*Sólo hay que pedir a cada uno, lo que cada uno pude dar*. Ese fue mi enorme error: no saber esto. Y es ahora cuando lo se. Y es tan enorme mi error, que al día de hoy tiene en el tiempo y en el espacio más de 35 años. Si yo hubiese sabido, lo que cada uno puede dar, no me hubiese metido en pedir, lo que no se podía dar: que era buena formación personal, familiar social, intelectual y profesional. ¿Por qué no me hubiese metido?; por esto: *El que corrige al escarnecedor, se acarrea afrenta; el que reprende al impío, se atrae mancha. No reprendas al escarnecedor, para que no te aborrezca; corrige al sabio y te amará*. Y también, porque los enemigos del hombre son los de su casa. Cuando se corrige a alguien, para que sirva para algo en esta vida, este debe, cuando ha salido del área de influencia del que le ha corregido, superar en todo al corrector: en lo moral, social, intelectual, en lo económico y en lo familiar, para demostrar a todas luces, que quien le corregía estaba equivocado. Y si no ha superado a su corrector en nada, en nadita de nada, ni siquiera en el *brillo de la juventud*, entonces se puede decir, no tiene razón su ancestral odio, su murria, su enemistad e ingratitud hacia quien fuera su redentor. Pero... la vida es así.
Posted on: Fri, 16 Aug 2013 22:01:42 +0000
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