Steve Prefontaine Fue un pulso a sí mismo extraordinario. Un reto - TopicsExpress



          

Steve Prefontaine Fue un pulso a sí mismo extraordinario. Un reto descomunal que, además, tenía premio: un billete para los Juegos Olímpicos de Múnich. Steve Prefontaine miró fijamente las cuatro cifras que su entrenador, el míticoBill Bowerman, escribió en su libreta de notas: 13:23 minutos, una cifra escandalosa para correr los 5000 metros de los preolímpicos norteamericanos de 1972. Pero no para Prefontaine, que creía que podía hacer absolutamente cualquier cosa. Y más cuando competía en casa, en la pista Hayward Field de la Universidad de Oregón. Esa marca suponía batir en siete segundos el récord nacional que, para gozo del atletismo, él mismo ostentaba. “Algunas personas crean con las palabras o con la música. O con un pincel y pinturas. A mí me gusta hacer algo hermoso cuando corro, que la gente se pare y diga: ‘Nunca he visto a nadie correr así’. Es algo más que una carrera, es un estilo. Es hacer algo mejor que nadie. Se trata de ser creativo”, decía sobre el atletismo. Agresivo en la pista y de técnica poco pulida, era extraordinariamente competitivo. Le gustaba romper el ritmo de carrera y liderarla desde el inicio, pese a que eso perjudicaba su rendimiento y favorecía a los rivales. “Mucha gente corre para ver quién es el más rápido. Yo lo hago para ver quién tiene más agallas y quién puede castigarse a sí mismo con un ritmo exhaustivo para, al final, castigarse aún más. Nadie va a ganar una carrera de 5000 metros después de correr dos millas con facilidad. No conmigo”, declaró. La palabra estrategia no tuvo cabida en su mente hasta la etapa final de su corta carrera. Aun así, los 15 récords nacionales absolutos que obtuvo en todas las disciplinas desde los 2000 a los 10.000 metros erigieron a la leyenda. Su popularidad, su carisma y su gran determinación, le convirtieron en un mito legítimo. "Pre" como era popularmente conocido fijó la mirada en aquellos 13:23 minutos anotados minuciosamente, consciente de lo que suponía alcanzar aquel hito. Más allá de ganar a George Young, el atleta con mejor forma de la temporada y principal escollo para llegar a Múnich, significaba plantarse en la cita olímpica como favorito del USA Team y, para qué negarlo, ser el mejor fondista del país con tan solo 21 años. En su cabeza únicamente tenía el cómo lo lograría y Bowerman lo tenía todo planeado. Prefontaine correría la primera milla, 1,6 kilómetros, en 4:18 minutos. Superaría las dos en 8:45 y, gradualmente, correría un segundo más rápido cada vuelta. 1:05 minutos, 1:04, 1:03… hasta superar las tres millas en los 12:55. Ni un segundo más. Los siguientes 200 metros, hasta cruzar la línea de meta, serían el último obstáculo para firmar los 13:23. En esas 12 vueltas incrustó la mirada en el cronómetro, que en la última vuelta no solo contó la marca de Prefontaine. Por cada segundo que pasaba, un “¡Pre! ¡Pre! ¡Pre!” infinito y al unísono envolvió la pista. Hasta que el reloj se detuvo en 13:22.8. ¿Por qué batir un récord nacional en siete segundos si pudo hacerlo en ocho? “Dar algo menos que lo mejor sería sacrificar el don que llevo dentro”, dijo Pre en una de sus frases memorables. Estuvo cerca de lograr una medalla. Tras ir de líder durante buena parte de la prueba en pugna con el finlandés Viren, finalmente se tuvo que conformar con la 4ª posición. youtube/watch?v=laYn7SV2__U Marcas personales: • 1.500 metros - 3:38,1 (Helsinki, 28 Jun 1973) • 1 milla - 3:54,6 (Eugene, 20 Jun 1973) • 2.000 metros - 5:01,4 (Coos Bay, 9 May 1975) • 3.000 metros - 7:42,6 (Milán, 2 Jul 1974) • 5.000 metros - 13:21,87 (Helsinki, 26 Jun 1974) • 10.000 metros - 27:43,6 (Eugene, 27 Abr 1974)
Posted on: Mon, 29 Jul 2013 04:28:37 +0000

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