UN SEGMENTO DEL LIBRO: LOS POBLADOS DEL VALLE DE ATRIZ DE MI - TopicsExpress



          

UN SEGMENTO DEL LIBRO: LOS POBLADOS DEL VALLE DE ATRIZ DE MI AUTORIA. CATAMBUCO Enrique Herrera Enríquez. Este importante sector del Municipio de Pasto se encuentra localizado hacia el suroeste de la ciudad capital del Departamento de Nariño, aproximadamente a unos ocho kilómetros del centro de San Juan de Pasto, a una altura promedio sobre el nivel del mar de 2700 metros. Cuenta con algo más de tres mil quinientas personas en su zona urbana, y alrededor de seis mil quinientas en lo rural. La gran mayoría de sus habitantes están dedicados al agro, un número menor se considera como pequeño artesano, sin desconocer aquellos que están vinculados laboralmente con la albañilería, construcción y demás actividades | propias del desarrollo urbanístico de la Ciudad San Juan de Pasto. El núcleo central de la población se concentra en el caserío o pequeño poblado que se conoce propiamente como Catambuco, a cuyo alrededor se distribuyen una serie de Veredas que a continuación se enumeran: Botana, Cubijan Alto, Santa María, San Antonio de Casanare, Guadalupe, La Joya, Cubijan Bajo, Gualmatán, San Antonio de Acuyu, La Merced, La Marquesa, La Victoria, Botanilla, De Chávez, El Campanero, Manduros. La comunicación entre las diversas veredas, se hace por pequeños caminos donde pueden transitar vehículos de muy alto tonelaje con las dificultades que se puede prever. SÍNTESIS HISTÓRICA Es bueno clarificar que cuando se habla de Fundación de una determinada población, por parte de los invasores europeos, ésta se la hacía generalmente sobre asentamientos poblacionales de los propios indígenas reagrupando las viviendas dispersas, quienes a la llegada de los Conquistadores tenían ya establecidos sus poblaciones. Los europeos simplemente institucionalizaron la Fundación de los nuevos poblados, con el objeto de solicitar para sí las Mercedes Reales a que tenían derecho según las disposiciones de la Corona Española. Con la advertencia anterior, tenemos: Que Encarnación Moreno en su libro Primeros Asentamientos en el Sur de Colombia, dice respecto a Catambuco, en una relación que hace de los veintiocho primeros encomenderos que en 1559 se distribuyeron Encomiendas y tributos: Que éste era una encomienda entregada a Juan de Casanas, Conquistador y Poblador de la actual Ciudad de Pasto, conjuntamente con treinta (30) fanegas, 2 pueblos: Catambuco e Ixobi, sin número de tributarios por estar roto el documento, 40 de minas y 500 mantas (1). Hacia 1561, de acuerdo a Apuntes de la Historia de Pasto, obra escrita por José Rafael Sañudo, Catambuco aparece como Encomienda del capitán Día Sánchez de Narváez (2). Posteriormente corresponde a Don Alonso Carrillo, reagrupar los diversos pueblecillos localizados en los alrededores de San Juan de Pasto con el objeto de poder administrarlos y ejercer dominio sobre la producción material de cada uno de ellos. La disposición sobre el reagrupamiento fue emanada por parte de la Real Audiencia de Quito y puesta en ejecución en Pasto el jueves 13 de Marzo de 1586. Asesinato del Comisionado José Ignacio Paredo o Peredo Corría el año de 1771 y en Pasto al igual que en todo el territorio de la Nación, comenzaron a imponer nuevos tributos, comisionándose al Doctor José Ignacio Peredo, por parte del Gobernador de Popayán don Pedro Becaria y Espinosa, para que viajase hasta Pasto a hacer cumplir lo dispuesto. En la ciudad no encontró aceptación por parte del Cabildo, motivo por el cual se apresuró a hacer conocer el Decreto por su propia cuenta(3), afirma Sergio E. Ortíz. Da la casualidad que en ese día 24 de junio se estaba celebrando la Fiesta del Patrono de la ciudad, San Juan Bautista, época por demás imprudente para dar a conocer con bombos y platillos, una medida de carácter tan impopular. Obviamente la gente se organizó y lanzando piedras al comisionado, obligaron a éste a refugiarse en el Colegio de la Compañía de Jesús. Al amanecer, intentando evadirse, fue alcanzado en LA CRUZ DE CATAMBUCO y allí mismo fue muerto con una púa por un indígena de Mocondino de apellido Naspirán. Este acontecimiento es supremamente importante destacar en la historia de Pasto por cuanto nos está indicando cómo las gentes de esta ciudad a la cual algunos consideran absolutamente monárquica, supieron en su oportunidad asumir gestas de libertad y rebeldía en contra de las disposiciones de la corona española. PRINCIPALES ACCIONES BÉLICAS EN LAS GUERRAS DE INDEPENDENCIA. En las varias contiendas que tuvo que afrontar Pasto, durante la denominada Independencia o guerras de liberación, Catambuco fue al igual que los demás sectores rurales de Pasto, el refugio natural de los Soldados Pastusos. Desde ese lugar organizaba Agustín Agualongo a sus guerrillas. Cuando Pasto era sitiado, Catambuco, que se encontraba en el camino hacia el sur, entraba a formar parte de los sectores estratégicos para lanzar el ataque final. LA PRISIÓN Y DERROTA DE CAICEDO Y CUERO Y MACAULAY. El día 23 de Agosto de 1812, tiene ocurrencia en predios de Catambuco un combate entre los ejércitos republicanos comandados por el norteamericano Alejandro Macaulay, y los soldados pastusos al mando del Capitán Juan María Villota y Don Francisco Delgado. El conflicto se presenta ante el incumplimiento que hace Macaulay de devolverse con sus huestes a Popayán llevando de regreso al presidente Joaquín de Caicedo y Cuero, quien se encontraba prisionero en Pasto. Intentando evadir las tropas pastusas para alcanzar su objetivo, organizaron la salida hacia Quito por los lares de Chapal en la noche del 12 de agosto de ese año, al ser detectados por las gentes de Pasto son alcanzados en Calambuco, donde derrotados son tomados prisioneros en el atardecer del día 13 de agosto. Macaulay logró en principio fugarse y al ser detenido en Buesaco se le encontró una serie de papeles que comprometieron grandemente su acción. Orgullosos los pastusos y patianos con sus triunfos, envían dos destacamentos bastante numerosos hacia el sur. Manda el primero Francisco Delgado, quien avanzó audazmente hasta la parroquia del Ángel, correspondiente al distrito municipal de Ibarra. Más tuvo que retroceder temiendo las fuerzas de Quito. El segundo destacamento era dirigido por Joaquín de Paz y Casimiro Casanova, jefes de los patianos, los que con quinientos hombres ocuparon Pupiales; a la misma sazón los quiteños mantenían sus estancias en Cumbal, haciendo desde allí algunas excursiones sobre los enemigos, a quienes molestaban... (4), afirma J.M. Restrepo en Historia de la Revolución en Colombia. Tanto el presidente Joaquín de Caicedo y Cuero como Alejandro Macaulay, fueron fusilados en la Plaza de Pasto el día 26 de enero de 1813. ¡Un palo al jinete y otro al caballo y el chuzo al estómago! El 12 de junio de 1823, tuvo lugar un combate donde se enfrentó el ejército republicano acantonado en Pasto, al mando de Juan José Flórez, contra las milicias pastusas dirigidas por Agustín Agualongo, quienes se encontraban atrincherados en las alturas de Anganoy. En un principio creyó Flórez que sería fácil disolverlos, demostrando poco temor, al darse cuenta que las gentes en Pasto reaccionaban en favor de su caudillo, tomó la determinación de marchar hacia Calambuco. En el camino encontré a Flórez que venía corriendo,- dice José María Obando en sus Apuntamientos Para La Historia-, y de paso me ordenó que hiciese tocar trote, porque el enemigo iba derrotado; pero a pocos pasos vi que la caballería de Jiménez con su jefe herido, era la que venía envuelta tras la fuerza de Flórez; a poca distancia encontré al enemigo que entraba al callejón con toda su fuerza y le rompí el fuego con una compañía de 50 hombres. Como Flórez se había interpuesto a detener la marcha del resto del batallón, yo creí que fuera para hacer abrir fuegos a derecha e izquierda: no lo hizo, dejándome empeñado con sólo 50 hombres, y sin embargo fue rechazado el enemigo por el frente; pero descendía por mi izquierda y entrando en el espacio que había entre Flórez y yo, derrotó a aquél, quedando yo cortado. Desde este instante fueron vanos mis esfuerzos; la compañía desapareció entre muertos y prisioneros; me habían muerto también mi caballo, y pie a tierra con sólo dos soldados, pude abriéndome paso a estocadas y bayonetazos por medio de los vencedores, hasta que pude alcanzar a los dispersos...(5). En este memorable día fue cuando con la orden de Agualongo: “¡Un palo al jinete y otro al caballo y el chuzo al estómago!, los pastusos alcanzaron una derrota total y vergonzante para los ejércitos republicanos por haberlo causado indios, armados con garrotes, machetes y lanzas. Tuvimos ciento cincuenta muertos y quedaron trescientos prisioneros, perdiéndose más de quinientos fusiles y cuanto la república tenía en Pasto.(6), afirma José Manuel Restrepo. La mayor gloria histórica de Catambuco es la de haber derrotado a palos a los republicanos en 1823, dice Justino Mejía y Mejía. Allí se dispararon los últimos cartuchos a favor de Fernando VII. Y los dispararon el párroco Miguel de Rivera y el indio Canchala, al frente de 800 bravos que gruñían de coraje. Gente ruda de frente cuadrada, de ojos rasgados, de labios gruesos, de músculos varicosos y lampiños. Indios puros. Indios pastusos: blasón de un pueblo y cano de una raza... Dicha gesta la comparte Anganoy por cuanto en dicho sitio se presentó también gran parte del combate a que estamos haciendo alusión. Infortunadamente no se conoce con precisión la significación exacta del vocablo Catambuco, sin embargo Luis Gabriel Moreno dice que posiblemente se traduciría como vasija negra. Los indígenas solían denominarlo como Páginacatambuy. Catambuco como se ha visto encierra tanta historia y conforma, con su bucólico paisaje, toda la belleza y feracidad de las tierras de gran esplendor del Marínense y Pastuso en particular. En la plaza principal de la cabecera corrigimental se levanta un monumental templo a la imagen de la Virgen de Guadalupe, cuya advocación se remonta a 1610, año de muerte de Juan de Montoya, quien fundó la Cofradía en Catambuco, la cual en 1646 estaba a cargo de su hijo Gerónimo, según se deduce del testamento que suscribe éste último en ese año. Atemorizados por el fuerte terremoto de 1834, los habitantes de Pasto juraron a nuestra Señora de Guadalupe de Catambuco. Cada año se recuerda esta promesa el 12 de diciembre, con una fiesta pastoril llena de los candores de antaño, en frase de don Miguel Triana...(7), afirma el Jesuíta Jaime Alvarez. Actualmente se celebran festividades el día 20 de Enero de cada año. Por Acuerdo Número 6 del 21 de diciembre de 1935 el Concejo de Pasto erigió en Corregimiento a Catambuco, contemplando en su jurisdicción inicial a los siguientes caseríos: Botana, Obonuco, Santa Bárbara, Botanilla, Los Ángeles, Río Bobo, Jongobito, Espino, Potreros, Gualmatán, Jurado, Cubijan y Simarronas.(8). NOTAS BIBLIOGRÁFICAS. (1) MORENO, Encarnación: Primeros asentamientos en el Sur de Colombia. Departamento de Antropología y Etnología. Universidad de Madrid, S. F., P. 427. Citado por ZUÑIGA, Eduardo: Historia económica de Nariño (Notas preliminares), 38 páginas. Mimeografiado. 1978. (2) SAÑUDO, José Rafael: Apuntes sobre la historia de Pasto. Primera Parte. La Conquista. Imprenta la Nariñesa. 1938. p. 45. (3) ORTIZ, Sergio Elías: Agustín Agualongo y su tiempo. El asesinato del Doctor José Ignacio Peredo. Biblioteca Banco Popular. Volumen 61. Bogotá! 974. p. 46 (4) RESTREPO, José Manuel: Historia de la revolución en Colombia. Bolsilibros Editorial Bedout. Medellín 1974. Volumen I. p. 231. (5) OBANDO, José María: Apuntamientos para la historia. Editorial Bedout S.A.. Medellín. p. 61. (6) RESTREPO, José Manuel, obr. cit. Volumen V. p. 90. (7) Anuario Estadístico, Planeación Municipal de Pasto. 1987. pag,. 102. (8) ALVAREZ, Jaime, S. J. Este día en San Juan de Pasto y en Nariño. Biblioteca Popular Nariñense. Tipografía Javier. 1988. p.
Posted on: Fri, 22 Nov 2013 14:32:41 +0000

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