Tórnate a lo Extraordinario de Dios Escrito por Pastor Otoniel Font el jueves, 19 de septiembre del 2013. Dios llamó la atención de Moisés, a través de la zarza que ardía y no se consumía. No sabemos cuánto tiempo estaría Dios provocando llamar su atención. No sabemos cuánto tiempo le tomó a Moisés mirar y ver que había algo extraordinario sucediendo. Pero Dios no se cansó en llamar la atención de Moisés, para que entendiera que no fue llamado a vivir en el desierto, sino que había algo más grande determinado para él. Dios no va a desistir hasta que entres nuevamente en el propósito que él ha determinado para ti. En medio de tu desierto, siempre estarán sucediendo cosas extraordinarias de parte de Dios, para llamar tu atención. Lo que sucede es que se vive tan a la ligera que, lamentablemente, vemos lo extraordinario como algo común y corriente. Era común ver una zarza ardiendo en el desierto; lo que no era común es que no se consumiera. Dios no va a abandonar sus esfuerzos por llamar tu atención, porque no va desperdiciar todo lo que ha hecho a tu favor. El ha puesto en ti el potencial y tienes la capacidad para vivir en lo extraordinario. Sólo acercándote a Dios es que tu vida puede cambiar de lo ordinario a lo extraordinario. Esto no significa que tienes que ser famoso y millonario. Una vida extraordinaria significa hacer lo que Dios te llamo a hacer; es vivir a plenitud, vivir de gloria en gloria, vivir en victoria. Moisés hizo varias cosas para dar el giro de 180 grados. En primer lugar, Moisés fijó sus ojos en lo que iba a hacer. La visión comienza pequeña, para algo grande. En medio de lo ordinario, fija tu mirada en lo extraordinario que Dios tiene para ti. Por encima de la mala economía mundial, por encima de las malas noticias, fija tu mirada en Dios. Lo segundo que hizo Moisés fue tornarse y acercarse a la zarza que ardía y que no se consumía. Cuando te tornas a mirar lo extraordinario de Dios que hay en tu vida, le das la espalda a lo ordinario. Bastó esa decisión de parte de Moisés para que provocara que Dios le llamara. Y, lo tercero, es que Moisés contestó: Heme aquí. Esta es una expresión de entrega y rendición. Heme aquí; dime qué tengo que hacer; yo quiero ir. En ti debe despertarse el deseo de hacer aquello que sabes que fuiste llamado a hacer. Da un giro de 180 grados en tu relación con Dios y no sigas con una vida ordinaria. Es lamentable que, por vivir en lo ordinario, amarres el futuro extraordinario que Dios tiene para tu cónyuge e hijos. Fija tu mirada y tórnate a lo extraordinario de Dios en tu vida. La zarza está ardiendo delante de ti; Dios te llama; contesta: Heme aquí. Verás que la vara ordinaria que llevas en tu mano, será la misma vara que Dios usará para abrir el mar, hará que agua brote de la peña y que haya cielos abiertos para ti y los tuyos.
Posted on: Thu, 19 Sep 2013 13:44:33 +0000
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