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Tema Global: Historia y Política (lunes) Subtema: La verdadera historia de Benito Juárez La pretendida idea heroica y gloriosa que ha existido, y que aún hoy existe sobre el dirigente mexicano Benito Juárez, idea que la Historia oficial de México nos ha vendido e inculcado con gran esmero desde hace más de un siglo, es completamente falsa. El Juárez histórico vs el Juárez mitológico Las ideas fundamentales que nos han presentado sobre Juárez son: Juárez es un notable ejemplo de esfuerzo y dedicación, ya que de ser un humilde indígena que cuidaba rebaños, llegó por sí mismo a ser presidente del país. Ejemplo de intelectualidad superior. Él separó a la Iglesia del Estado. Él fue el autor de las Leyes de Reforma. Actuó siempre apegado a la ley, la defendió y nunca permitió que la soberanía del país fuese violada. Veamos ahora qué tan ciertas son estas aseveraciones: Benito Pablo Juárez García fue un nativo zapoteca de raza pura nacido en Guelatao, Oaxaca el 21 de marzo de 1806. Llega a la ciudad de Oaxaca en 1818, huyendo de un tío suyo con quien trabajaba por el supuesto extravío de una oveja con su hermana Josefa quien trabaja de cocinera en la casa de Don Antonio Maza, su futuro suegro, luego se va de mozo a la casa de un fraile con la oportunidad de ir a la escuela en sus ratos de ocio. La Iglesia Católica le ayudó a salir de la miseria y le educó según las costumbres de aquel tiempo, enseñándole latín, comer en la mesa y con cubiertos, vestir de traje y hablar correctamente. Carente de vocación, entra al seminario pero jamás logra ordenarse cura, en cambio, se recibe de abogado. Sus contemporáneos lo definen como una persona "cerrada", "de inteligencia mediocre" y "no muy buen orador", no hablaba mucho, ni reía. En las elecciones presidenciales de 1871, Benito Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada y Profirio Díaz se presentaron como candidatos, resultando ganador Benito Juárez, aunque con evidentes fraudes electorales, por lo que nunca fue presidente constitucional ni elegido por el pueblo, sino que aprovechó las circunstancias de la guerra. En respuesta, Porfirio Díaz se levantó en armas con el Plan de la Noria para arrojar del poder a Juárez, pero fracasó. Juárez se hizo pasar por presidente durante 11 años (1858-1864 y 1867-1872) sin ningún respeto por la legalidad existente pues la Constitución establecía cuatro años para el poder ejecutivo. Más tiempo que Antonio López de Santa Anna, quien apenas pudo sumar unos seis o siete años de gobierno. Además Juárez salía frecuentemente del país hacia lugares como Panamá, La Habana, Nueva Orleans, sin permiso del congreso. Se deshizo de sus enemigos políticos fuera de todo orden constitucional y de guerra y asesinó con toda impunidad. En cinco años, de 1867 a 1872, derramó más sangre a espaldas de la ley que el general Porfirio Díaz en treinta años. Tratado McLane-Ocampo Juárez autorizó y firmó una serie de tratados que pisoteaban y aniquilaban la soberanía del país en beneficio de los EE.UU, Justo Sierra dijo de ellos que constituían un "crimen político". En ellos se concedía a militares estadounidenses los accesos en los pasos de Mazatlán a Matamoros, Nogales a Guaymas y en todo el Istmo de Tehuantepec (de Tabasco a Chiapas), con permiso de matar, arrestar y poseer tierras. Este era el nefasto Tratado McLane-Ocampo firmado el 14 de diciembre de 1859, que no se llevó a cabo por la negativa del senado estadounidense. Juárez también pidió dinero al gobierno de EE.UU. para que, en apoyo a las Leyes de Reforma, se construyeran campos de concentración con el propósito de internar a militares eclesiásticos y conservadores. Maximiliano de Habsburgo Casi todas las acusaciones que se le hicieron a Maximiliano de Habsburgo, podían con la misma facilidad hacérselas a sí mismos Juárez y sus secuaces; pero a Juárez le interesaba demasiado la sentencia de muerte del Emperador. Hasta supo desentenderse de la súplica que le envió el estadounidense William H. Seward pidiendo clemencia para Maximiliano, pero Juárez no mostró ninguna clase de ella con él cuando fue derrotado por las tropas juaristas y fusilado en el Cerro de las Campanas en 1867. Juárez, el legislador Juárez, además, inició el periodo no decente de la Historia de México, haciendo gala de ser el hombre de la ley y la democracia, mientras burlaba el sufragio y la ley, gobernaba tiránicamente e impedía la educación política del pueblo. Y, por sugerir el principio constantemente latente en su vocabulario de que es "Ley lo que se promulga" (por impopular, injusto e irracional que sea), resulta el primer gran falsificador en el orden jurídico, responsable de que en México, a partir de entonces y contra lo que exige un deber primordial, no se mire con respeto ni a la ley ni a las autoridades que tan frecuentemente han sido meras falsificaciones. Las Leyes de Reforma y la separación entre la Iglesia y el Estado No fue Juárez el autor de las Leyes de Reforma. Los principios en que se inspiran las Leyes de Reforma fueron dadas al también francmasón Valentín Gómez Farías en la Junta Anfictiónica de Nueva Orleáns (logia masónica de Estados Unidos) en septiembre de 1835, y éstas, tan defendidas y difundidas por el alocado juarismo, no son, a diferencia de lo que comúnmente se piensa, la simple separación de la Iglesia y el Estado, separación que es necesaria y completamente acertada, sino que se fue más allá, promulgando la subordinación total de la Iglesia al Estado, despojándola de sus bienes y libertades. Juárez no quería ninguna separación de poderes, sino una "Iglesia Mexicana" sometida a su voluntad en la que él desempeñara el oficio papal muy al estilo de Enrique VIII. "Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz" Efectivamente esa frase fue pronunciada por Benito Juárez en un discurso que dio cuando regresó a la ciudad de México el 15 de julio de 1867, después de que Maximiliano fuese fusilado. Sin embargo, la frase no es de su autoría. La frase al parecer se inspiró en una escrita por Immanuel Kant en su obra La Paz Perpetua. Kant era un filósofo a quien Juárez admiraba. Además, no sólo Juárez usó esa frase, también fue citada por el revolucionario y masón José Martí. Conclusión Se nos enseña que Juárez fue un héroe pero fue un típico presidente mexicano. Trató de instaurar su propio concepto personal de nación, reprimió a los pueblos indígenas, expropió los bienes de la Iglesia para que los compraran sus secuaces en el poder, pisoteó la soberanía nacional en beneficio de EE.UU. y todo eso desembocó en la dictadura de Porfirio Díaz. Juárez le tendió la mesa al régimen de clientalismo, represión y liberalismo que continúa hoy sufriendo México. Resulta irónico, pues, lo que advertimos en una carta que escribiera el propio Juárez a Maximiliano el 1 de marzo de 1864: "Es dado al hombre, señor, atacar los derechos ajenos, apoderarse de sus bienes, atentar contra la vida de los que defienden su nacionalidad, hacer de sus virtudes un crimen y de los vicios una virtud; pero hay una cosa que está fuera del alcance de la perversidad, y es el fallo tremendo de la Historia. Ella nos juzgará". Muy cierto, Benito. Muy cierto... Pero no contabas con que esta acusación, terminaría convirtiéndose en una confesión. "Benito Juárez, hemos construido todo un mito alrededor de él"," Vicente Fox Quesada (1942 - )
Posted on: Mon, 05 Aug 2013 08:52:52 +0000

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