Teoría del Equilibrio Moneda Precios Posted on 27 junio, - TopicsExpress



          

Teoría del Equilibrio Moneda Precios Posted on 27 junio, 2013 Teoría del Equilibrio Moneda Precios Control de la inflación Base 100 horacio raúl nieves “Estos asuntos de economía y finanzas son tan simples que están al alcance de cualquier niño. Solo requieren saber sumar y restar. Cuando usted no entiende una cosa, pregunte hasta que la entienda. Si no la entiende es que están tratando de robarlo. Cuando usted entienda eso, ya habrá aprendido a defender la Patria en el orden inmaterial de los conceptos económicos y financieros”. Raúl Scalabrini Ortiz Al principio, una reflexión: Un Acuerdo de Precios, como el consensuado en la Argentina a comienzos de 2013, y los realizados en otros países, como por ejemplo en EEUU durante los años 40, Israel en los 80, y en Francia entre 2000 y 2004, que resultaron exitosos, y también en la Argentina, donde se logró bajar la inflación del 27 % al 7 % en 1969, ejemplifican muy claramente lo que expondré. Y lo haré aún con el riesgo de las críticas de los que insisten con recetas que no solucionan un proceso inflacionario, y de los que tratan por todos los medios que se continúe por siempre con la inflación, y con su consecuencia nefasta, la devaluación, porque así ganan más y más dinero especulando. Lo que expondré también tiene un ejemplo en la Convertibilidad, aunque sea muy criticada, que mantuvo acotada la inflación durante casi diez años, y que si tuvo un final más que controvertido fue por el mal manejo de la economía durante esa década infame, y no por el instrumento técnico en sí. La Convertibilidad era sólo eso, un instrumento técnico para controlar la inflación, que se frustró debido al desastroso proceso privatizador, al despilfarro de lo poco que se obtuvo por ello, a la corrupción de algunos políticos y empresarios involucrados, a los “consejos” del FMI, al aumento de la deuda externa, etc., que llevaron a que todo se derrumbe: La economía, el gobierno de De la Rúa, y las ilusiones del pueblo. Y son un ejemplo porque prueban que la inflación puede ser controlada si se logra que el Estado, la sociedad, la banca, los sindicatos, los consumidores, y sobre todo los empresarios, acuerden que no se aumentará un solo precio sin el consenso entre las partes; y esos acuerdos podrían ser realizados en un Ente Regulador de Precios conformado por representantes de todos ellos. Con los Acuerdos de Precios vemos que la inflación cede, y cede porque es una inflación especulativa, de desconfianza instalada por la prensa opositora, y de Puja Distributiva entre los mismos empresarios que ahora acuerdan mantener los precios durante unos meses. Esto significa claramente que si acuerdan no aumentar los precios la inflación cede, no actúa por sí sola como pretenden algunos. Mi opinión es que la inflación no es el problema. El problema es la devaluación. Que parece lo mismo pero no lo es. Y ahora paso a explicar como funciona el instrumento técnico que propongo, y que puede controlar de manera aún más eficaz a la inflación, y así evitar su consecuencia más peligrosa: DEVALUAR la moneda. En mayo de 1989, cuando comenzaba la transición entre el gobierno de Alfonsín y el de Menem, propuse una moneda atada a una Canasta de Monedas, similar a la que se aplicó luego en China en el año 2005 en reemplazo de la Convertibilidad al dólar que tenía hasta ese momento. Más adelante mostraré un resumen de esa propuesta, que obviamente no fue ni considerada para controlar la inflación de ese entonces. Luego, cuando Cavallo implementó la Convertibilidad, que tenía alguna similitud con mi propuesta, aunque a mi criterio era más imperfecta, por algunos años no me preocupé del tema. La Convertibilidad no se cae porque era mala la idea, se cae por el dispendio del gobierno de Menem – Cavallo. La Convertibilidad sostuvo durante casi diez años el cambio de 1 a 1 con el dólar; cuando se derogó algunos “expertos” pronosticaron un dólar a $ 100, cosa que no sucedió, llegó a $ 4, luego bajó a $ 3, donde el Estado lo estabilizó comprando y comprando, porque si no lo hacía bajaba aún más. Así el dólar se mantuvo unos años entre $ 3 y $ 4, una Convertibilidad de hecho, sin Ley, a base de Reservas. Luego fue subiendo, pero las causas de la suba son más por el afán especulativo y la fuga de divisas de los mismos de siempre, y el ataque diario y permanente de la prensa opositora, que en razones comunes y normales de la economía del país. En el verano que siguió a la renuncia de De la Rúa se me ocurrió una idea que creí superadora, tanto de mi idea inicial de una 2ª Moneda Ajustable a una Canasta de Monedas, como de la Convertibilidad implementada por Cavallo. Así fue como propuse una 2ª Moneda Ajustable a una Canasta de Insumos Básicos, que difundí por mail a políticos y medios de prensa. En 2003 me pareció que sería más sencillo para la gente común manejarse con una única Moneda Ajustable a una Canasta de Insumos Básicos, y también lo difundí por mail y en una página de internet. La diferencia fundamental entre ajustar la moneda a una Canasta de Insumos Básicos y no a alguna moneda extranjera, como propone la Convertibilidad y la Canasta de Monedas, es que se evita depender del vaivén de otra economía, con otros intereses, y se equilibra el valor de la moneda con los precios propios, de la economía propia. Más adelante mostraré como estaban redactadas ésas propuestas, que tampoco fueron consideradas. Luego me pareció que era muy complicada de implementar; por lo de tener una moneda con un valor distinto al que tiene impreso; y se me ocurrió darla vuelta, aplicarla al revés, y en lugar de ajustar o indexar la moneda, creí más correcto ajustar los precios y salarios para que mantengan un equilibrio, y así controlar la inflación, y como consecuencia de eso evitar devaluar. Y aclaro que ajustar la moneda a los precios, como propuse con la Canasta de Insumos Básicos, o ajustar los precios a la moneda, como se haría con esta nueva propuesta, es exactamente lo mismo; son dos maneras diferentes de hacer lo mismo, solo que esta última es más práctica para la gente común, y para el manejo administrativo. A esta vuelta de tuerca en un principio la llamé BASE 100, porque el cálculo lo realizaba tomando como referencia valores de $ 100, y también por la inflación, que se mide en tanto por ciento (%). Más adelante, evaluando su comportamiento, consideré más adecuado hablar de equilibrio, así que por ahora la llamo Teoría del Equilibrio Moneda Precios. Si algún día se pone en práctica, y funciona según creo que lo hará, quizás sea un poco más pretencioso y la llame pomposamente “Ley del Equilibrio”. A fines de 2005 envié esta idea al entonces Presidente de la Nación, el Dr. Néstor Kirchner, donde además le expresaba que “Me tomo el atrevimiento de escribirle porque creo que con este juego de ir aumentando cada día algo perdemos todos.” Me respondieron desde Documentación Presidencial que la derivaron al Ministerio de Economía, desde donde me notificaron que la archivaron: CUDAP: EXP-S01:0060609/2006. Mi idea, básicamente, es algo así: Teoría del Equilibrio Moneda Precios - Control de la inflación – Base 100 Hoy por hoy, en lo que va del nuevo siglo, sería sencillísimo aplicar este instrumento técnico, ya que la inflación es muy baja comparada con la media histórica. La idea central es crear un ENTE REGULADOR de PRECIOS, en el cual se involucre a los Empresarios para que discutan entre ellos quienes pueden aumentar sus precios, y quienes deben absorber ese aumento, para no generar inflación, y evitar así la devaluación de la moneda. Esto tiene alguna similitud con lo hecho en la Argentina en los últimos años, donde se han pactado acuerdos con las Empresas formadoras de precios una por una, pero con la diferencia de que en el ENTE los empresarios deberían acordar entre ellos para que los precios mantengan un equilibrio, y no suban. No es Control de Precios ni Convertibilidad. Es simplemente dejar que los precios se acomoden entre sí. Si un producto aumenta su precio genera una diferencia con los demás. Si ése producto y los demás absorben ese aumento, se mantiene esa diferencia que ése producto necesitaba, y logramos evitar la devaluación de la moneda. Por ejemplo, si cada día algunos productos aumentan un poco, y al año todos han aumentado más o menos un 20 %, observaremos que aún conservan de diferencia casi la misma relación porcentual entre ellos, pero logran el objetivo de devaluar la moneda, atrasar los sueldos, etc. Por eso insisto: Todos los productos deben absorber cada aumento. Les muestro un pequeño ejemplo hipotético: Tenemos 7 productos de $ 9 cada uno: 1 no aumenta: 0 % de $ 9 queda a $ 9 1 aumenta: 1,45 % de $ 9 sube a $ 9,13 1 aumenta: 1,67 % de $ 9 sube a $ 9,15 1 aumenta: 2,11 % de $ 9 sube a $ 9,19 1 aumenta: 2,33 % de $ 9 sube a $ 9,21 1 aumenta: 2,89 % de $ 9 sube a $ 9,26 1 aumenta: 3,22 % de $ 9 sube a $ 9,29 $ 63 $ 64,23 En éste ejemplo el aumento de los precios es del 1,95 %, por lo cual todos deben absorber 1,9127 % cada uno. Si todos absorben el porcentaje que les corresponde, logramos que no se devalúe la moneda, pero permitimos que se establezca la relación entre los precios que se quería lograr con ésos aumentos. Para establecer el por ciento de inflación entre el Precio Inicial y el Precio Inflacionado se utiliza esta fórmula: Inflación = ( s$inf x 100 / s$in ) – 100 Para establecer el por ciento que se debe absorber del Precio Inflacionado para regresar al Precio Inicial, que será el Precio Final, se utiliza esta fórmula: % a Absorber = ( s$inf – s$in ) x 100 / s$inf Aunque es más sencillo establecer el Precio Final multiplicando el Precio Inflacionado de cada producto por un Índice de Ajuste que se obtiene utilizando esta fórmula: Índice de Ajuste = s$in / s$inf s$in = Suma Precios Iniciales s$inf = Suma Precios Inflacionados Ejemplo en detalle de cómo se realiza: $ Inicial $ Inflac Absorbe $ Final $ 9 + 0 % = $ 9 - 1,9127 % = $ 8,83 $ 9 + 1,45 % = $ 9,13 - 1,9127 % = $ 8,96 $ 9 + 1,67 % = $ 9,15 - 1,9127 % = $ 8,98 $ 9 + 2,11 % = $ 9,19 - 1,9127 % = $ 9,01 $ 9 + 2,33 % = $ 9,21 - 1,9127 % = $ 9,03 $ 9 + 2,89 % = $ 9,26 - 1,9127 % = $ 9,08 $ 9 + 3,22 % = $ 9,29 - 1,9127 % = $ 9,11 $ 63 $ 64,23 $ 63 Como se observa, se logra que el total quede en $ 63, y no en $ 64,23, y así se mantiene la diferencia porcentual entre los precios que era el objetivo de los aumentos. El Precio Inicial que no aumenta queda con un Precio Final de: $ 8,83 El Precio Inicial que aumenta 1,45 % sube 1,45 % en relación al Precio Final del que no aumentó: $ 8,83 + $ 0,13 (1,45 %) = $ 8,96 El Precio Inicial que aumenta 1,67 % sube 1,67 % en relación al Precio Final del que no aumentó: $ 8,83 + $ 0,15 (1.67 %) = $ 8,98 El Precio Inicial que aumenta 2,11 % sube 2,11 % en relación al Precio Final del que no aumentó: $ 8,83 + $ 0,18 (2,11 %) = $ 9,01 El Precio Inicial que aumenta 2,33 % sube 2,33 % en relación al Precio Final del que no aumentó: $ 8,83 + $ 0,20 (2,33 %) = $ 9,03 El Precio Inicial que aumenta 2,89 % sube 2,89 % en relación al Precio Final del que no aumentó: $ 8,83 + $ 0,25 (2,89 %) = $ 9,08 El Precio Inicial que aumenta 3,22 % sube 3,22 % en relación al Precio Final del que no aumentó: $ 8,83 + $ 0,28 (3,22 %) = $ 9,11 Es muy claro como se mantiene la diferencia porcentual entre los precios, y como se logra el objetivo de no devaluar porque se desactiva el impulso inflacionario. Y no es que bajan los precios (porque todos bajan), sólo se reacomodan. La Inflación – entendida como variación en la relación de los precios entre sí – se mantiene, pero evitamos la devaluación de la moneda. El ajuste debería ser sobre los precios de fábrica ó mayoristas. Lo ideal sería ajustar los precios en forma mensual. Para ello, durante las primeras semanas del mes, las Empresas que vayan a aumentar, o bajar, sus precios (a partir del mes siguiente) deben comunicarlo al Ente Regulador creado al efecto, que además de los Empresarios podría estar integrado por funcionarios del Estado, Consumidores y Sindicalistas. Se evalúa, se negocia, y se aceptan o rechazan. Y durante la última semana del mes el ENTE REGULADOR comunica los precios ajustados que regirán a partir del 1º día hábil del mes siguiente. Si incluimos, y regulamos, los sueldos dentro del equilibrio propuesto cerramos el círculo. Parece simple porque es simple. La inflación no es una consecuencia de falta de respaldo de la moneda, es sólo que un producto busca posicionar su precio en relación con los demás productos. Cuando se aumenta el precio de un artículo, lo que en realidad se aumenta es su participación en el gasto del consumidor en desmedro de los otros artículos, que ven disminuida su participación en dicho gasto. La comprobación de que la inflación es un posicionamiento del precio de un artículo en relación con los demás, y que no debería influir en la devaluación de la moneda, se obtiene al comparar el comportamiento de los precios en plazos medianos ó largos: Cuando los precios llegan al doble o al triple, todos llegan al doble o al triple (centavo más o menos), pero el valor de la moneda quedó relegado a la mitad ó a la 3º parte. La inflación, creada por especulación, desconfianza, etc., lo único que logra es devaluar la moneda, porque con el tiempo los precios y los sueldos se acomodan, pero, como el Estado no ajusta el valor de la moneda a la inflación, todos pagamos un impuesto inflacionario, y perdemos confianza en la garantía del Estado cuando emite la moneda. El respaldo de la moneda se debe dar con los bienes del Estado. El valor de una moneda nacional la debe garantizar la misma Nación, y no otro país, como ocurre en la mayoría de los países, que se respaldan con reservas en dólares. Traté de ser lo más claro posible, no es fácil explicar algo así tan concisamente… Veamos ahora la Ley 26.860 de “exteriorización voluntaria de la tenencia de moneda extranjera en el país y en el exterior”, sancionada y promulgada en Mayo de 2013. Esta Ley autoriza al Ministerio de Economía a emitir el BAADE (Bono Argentino para el Desarrollo Económico), que puede ser al portador, y el PADE (Pagaré de Ahorro para el Desarrollo Económico), ambos en dólares. Y también autoriza al Banco Central a emitir el CEDIN (Certificado de Depósito para Inversión), en dólares, nominativo y endosable. Así, con esta Ley, circularán tres Bonos en dólares, cada uno para un uso limitado y específico, garantizados, que podrán transferirse como una moneda. No es lo mismo, pero tiene alguna similitud con mi propuesta de una Doble Moneda Ajustable, con la diferencia obvia de que no son billetes de uso corriente, sino Bonos con usos restringidos y específicos. Una curiosidad, en 2001, durante la breve presidencia de Adolfo Rodríguez Saá, el economista David Espósito presentó un plan similar a mi idea de 1989, que consistía en mantener el Peso, que seguiría siendo convertible, y emitir el Argentino, como una segunda moneda, que tendría un respaldo más acotado. Cuando en 1989 propuse esta idea de crear una Moneda Ajustable, y con un pequeño interés diario, atada a una Canasta de Monedas, para apuntalar el Austral, no imaginé que en 2005 la República Popular China llegara a utilizar algo muy similar con su moneda, el Yuan. Efectivamente, en el año 2005 el valor del Yuan fue fijado a una Canasta de varias monedas internacionales. Durante la década anterior al 2005 su valor estaba fijo al dólar. En julio de 2005 el Yuan dejó de estar fijo al dólar, y su valor fue fijado a una canasta de monedas extranjeras, entre ellas el Yen, el Dólar, y el Euro. Como podrán apreciar, esta técnica monetaria utilizada por China es muy similar a mi propuesta del año 1989, salvo porque no utilizan una doble moneda. La diferencia de la Canasta de Monedas con la Convertibilidad al dólar es que permite cierta flexibilidad cambiaria, manteniendo la estabilidad. También en Cuba se implementó, en 1994, una Doble Moneda oficial; en ése año se agregó el Peso Cubano Convertible al Peso Cubano, que era hasta ese momento la única moneda oficial; y aún hoy, casi 20 años después, estas dos monedas continúan circulando en forma paralela. En Enero de 2000, Ecuador fue más allá que Argentina y China, que implementaron una Convertibilidad con el dólar, y dolarizó toda su economía durante el gobierno del Presidente Jamil Mahuad. A partir de ese momento dejó de circular el Sucre, que era la moneda nacional ecuatoriana, y comenzó a utilizarse el Dólar en su reemplazo. A pesar de no estar de acuerdo con que el dólar sea la moneda corriente en su país, el Presidente Rafael Correa debió mantener la dolarización, en aras de sostener la estabilidad económica. Eso le acarrea varios inconvenientes al Ecuador, entre ellos está el hecho de no poder integrarse al Mercosur. Un paso intermedio para llegar a tener una moneda nacional estable, podría ser utilizar lo que propongo con la Teoría del Equilibrio Moneda Precios, implementándola como una Doble Moneda paralela al Dólar, e ir sustituyéndolo poco a poco. Hasta aquí he compartido mi propuesta, y un poco de su historia - al final les mostraré el resto -, y creo que ya es suficiente; así que lo que sigue son sólo consideraciones, opiniones sobre inflación, devaluación, moneda, etc. que comparto, porque sí nomás. “Hay que terminar con ese verso de que es el salario de los trabajadores el que provoca la inflación”. CFK Puja distributiva del ingreso: Responsabiliza a los trabajadores, que exigen mayor salario, y a los empresarios, que buscan mayor margen de ganancia. Monetarismo: Responsabiliza a la emisión de moneda sin respaldo. Estructuralismo: Responsabiliza a la estructura productiva que no adapta la oferta al crecimiento de la demanda. Inflación por costos: – Aumento de salarios – Aducen mayores costos – Traslado a los precios – ¡Quieren convencer al trabajador de que se perjudica a sí mismo si exige un mejor salario porque eso genera inflación! Consideran que los salarios son un costo, los trabajadores robots y no personas. Salarios + bajos, + máquinas, + desempleo, + pobreza = + dinero. Inflación por demanda: – Si crece el consumo y el gasto público, o sea la demanda, genera inflación – No disfrutan que hay más ventas, y por ende mayores ganancias. ¡Aumentan los precios para ganar aún más! ¿No entienden, no se dan cuenta? Por ganar unos pesos de más generan inflación, deterioran la economía… ¡Y se perjudican ellos mismos porque se retrae el consumo! Y para empeorar, los economistas ortodoxos aconsejan enfriar la economía. Pero la culpa se la indilgan al Gobierno, al Banco Central, o a los trabajadores por pedir salarios dignos, y pretender elevar su nivel de consumo. Parece que no quieren controlar realmente a la inflación, porque así siempre le encuentran la vuelta para ganar dinero perjudicando al común de la gente. En general cada “experto” acomoda las circunstancias económicas para justificar un proceso inflacionario, sin tratar de entender el por qué real de la inflación más allá de la coyuntura económica del momento. Causa gracia, por ejemplo, oír que combatir la inflación genera crecimiento y riqueza, y luego que digan que el crecimiento genera inflación. ¿Recetas simplistas para diagnósticos simplistas? Evalúen ustedes mismos los más simples de los diagnósticos, con las más simples de las soluciones: 1. Diagnóstico más que simple: “La inflación se ocasiona cuando la demanda es mayor que la oferta” Soluciones más que simples: a) Frenar la demanda b) Incrementar la oferta 2. Diagnóstico más que simple: “La inflación se ocasiona por la emisión sin respaldo, y exagerada, de billetes” Solución más que simple: ¡¡Dejar de emitir billetes!! Mientras el Estado reasigna recursos: Asignación Universal por Hijo Jubilaciones sin aportes + Aumento semestral de las jubilaciones Suba del 2 % al 6 % para Educación en el Presupuesto Nacional Etcétera Los formadores de precios: Unas 30 empresas que producen más del 75 % de los alimentos y artículos de mayor consumo, abusan de su posición dominante, y se apropian de esos recursos mediante aumento de precios. Solo como ejemplo, sin acusar a nadie de nada, con cifras aproximadas, en la Argentina: Aceite: 80 % 2 empresas Lácteos: 78 % 2 empresas Azúcar: 75% 1 empresa Enlatados: 70% 1 empresa También algunas teorías inducen a políticas económicas erróneas, como por ejemplo la “Curva de Phillips” que, tomando como base un análisis de 100 años, establece una relación directa entre bajo desempleo con alta inflación, y viceversa, y sugiere que si aumenta el desempleo baja la inflación, y generar empleo aumenta la inflación. En parte eso ha sido desmentido cuando han sucedido casos de estanflación, que es tener altos índices de inflación y desempleo al mismo tiempo. La Curva de Phillips sería solo otra forma de explicar la teoría de oferta y demanda: - más demanda, y menos oferta, generada por más personas asalariadas genera subas en los precios. - menos demanda, y más oferta, generada por menos personas con trabajo genera bajas en los precios. Pero, se trate de oferta y demanda o Curva de Phillips, crea una falsa disyuntiva en las políticas económicas anti-inflacionarias, pues da a elegir entre sólo dos alternativas: a) Desempleo alto con baja inflación b) Bajo desempleo con inflación alta. Voy a explicar sintéticamente por qué la Curva de Phillips es una falsa disyuntiva, sin por ello dejar de ser correcta su apreciación histórica, aunque nos apartemos un poco del tema principal que es la inflación. Hace muchos años escribí que “el látigo de la esclavitud moderna es el desempleo”, porque los empleadores utilizan la posibilidad de despido como un arma para someter a sus empleados, ya que les dicen “hay miles de personas esperando por tu trabajo”. El capitalismo mantiene siempre una “cuota” de desempleo porque así mantiene los sueldos bajos, pues si se crean más opciones de empleo los sueldos suben. ¡Cuántos problemas se resolverían con Desempleo Cero! Pero en un mundo donde el Capitalismo necesita del desempleo para mantener bajos sus costos de producción, donde la inclusión de la mujer en el mercado laboral duplicó la demanda de empleo, donde las computadoras y las máquinas reemplazaron al hombre en las oficinas, las fábricas y el campo, se deberá ser muy creativo para resolver ése gran desafío. Y la realidad es que, en la Curva de Phillips, las patas son tres: Menos empleos = Peores salarios = Menos inflación Más empleos = Mejores salarios = Más inflación o, lo que es lo mismo: Alto Desempleo = Bajos Sueldos = Baja Inflación Bajo Desempleo = Altos Sueldos = Alta Inflación Es tan básico… generar más inflación para “aspirar” el circulante. Y todo tiene que ver con los intereses de los empleadores, que siempre se fijan en sus ganancias sin contemplar ni siquiera la posibilidad de equilibrar las tres patas. Es tan simple y sencillo, equilibrando los precios y los salarios, se puede sostener y sustentar una economía donde los empleadores obtengan ganancias con baja inflación sin generar desempleo. Phillips estudió 100 años de la historia económica de Gran Bretaña, solo para establecer lo mismo que ya con la teoría de la oferta y la demanda nos habían contado, y digo contado porque es un cuento, con el cual nos han explicado por qué los empresarios “deben” aumentar sus precios para “secar” la plaza cuando los trabajadores tienen empleo y mejores sueldos. Lo paradójico es que luego la mayor inflación les genera mayores dudas a los mismos empresarios sobre lo que pasará en el futuro, y eso redunda en menos inversión, y menos inversión es menos empleo y más pobreza. Que increíble, no, porque con menos empleo y más pobreza se logra que baje la inflación, lo cual genera más inversión, que genera empleos.… ¡Que genera otra vez que aumente la inflación! Muy, muy, muy loco. Por eso los empresarios deben reunirse, y acordar entre ellos como ajustar los precios, para que no genere inflación, y así sabrán qué pasará en el futuro, sin inflación, con empleo, sin riesgos. Según he observado en estos años, la inflación es algo así como una micro-seudo-ciencia que los economistas creen dominar. Algunos, más soberbios, creen que la pueden manipular. La realidad nos muestra que ni los economistas más expertos se ponen de acuerdo entre ellos en como se origina, y en como controlarla. Sus consecuencias son conocidas, siempre malas, donde hasta los especuladores más cancheros a veces patinan y pierden. Sus causas nunca son simples, siempre son muy complejas. Puede comenzar por la razón más nimia, y luego se va complicando por la interacción negativa de los actores económicos: - Especuladores, miedosos, ambiciosos, políticos interesados… y la prensa, que fogonean según sus intereses políticos, personales y económicos. Y no hay caso, nunca aprenden. Es como con la moda, los “expertos” dicen que algo “habrá” de usarse, y todos corren a comprar, aunque sea incómodo y horrible. Con la inflación pasa más o menos lo mismo, los “expertos” dicen que “habrá” inflación, y todos aumentan sus precios, por las dudas, aunque después terminen perdiendo dinero. Nos hemos acostumbrado a tener precios recargados por una expectativa de inflación, basada en ésa costumbre, que luego deberá cumplirse porque ya están recargados ésos precios. Y luego hay que ajustar todo el circuito económico, entre ellos los salarios, para nivelar ésa inflación autogenerada. Esto encarece toda la economía, como ser por ejemplo la tasa de interés de los préstamos bancarios. Es cierto que la inflación lastima más a los que menos tienen, porque complica la redistribución de la riqueza, ya que la inflación la reduce. Sería interesante que, además de diagnosticar las causas, los “expertos” den algún día precisiones sobre la solución definitiva. Porque diagnosticar diagnostica cualquiera, pero la cuestión es que no todos los “expertos” diagnostican lo mismo, y las soluciones que han propuesto, hasta ahora, no han solucionado el problema. Algunos economistas, que aciertan menos en sus pronósticos que los meteorólogos, dicen que la inflación se produce por la emisión de billetes, y que siempre es culpa del Gobierno y del Banco Central. Y descreen que los empresarios, los especuladores, la prensa, y las personas comunes tengan culpa alguna de la inflación. Me permito opinar que, a veces, los empresarios son como el alacrán que cruza el río arriba del sapo. ¡¿No se dan cuenta que a la larga, y a la corta, se perjudican ellos mismos?! En su afán de no perder ni un centavo, o de obtener ganancias extraordinarias, aunque efímeras, se apresuran a aumentar sus precios ante el más mínimo rumor de posible inflación, desabastecimiento, etc. La prensa opositora, y los políticos que les responden servilmente, fogonean siempre a la inflación como una forma de socavar la credibilidad del gobierno, y así tratar de mejorar sus posibilidades en una futura elección. Hay que ser muy claros, más que claros, siempre los principales perjudicados de la inflación han sido la gente común y los empresarios. Por supuesto que hay empresarios que saben especular, y así ganan algo de dinero, pero la realidad indica que la mayoría de los empresarios terminan perdiendo dinero. En ésa carrera descontrolada de aumentar y aumentar para intentar ganar un poco más de dinero, o para tratar de no perderlo, no se dan cuenta que esos mismos aumentos, desmedidos e innecesarios, les van comiendo sus activos, desvaloriza sus mercaderías, les encarece el crédito, su dinero en efectivo se devalúa, deben renegociar sueldos, y la fluctuación especulativa del dólar les impide trabajar en forma tranquila y previsible. Hasta la salud les perjudica, porque viven todo el día estresados pretendiendo adivinar cuanto van a subir los precios, duermen a los saltos porque no saben si al día siguiente habrá o no alguna movida que ellos no previeron. Los economistas, principalmente los argentinos, han dado muestras sobradas de errarle fiero, y si no lo creen así recuerden cuando se quitó la Convertibilidad y algunos de ellos predijeron un dólar a $ 100. La verdad es que si los empresarios se reúnen entre ellos, y acuerdan mantener un equilibrio en los precios, y lo cumplen, se evitarían muchísimos dolores de cabeza. Hay que combatir a los especuladores, y eso no lo puede hacer el gobierno en solitario, se necesita de la presencia activa de los empresarios. La gente común lo único que puede hacer es no comprar en los comercios que elevan sus precios, y caminar en busca de precios justos. Los empresarios son la clave de la inflación, si ellos se niegan a aumentar especulativamente la inflación se desactiva. Un buen empresario debe aprender que así como aumenta algunos precios cuando no le cierran los números, debe bajar aquellos precios que se le han ido muy arriba. El dinero, el billete, la moneda, es sólo un instrumento técnico, un papel de escaso valor intrínseco, al que se le atribuye un valor monetario, que sirve para realizar transacciones de distintos tipos, intermediando entre el valor atribuido a una y otra parte, entre mercaderías, o trabajo, o ideas, o cualquier cosa que a la que se le pueda atribuir un valor monetario. Por eso, cuando explicamos como funciona el equilibrio en el valor transaccional de toda la economía, debemos ser claros en determinar que la moneda no se desvaloriza per se, sino que los distintos agentes que intervienen en la economía tratan de desvalorizarlo, o valorizarlo, según su conveniencia momentánea, coyuntural, para conseguir el único objetivo que generalmente, casi siempre, persiguen, que es obtener una ventaja monetaria a costa de otros, que le permita ganar más y más dinero. Es así que debemos recrear las condiciones de equilibrio necesario para que la economía se desarrolle normalmente, sin sobresaltos, donde los valores de las cosas se vayan equilibrando con armonía, con sensatez; donde los salarios y los precios suban, o bajen, mínimamente, según la necesidad del momento económico, en el cual influirán, como siempre ocurre, las condiciones climáticas – en el país y en el mundo – las modas, la oferta y la demanda caprichosa de empresarios y consumidores, etc., pero en el cual el equilibrio debe actuar para satisfacer a todas las partes mientras la moneda conserva su valor transaccional intacto, para beneficio de todas las partes involucradas. Hay que tener en cuenta, siempre, que el equilibrio nos permite obtener, y mantener, muchos beneficios; como por ejemplo el hecho de que las tasas de interés en los préstamos bancarios serían muchísimo más bajas, porque al no haber ninguna expectativa de inflación a futuro todas las tasas de interés serían positivas, por mínimas que ellas sean. Otro beneficio sería el hecho de que las paritarias salariales serían más tranquilas, y en las cuales se podría discutir no sólo algún aumento en la escala salarial, sino también alguna disminución, si el momento económico así lo exigiera, siempre para mantener el equilibrio, en beneficio de los trabajadores, y para mantener, y acrecentar, los puestos laborales en toda circunstancia económica. Fíjense lo que ha sucedido siempre con los salarios y los precios: - Los sindicalistas solicitan aumentos de salarios cuando los precios suben, luego los empresarios aumentan sus precios porque el aumento de los salarios les genera mayores costos, y así y así. Lo que deberían hacer los sindicalistas es realizar las huelgas para solicitar que los precios bajen, o se mantengan, así los salarios no pierden su poder adquisitivo. ¿Se imaginan, comenzar el mes con una huelga general hasta que los precios regresen a su estatus anterior? Cuando los trabajadores realizan huelgas salvajes, que ponen en riesgo la situación económica general del país, aunque están absolutamente en su derecho de hacerlo, deberían razonar de un modo distinto, pensar si no sería más sencillo realizar una huelga de compra hacia los productos que aumentan sus precios, o realizar escraches y piquetes en las puertas de las empresas que son las formadoras de ésos precios; así se lograría evitar que los precios aumenten, y así se evitarían las huelgas para exigir aumentos salariales, porque no habría razones para ellas, porque al no aumentar los precios los salarios mantendrían su poder adquisitivo. Algunos se preguntan por qué hay inflación cuando no sube el dólar; que a veces está devaluado, y a veces sobrevaluado, tanto en la Argentina como en otros países; y es que eso depende de muchos factores, entre ellos el valor que se le quiera dar al dólar en función de los intereses del país en cuestión, como pueden ser propiciar el turismo, las exportaciones, etc. Cada momento tiene sus conveniencias y sus inconveniencias. Es obvio que los especuladores financieros están a la expectativa para ganar dinero a expensas del común de la gente, quieren sostener sus tasas de ganancias a costa de los salarios, del consumo, de la ingenuidad del común. En países como la Argentina, donde la fuga de capitales es una acción permanente, histórica, se deben implementar medidas para retenerlos, y en lo posible lograr su regreso. Los grandes empresarios y terratenientes argentinos fugan sus ganancias a paraísos fiscales, en donde quedan “durmiendo” sin producir nada, ni siquiera intereses, solo a los efectos de mantener ese valor en dólares. El dólar guardado, en el colchón o en un paraíso fiscal, no genera ganancia ni mantiene su valor, que se va devaluando, aún en los EEUU, por el proceso inflacionario. Dilma Rousseff, que es economista, habla de “tsunami monetario”: - Desde 2008 se imprimen más y más dólares. EEUU emite y emite, y eso ¿No genera inflación, ni hiperinflación en todo el mundo? En EEUU “controlan” la inflación regulando la tasa de interés de la Reserva Federal. En Argentina algunos dicen que la inflación la genera la emisión de pesos sin respaldo en dólares. EEUU emite dólares sólo con el poder como respaldo. El dólar es la moneda de reserva en casi todo el mundo. China tiene más de 3 billones. Argentina tiene unos 40.000 millones, más lo que tienen algunos argentinos guardados, aquí y afuera, que son cientos de miles de millones. El dólar es la moneda de EEUU, país que terminó el año 2012 con un déficit comercial de unos 600 mil millones de dólares, un déficit fiscal superior a 1 billón de dólares, y una gigantesca deuda externa superior a los 15 billones de dólares, que representa más del 100% de su PBI. Y EEUU sigue emitiendo, y emite solo sobre la base exclusiva de la confianza del mundo, que ya no se sabe si es confianza o la resignación de sostener el dólar a cualquier precio, porque si se cae el dólar ésos países pierden todas sus reservas. El 97 % de las Reservas Monetarias de todo el mundo en 2013 pertenecen a sólo 3 monedas: Dólar: supera el 60 % Euro: un 25 % Yuan: casi el 12 % La inflación deteriora los salarios, las jubilaciones, el ahorro. Las altas tasas de interés no siempre alcanzan para que los ahorristas mantengan un valor constante en sus ahorros, y menos aún para que obtengan ganancias. Devaluar constantemente lleva a la desconfianza, la desconfianza lleva a los aumentos de precios, inflación, devaluación y sigue el círculo vicioso. Tener un buen stock de reservas es esencial para evitar corridas, superar crisis, pero no tiene nada que ver con la inflación. Lo mismo ocurre con la emisión de billetes, siempre que no sea exagerada, pero si está bien respaldada con los Bienes del Estado, no tiene por qué generar inflación. Los especuladores sin patria fogonean la desconfianza del ciudadano común en la calidad de las instituciones políticas, económicas y jurídicas de un país, apoyados generalmente por la prensa opositora, y muchas veces también por políticos de pocos escrúpulos, para lograr así beneficiarse del caos artificial que generan. Ellos saben que la desconfianza en las instituciones favorece la especulación con el valor de la moneda local. Ningún país del mundo tiene instituciones absolutamente sólidas, todos atraviesan algunas crisis, la corrupción existe en todos lados, y si no observen lo que ha sucedido en EEUU y Europa en este principio de siglo, o la crisis ocurrida en EEUU, y el mundo entero, en los años 70 y 80. Y esto es para que hagan memoria los que pontifican que se debe restringir la emisión de moneda para bajar la inflación: - Recuerden que fue lo que pasó, en todo el mundo, cuando EEUU aplicó las ideas de Milton Friedman desde agosto de 1979 en adelante, mientras Paul Volcker fue Presidente de la Reserva Federal. El plan comenzó en 1979, pero ésa política monetarista de restringir la emisión y subir la tasa de interés logró que la inflación baje recién en 1983, mientras tanto el desempleo creció al doble en EEUU, y causó una enorme crisis de la deuda externa en toda América Latina. En la Argentina muchos Ministros de Economía intentaron resolver los problemas económicos devaluando la moneda. El resultado fue siempre el mismo, los procesos inflacionarios e hiperinflacionarios han destruido varias monedas: Peso Moneda Nacional - Peso Ley 18188 - Peso Argentino – Austral. Analicemos la historia de la inflación en la Argentina: Perón: año: 47 48 49 50 51 52 53 54 55 % : 15 19 34 22 50 19 -0.7 16 7.5 Perón tuvo un pico de inflación luego de la post-guerra, y luego bajó. Aramburu: año: 56 57 58 % : 16.7 25.6 50.7 Con Aramburu estuvo Alsogaray, y la inflación llegó al 50 %. Frondizi – Guido: año: 59 60 61 62 63 % : 101.6 18.5 16.4 30.7 23.8 Frondizi tuvo un pico alto, y luego se estabilizó en un 25 % promedio. Illia: año: 64 65 66 % : 18 38 30 Con Illia subió arriba de 30 %. Onganía: Lanusse: año: 67 68 69 70 71 72 73 % : 27.4 9.6 6.7 22 39 64 44 Bajó un poco con Onganía, y con Lanusse pasó el 60 %. Perón: año: 74 75 % : 40 335 Con Perón siguió igual, y con Isabel pasa el 335 %. Videla – Martínez de Hoz y Cía: año: 76 77 78 79 80 81 82 83 % : 347 160 170 140 88 131 210 434 Dictadura: 3 dígitos, parejito. La prensa…. bien, gracias. Alfonsín: año: 84 85 86 87 88 89 % : 688 385 82 175 388 4624 Alfonsín fue destrozado por la inflación… y la prensa. Menem: año: 90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 % : 1344 84 17.5 7.4 3.9 1.6 0.1 0.3 0.7 -1.8 Menem empezó muy alto, después la Convertibilidad bajó la inflación al mínimo, con un costo que pagó De la Rúa… y el país. De la Rúa: año: 2000 2001 % : -0.7 -1.5 Con De la Rúa la inflación no existió, pero no supo manejar la enorme deuda que heredó, y renunció. Duhalde: año: 2002 % : 40.9 Duhalde quitó la Convertibilidad, y trató de estabilizar la economía y, sobre todo, la política de la Argentina, pero la inflación subió hasta el 40 % . N. Kirchner: año: 03 04 05 06 07 % : 3.7 6.1 12.3 9.8 8.5 Con Néstor Kirchner bajó la inflación; y se estabilizó la economía al bajar la relación de la deuda externa con el PBI debido al canje, y al pago al FMI. C. F. Kirchner: año: 08 09 10 11 12 % : 7.2 7.7 10.9 9.5 10.8 Con Cristina F. de Kirchner la inflación sigue siendo baja en relación a la histórica, más allá de la polémica por el INDEC. Por más que la oposición, y sobre todo la prensa opositora, critiquen de modo feroz a la inflación “incontrolable”, es incomparable con los 3 dígitos permanentes que azotaron a la Argentina desde 1975 hasta 1990 inclusive. Y es incomparable, además, teniendo en cuenta el crecimiento anual del PBI de la Argentina desde 2003, y lo que ha bajado la deuda externa en relación con el PBI. El artículo 3 de la Carta Orgánica del Banco Central dice: “Es misión primaria y fundamental del Banco Central de la República Argentina preservar el valor de la moneda”. No hay que devaluar, si los especuladores impulsan artificialmente el precio del Dólar hay que sostener el tipo de cambio que le conviene al país, y perseguir a los delincuentes que intervienen en el mercado ilegal, que intentan ganar dinero perjudicando al Estado, y también al ingenuo pequeño inversionista. Ellos mismos recrean la inseguridad jurídica que luego denuncian para desestabilizar la economía, el mercado de cambios, para luego especular financieramente. En cada instante de la economía de un país se debe decidir qué tipo de cambio es conveniente; eso de la seguridad jurídica, previsibilidad, etc., para atraer inversiones, en general son solo chicanas de los opositores. No intervenir en el mercado de cambios, no regular el comercio interior y exterior, no regular otros aspectos de la economía solo beneficia a los especuladores; un Estado presente, regulador, protege a toda la ciudadanía. El Gasto Público financiado con recursos genuinos no es inflacionario, la discusión se instala en determinar qué recursos son genuinos, porque siempre los que quieren desestabilizar a la economía arguyen que se gasta con recursos no genuinos. Es como lo que sucede con la emisión de dinero, ¿quién es el que puede determinar cual es exactamente la masa monetaria que puede circular? Si las medidas económicas generan confianza se puede aumentar la masa monetaria sin provocar alta inflación, eso significa que la emisión de moneda no genera inflación por si misma, es necesario que exista un componente de desconfianza. Eso explica en gran parte la excesiva inflación histórica de la Argentina, donde los especuladores, apoyados generalmente por una prensa que responde a intereses que raramente coinciden con los del país, generan desconfianza para obtener ganancias en río revuelto. Adivinen a qué intereses responden quienes aconsejan que la inflación se corrige con suspensión de paritarias, flexibilización del empleo, reducción del gasto público, suspensión de subsidios al transporte, fútbol para todos, publicidad oficial, imposición de más impuestos…. Imaginen de donde provienen esas ideas; son los mismos que generan el proceso inflacionario sembrando desconfianza y miedo, usando y abusando de los medios de comunicación, y luego proponen que las consecuencias las paguen los trabajadores y los consumidores. Fácil, no? Uno escucha por ahí que la mayoría desea una sociedad más justa, igualitaria, con oportunidades para todos, cristiana… pero capitalista! Y es un contrasentido vivir en una sociedad capitalista, y pretender que haya igualdad de oportunidades, que no existan pobres, que todos tengan acceso a un servicio de salud y a una educación gratuita y de excelencia. Es un contrasentido pretender seguridad, y seguridad jurídica, en todos los sectores de la sociedad, ricos y pobres por igual. La seguridad jurídica se da solo cuando le conviene al poder del dinero. El capitalismo se guía por las “leyes del mercado”, pero si el capital pierde dinero ignora la seguridad jurídica, ejemplos sobran. El capitalismo genera pobres, los necesita, para que haya mano de obra barata, y los genera en todos los países del mundo, pues si existen países pobres hay más riqueza para los países ricos. Imaginen la diferencia abismal entre un pobre del país más pobre y un rico del país más rico. El capitalismo es la generación de riqueza para unos pocos. Y necesita que existan pobres y desocupados para abaratar el valor del trabajo. La desocupación genera demanda de empleo. Y la demanda de empleo baja el precio del trabajo … y genera pobreza. Y los pobres “generan inseguridad” … y … y … los pobres siempre pierden. La prensa opositora de la Argentina ha minimizado los logros económicos alcanzados después del default, insistiendo que sólo es un viento de cola por el boom de la soja, y elogian los logros de Chile, sin mostrar que allí el cobre es del Estado, por lo cual todo ese ingreso extraordinario queda disponible para que el Gobierno lo utilice. Y mientras el precio de la soja subió alrededor de un 20 % desde principios de siglo, el cobre subió más de un 300 %. Pequeña diferencia. Reflexión final sobre la inflación y la ingenuidad de la gente común: Creer que la inflación es un fenómeno económico de extrañas características, producto espurio de la interacción entre dos entes ideales que serían la oferta y la demanda, o solo por el hecho aislado de emitir dinero sin respaldo, es ser más que ingenuo. La inflación es más que sólo un problema de la economía, tiene que ver más con la maldad de algunos seres humanos, sicópatas sin una pizca de culpa que especulan con la ingenuidad de muchos que se creen expertos especuladores, y siempre pierden su dinero apostando a destiempo. Y está también la gente común, que son los que padecen sus consecuencias más que nadie, y serían los que podrían intentar una solución drástica, controlando el consumo y los precios, y boicoteando los aumentos injustificados, o realizando huelgas generales hasta que los precios regresen a sus valores originales, defendiendo así el poder adquisitivo de sus salarios. Lamentablemente, el desconocimiento y la ingenuidad de la gente común, los lleva a que solo sepan quejarse de la inflación. Hoy por hoy, en la Argentina, la inflación es cultural, ya que se aumentan los precios porque si, no hay una ética del empresario, comerciante o productor que lo impida, y no hay una ética del consumidor que se lo recrimine. Y a todo eso debemos agregar la manipulación artera de la opinión pública que realizan algunos periodistas que trabajan para los especuladores, y culpan al Gobierno y al Banco Central, como se ha venido haciendo con todos los gobiernos, peronista, radical, peronista liberal, militar. En lo que va del este siglo vemos que en la Argentina el problema no es la economía, sino la “economía política”; con una prensa opositora que todos los días genera desconfianza es muy difícil mantener la inflación, y el dólar, en parámetros aceptables, siempre suben algo más por esa desconfianza interesada. Así es como los inescrupulosos especuladores siguen llevándose su dinero una, y otra, y otra vez. Quizás esta es otra más de las acciones humanas que nos demuestran los defectos del Contrato Social. Antes del final una invitación a leer algo que escribí en 2012; que es muy distinto a esto, pero con algo en común: la ética y la moral del ser humano, que influyen tanto en la economía como en la ecología y el medio ambiente. Les ofrezco que lean mi cuento: Epiphania – instructionis – Île de la Gonâve … que no es cuento. Pueden leerlo en: oraxio.wordpress Más que cuento es un manifiesto, o un panfleto, donde comparto lo que pienso sobre ecología, medio ambiente, moral, algo de religión, los líderes que nos gobiernan, y el destino triste del ser humano si no deja de competir y aprende a compartir. Ahora sí, para el final, aunque creo que la fundamentación teórica de mi idea ya está bien explicada, para que se entienda como se gestó y evolucionó, aquí comparto un poco de ésa historia, desde 1989 hasta ahora. Como han visto hasta aquí, lo último que ideé fue la Teoría del Equilibrio Moneda Precios, que habrá sido allá por el 2005. Eso fue cuando di vuelta lo que difundí en el 2003: La Moneda Ajustable. Y la Moneda Ajustable tuvo una primera versión, donde se mantendría un Peso que se podía devaluar, y la Moneda Ajustable sería una 2ª moneda, atada a una Canasta de Insumos Básicos, una especie de canasta familiar. Pero todo esto tuvo su inicio en 1989, cuando ideé una Doble Moneda, en la cual se mantendría el Austral, y surgiría una Moneda atada a una Canasta de Monedas. Esa propuesta la entregué personalmente en diarios, radios, Diputados y Senadores Nacionales, y en el Ministerio de Economía, durante Mayo y Junio de 1989. Este es un resumen de esa propuesta: El $ur sería un billete de curso legal y corriente paralelo al Austral, pero con la particularidad que se ajustaría diariamente con una tasa de interés del 0,0175 %, resultando al año una tasa efectiva del 4 %. Se ajustaría, también diariamente, según la cotización real histórica de varias monedas: 20 % por el valor del u$s – dólar 20 % por el valor del Franco Suizo 20 % por el valor del Marco RFA 20 % por el valor del Yen 10 % por el valor del Lira 10 % por el valor del Peseta Así, con varias monedas y un pequeño interés anual tendríamos una moneda nacional que mantendría una paridad real a salvo de los vaivenes de cualquiera de ellas. Con el $ur se podrían rescatar los millones de dólares y otras monedas extranjeras que duermen bajo el colchón. Al mantener el poder adquisitivo se fomentaría al ahorro. Los plazos fijos se tomarían en $ur, con lo cual las tasas de interés estarían alrededor del 10 % anual (más el 4 % de ajuste). El Austral seguiría vigente como moneda de cambio chico, y sería la variable de ajuste de la economía. Todos los días se publicarían las cotizaciones reales de las monedas por las que se ajusta el $ur y, por consiguiente, la cotización de éste en Australes. Al bajar las tasas de interés habría créditos accesibles (en $ur). Con tasas de interés bajas y una moneda estable cedería la especulación. El $ur tendría un valor, en principio, de: $ur 1 = 500 Australes Luego continuó esto, lo publiqué en Geocities, que ya no existe, allá por el 2003, y lo difundí por mail, recibiendo muchas respuestas, positivas y negativas: cambiar2003 – Moneda Ajustable Esta idea es para verificarla y difundirla, citando la fuente: ar.geocities/cambiar2003/moneda Para verificarla sólo hay que tomar un año cualquiera, ver el VALOR del PESO al inicio, ajustarlo con el índice de la inflación hasta el final, y ver el resultado. IDEA: Si ajustamos (indexamos) semanalmente el valor del PESO (billete – moneda), no habría devaluación. El ajuste sería sobre los precios de fábrica o mayoristas. De lunes a viernes, las empresas que vayan a aumentar sus precios (a partir del lunes siguiente), deben comunicarlo al INDEC. El domingo a la noche el INDEC comunicará el VALOR que tendrá el PESO a partir del lunes. Lo único que se ajusta (indexa) junto con el PESO son los SUELDOS establecidos por Convenio. EJEMPLO: Canasta Valor Sueldo Inflación Familiar del Peso Normal 0 $ 1.000 1 $ 1.200 20 % $ 1.200 1,2 $ 1.440 15 % $ 1.380 1,38 $ 1.656 12 % $ 1.545,60 1,545 $ 1.854,72 10 % $ 1.700,16 1,7 $ 2.040,19 Explicación: Un billete de $ 100 al inicio cotiza $ 100, luego $ 120, $ 138, $ 154,56, y, al final, un billete de $ 100 tendría un VALOR (cotización) de $ 170. La inflación o aumento en los precios persiste, lo que desaparece es la devaluación. La moneda no se devalúa. El proyecto de crear una moneda estable es una obsesión en la Argentina. Parecía que la Ley de Convertibilidad solucionaba el problema, pero fracasó porque estaba atado a una moneda extranjera. Para crear una moneda estable se debe crear una MONEDA AJUSTABLE. El PESO no se devaluaría. Sería ajustable. Se actualizaría semana a semana. Para explicar mejor: Sería como si los precios estuvieran en Pesos, pero se pagara con Dólares. Cuando se paga con Dólares se realiza la conversión según la cotización del día, y se realiza el pago. Lo mismo haríamos cuando pagáramos con los Pesos Ajustables, realizar la conversión según la cotización del día, y realizar el pago. Y como en éste caso el Peso Ajustable, igual que el Dólar, se ajustaría según aumentan los precios, siempre mantiene su poder adquisitivo. Los cheques y plazos fijos serán en PESOS. No se realizarán transacciones en moneda extranjera. Este índice lograría evitar la hiperinflación. Controlaría el aumento de precios. Estabilizaría el valor del Dólar. Todos los comercios deberán tener un cartel con el índice de conversión de la semana. Las monedas-billetes serían los mismos que los actuales El ÍNDICE será el producto de una canasta de insumos básicos, Cada insumo tendrá un porcentaje del valor del PESO. Si alguno/s aumenta/n su/s precio/s, aumenta su porcentaje en el valor del PESO, por lo cual bajan los porcentajes de los que no aumentaron. Si alguno/s aumenta/n, aumenta el valor del PESO frente a los PRECIOS. Cuando más productos integran la canasta, menos afecta al conjunto el aumento de alguno de ellos. ¡ Ojo !! También se pueden bajar los PRECIOS. Aparte de que cada producto incide en un % dado en el total del índice, hay que precisar que cantidad de cada producto forma parte de la canasta. Puede ser que sea la cantidad promedio que se consume. O partir de la cantidad de cada producto que entre en Un Peso. En realidad los precios siempre se comportan así, cada artículo tiene un valor que representa un porcentaje del total de todos los precios de todos los artículos sumados. La diferencia es que cuando un artículo se encarece es el mismo artículo el que aumenta. Con el índice lo que sucede es que el artículo aumenta su porcentaje en relación al resto. Lo que hace que todo el resto disminuya su porcentaje. Sería como que cuando un artículo se encarezca, no sea dicho artículo el que aumenta, sino que todos los otros disminuirían su precio. El PESO mantiene su valor, ya que pierde poder adquisitivo con los artículos que aumentan, pero lo gana con el resto. Por Ejemplo: 9 k azúcar $ 10 12 10 10 10 10 10 10 10 10 10 7 k harina $ 10 10 11 10 10 10 10 10 10 10 10 8 L aceite $ 10 10 10 12 10 10 10 10 10 10 10 8 k arroz $ 10 10 10 10 13 10 10 10 10 10 10 6 k poroto $ 10 10 10 10 10 12 10 10 10 10 10 9 L leche $ 10 10 10 10 10 10 11 10 10 10 10 3 k fideo $ 10 10 10 10 10 10 10 11 10 10 10 8 L nafta $ 10 10 10 10 10 10 10 10 12 10 10 1 otro 1 $ 10 10 10 10 10 10 10 10 10 11 10 1 otro 2 $ 10 10 10 10 10 10 10 10 10 10 12 . $100 102 103 105 108 110 111 112 114 115 117 En éste ejemplo vemos como la suma de todos los artículos suman $ 100 y al ir aumentando llegan, al final, a sumar $ 117. Ajustando la moneda, un billete que al principio valía $ 100, al final valdrá $ 117. Con lo cual, según los aumentos que se dieron en éste ejemplo, podremos comprar: menos arroz ($ 13), más o menos la misma cantidad de azúcar, aceite, poroto, nafta y otro2 ($ 120), y más harina, leche, fideo y otro1 ($ 110). Cuando difundí esta propuesta recibí una respuesta desde la web de Domingo Cavallo: Francisco Tropepi wrote: Estimado Horacio, Lei su mensaje con la propuesta de dinero indexado. El problema es que deja indeterminado el nivel de precios, es decir, la tasa de inflacion. En mi pagina web cavallo.ar, podrá encontrar un articulo que yo escribí en 1999 y que acabamos de incorporar al sitio. Se llama “La Calidad del Dinero” y tiene que ver con su propuesta. Afectuosamente, Domingo Cavallo A lo cual respondí esto: Hola, lamento no haber contestado antes, pero los centros gratuitos no funcionan en vacaciones. En vuestra respuesta, aunque la firma como Domingo Cavallo, creo que el que escribió el mail es otra persona, no? Voy al tema, no creo que se deje indeterminada la inflación, en mi página de internet: ar.geocities/cambiar2003/moneda explico que, a mi entender, no tiene nada que ver la devaluación con la inflación, por lo cual la idea de indexar el peso absorbe la inflación para que no se devalúe la moneda, para que el valor de la moneda se mantenga. Cuando un producto aumenta su precio, todos los otros absorben un porcentaje de dicho aumento. Con un billete de $ 100 podré comprar menos cantidad del producto que aumentó su precio, pero más cantidad de los otros que absorbieron ése aumento. En realidad, el sistema es el mismo que el de la convertibilidad con el Dólar, pero en lugar de atarlo a una moneda extranjera, lo atamos a la evolución de los precios internos. Visite mi página, e invítelo a Cavallo a que examine la idea, quizás sea útil. Le cuento como anécdota que en Mayo de 1989, recorrí Buenos Aires entregando una idea para crear una doble moneda, dejando el Austral para que siguiera absorbiendo la inflación, y creando el $ur convertible a una canasta de monedas: Dólar 20%, Yen 20%, Marco Alemán 20%, Franco Suizo 20%, Peseta 10% y Lira 10%. Obviamente, nadie me contestó, siendo que era parecido a lo que luego se implementó con la Ley de Convertibilidad. Pero hay que tener la trayectoria de un economista como Cavallo para que le presten atención a ideas tan radicalmente distintas como lo fue la Ley de Convertibilidad, o como lo podría ser el Peso Indexado. Me extendí demasiado, espero no ser muy molesto, le saludo muy atentamente. Horacio Raúl Nieves La idea del Peso Ajustable tuvo una primera versión que es la siguiente: PRIMERA VERSION = DOBLE MONEDA: El proyecto de tener una moneda estable es una obsesión en la Argentina. Parecía que la Ley de Convertibilidad solucionaba el problema, pero fracasó porque estaba atado a una moneda extranjera. Para tener una moneda estable se debe crear una DOBLE MONEDA. La actual en Pesos ($), y otra, que podríamos llamar $ur. Los precios seguirían en $, por lo cual el $ sí se podrá devaluar. Pero el $ur no se devaluaría. Sería ajustable. Se actualizaría día a día. Las monedas-billetes tendrían los siguientes valores iniciales: u$s 1,25 2,5 5 12,5 25 62,5 125 $ 0,5 1 2 5 10 20 50 100 $ur 1 2 4 10 20 50 100 El $ cotiza frente al u$s, el $ur nó. Si alguien paga un artículo con $ur, se le debe devolver lo máximo posible en $ur, y el resto en $. El $ur será el producto de una canasta de insumos básicos, Cada insumo tendrá un porcentaje del valor del $ur. Si alguno/s aumenta/n su/s precio/s, aumenta su porcentaje en el valor del $ur, por lo cual bajan los porcentajes de los que no aumentaron. Si alguno/s aumenta/n, aumenta el valor del $ur frente al $. Cuando más productos integran la canasta, menos afecta al conjunto el aumento de alguno de ellos. ¡ Ojo !! También se pueden bajar los precios. Se creará un Instituto Formador de Precios. Sobre los valores mayoristas. Cuando un producto de la canasta aumenta su precio debe avisar 2 días antes. Ejemplo: avisa el día 23, aumenta el día 25, durante el día 24 se calcula el nuevo índice. Los cheques y plazos fijos serán en $ur. No se realizarán transacciones en moneda extranjera. INDICE: Valor del $ur en $ = SCB (Suma de la Canasta Básica) Ejemplo: azúcar $ 0,79 = 1,69 % de la SCB = $ 46,75 Aumenta el azúcar: $ 0,82 = 1,753 % de la SCB = $ 46,78 Aparte de que cada producto incide en un % dado en el total del índice, hay que precisar que cantidad de cada producto forma parte de la canasta. Puede ser que sea la cantidad promedio que se consume. O partir de la cantidad de cada producto que entre en Un Peso. En realidad los precios siempre se comportan así, cada artículo tiene un valor que representa un porcentaje del total de todos los precios de todos los artículos sumados. La diferencia es que cuando un artículo se encarece es el mismo artículo el que aumenta. Con el índice lo que sucede es que el artículo aumenta su porcentaje en relación al resto. Lo que hace que todo el resto disminuya su porcentaje. Sería como que cuando un artículo se encarezca, no sea dicho artículo el que aumenta, sino que todos los otros disminuirían su precio. Este índice lograría evitar la hiperinflación. Controlaría el aumento de precios. Imaginemos que en el índice participan 2 artículos: Azúcar $ 0,80 Papel higiénico $ 0,40. El índice-SCB -valor del $ur sería: $ 0,80 + $ 0,40 = $ 1,20 Con $ur 1,20 podemos comprar: 1,5 Kg de azúcar ó 3 rollos de papel hig. Azúcar aumenta a $ 1,20 Papel queda en $ 0,40. El índice-SCB -valor del $ur sería: $ 1,20 + $ 0,40 = $ 1,60 Con $ur 1,60 podemos comprar: 1,33 Kg de azúcar ó 4 rollos de papel hig. El $ur pierde poder adquisitivo frente al azúcar pero lo gana frente al papel. El $ur siempre se valoriza, pierde poder adquisitivo con el/los artículos que aumentan, pero lo gana con el resto. Les dejo unas yapitas: Helder Cámara: “Si doy de comer a los pobres, dicen que soy un santo. Pero si pregunto por qué los pobres pasan hambre y están tan mal, dicen que soy un comunista” Lula: “La euforia de los especuladores se ha transformado en la angustia de los pobres” “La avaricia y la fragilidad del sistema financiero originan las crisis económicas”, una grandísima verdad que he leído en algún lado. “Los Bancos te prestan un paraguas cuando está soleado, y te lo quitan cuando llueve”, viejo dicho popular, de inexorable cumplimiento. “No ha de ser muy bueno quien vive del sudor ajeno”, antiguo refrán español. Y aquí termina todo esto que quería compartir, así que sólo me queda agradecer, y desear con el alma que lo que he compartido sea benéfico para todos.- horacio raúl nieves - posadas - misiones - argentina 0376 – 4453671 - [email protected] oraxio.wordpress
Posted on: Fri, 13 Sep 2013 15:26:18 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015