION DEL AMIGO, XAVIER VELASCO: Xavier Velasco recuerda que empezó a escribir el libro de Caifanes y llegó a la banda Alejandro Marcovich para participar en el disco ‘El diablito’. El libro contiene una foto donde Saúl y Marcovich se abrazan, el pie de la imagen dice “En pleno abrazo de Acatempan”, pero no fue así, no hubo una verdadera reconciliación entre ambos tras desintegrar Las Insólitas Imágenes de Aurora a mediados de los ochenta. Siempre hubo una rivalidad muy intensa entre Alejandro y Saúl, una falta de entendimiento entre los dos, que era parte del papel creativo de la banda. Alejandro tenía mucho conocimiento académico, daba clases privadas de Física y Matemáticas. Siempre se burlaba de Saúl le decía ‘eres un ignorante, tú no sabes lo que yo sé’ y Saúl decía ‘tu no intuyes lo que yo intuyo, eres muy cuadrado’. Alejandro estaba muy celoso del asunto económico y operativo de la banda. Era como un gerente de recursos humanos y Saúl era un borrachote, un inspirado y en las noches sacaba su inspiración, su poesía vital, nunca fue un gran poeta ni dominaba las palabras, pero tenía unas antenas muy grandes. Saúl es viejo, en el sentido de que sabe y parece que ha vivido varias vidas, como si recordara vidas anteriores’. Alejandro pensaba, Saúl veía. Contrataron a su manager, Marusa Reyes, tema del cual no me interesa hablar, porque ella nunca fue parte de la banda ni lo sería, era una administradora con quienes algunos no tuvimos una amistad. Entiendo que ella ayudó a Saúl a ajustar alguna serie de cosas necesarias, no es una mujer simpática, ni lo será. No se acabó la vida loca, pero adquirió sus límites. A partir de ahí nuestro juego era escapárnosle a Marusa y seguir la vida loca. En el 1994-1995, Saúl ya no quería estar en la banda. Cuando iba yo, me decía ‘me voy en tu coche, no quiero ir con Alejandro en la camioneta’. Había mucha tensión, mucho odio”. Cuando Alejandro llegó a la banda ya tenía rencor. Muchas veces me dijo varia cosas de su inconformidad, Alejandro sentía que no había sido suficientemente remunerado, que Saúl tenía todo el reconocimiento y él nada. Él tenía un ego mal tratado. Se llegaron a insultar o veníamos el autobús y el aire podía cortarse con cuchillo. Alguna vez Saúl le dijo a Alejandro, ‘ya corriste a Sabo, a Diego ¿a quién más quieres correr?’. Alejandro alguna vez le dijo: ‘nuestros músicos invitados no van a ser parte de la banda, no van a crecer las alimañitas que crecieron con Diego y Sabo’. Una vez que llegó a la banda Alejandro se instaló y se consideraba más caifán que algunos caifanes; pagó por eso. Decía que los músicos mexicanos no sabían tocar. Siempre fue un tipo muy sincero, muy visceral, sus explosiones las pagó él. Alejandro se dejó de divertir, quería hacer proyectos solistas, pero estaba muy celoso y tenía miedo, le importaba demasiado en futuro, pensaba mucho en números. Nosotros no pensábamos en nada, sabíamos que iba a ser un nuevo día y si íbamos a estar vivos o no. Una de las cosas que más lamenta Xavier Velasco es la actitud de Diego Herrera tras ser el primero en abandonar al grupo (aunque regresó para la gira de ‘45’, el disco de Jaguares). El tecladista y saxofonista se convirtió en ejecutivo de BMG, la disquera de Caifanes, y muchos años después de su separación lanzó sin autorización de la banda el disco ‘La historia’. Diego se salió para meterse de ejecutivo de la disquera y convertirse en su cómplice y ‘putear’ a los Caifanes, eso le hizo mucho daño. Diego era otro tipo de persona, quien los regañaba porque no habían pagado sus impuestos, pensaba más… Diego y Alejandro eran los ejecutivos de la banda Cuando Alejandro dejó de divertirse comenzó a cargar el portafolio (su guitarra), Diego también. Sabo se salió porque no soportaba verlos cargar el portafolio, él ya no estaba dentro, emocionalmente no estaba dentro, fue muy honesto. Sabo y Alfonso se detestaban, pero había respeto, a veces se llevaban bien, había una situación de rivalidad, algo muy sano para el sonido de la banda. A Caifanes lo dominaba la furia, era una banda de furia, pero así como llegaban odiándose al escenario, al final de los conciertos se amaban y se abrazaban, eran una bola de hermanos peleados entre sí todo el tiempo. (Marcovich) me decía ‘tu amigo nunca entenderá nada de música ni de letras, ya es muy tarde para que le enseñen’. Un día, en un concierto por la estación del metro Indios Verdes en México, Saúl se subió a mi coche y me dijo ‘ya no soporto a la gárgola podrida, déjame subirme contigo’. Empezó a existir una animadversión total. No entiendo cómo a Alejandro lo tomó por sorpresa que Saúl le dijera que ya no quería tocar con él, estaba anunciadísimo. Saúl es un tipo que miente poco, tomó la iniciativa, cuando se desespera se va a los madrazos, tiene reacciones animales, es una fiera, es muy humilde, acepta la opinión de otro. Finalmente llegó el día de la separación de Caifanes; 18 de agosto de 1995 en San Luis Potosí. Xavier Velasco decidió no presenciar la despedida de la banda. Antes de ese último concierto, Saúl Hernández comenzó a tener problemas con la garganta. El escritor cuenta que el entonces líder de Caifanes, ahora de Jaguares, sufría mucho por eso. La enfermedad de Saúl cayó en el último año de la banda. Saúl iba camino al quirófano y Alejandro le iba diciendo ‘es que los ingresos, el dinero’.Eso hizo que se lo quitaran a un lado. Hay una historia de fuerza y de dolor que fue muy poco vista. Sólo se preguntaron si Saúl seguía o no, esa lucha, de Saúl llorando, cantando sus canciones antes de entrar al quirófano porque tal vez sería la última vez que las cantara y haciendo chistes sobre el cáncer en la garganta, aunque no tenía eso, fue una historia privada.
Posted on: Mon, 04 Nov 2013 06:59:14 +0000

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