Uno siempre desea que el hermano país fronterizo del norte prospere, que su economía se desarrolle, que su pueblo logre una mejor calidad de vida, pero… En esto del canal interoceánico que les predica el presidente Ortega, más que una realidad observo una quimera. Cuarenta mil millones de dólares no se consiguen a la vuelta de la esquina; el nuevo canal tampoco es una prioridad en el comercio mundial –hay que ser realista– dado que las necesidades serán satisfechas con la ampliación del canal panameño. Además, su eventual construcción provocará considerables daños en los frágiles ecosistemas del lago y de su entorno. Tampoco sería un canal seguro, pues no podrían hacerlo tan hondo y tan ancho como para evitar encalles. Por malicia indígena puedo asegurar, con un porcentaje de certeza, que ese cuento del canal ni Ortega ni su gente se lo creen, pero es un buen señuelo para seguir manipulando a las masas y, de paso, consolidar magníficos negocios para provecho propio. Así un pueblo no puede progresar.
Posted on: Sat, 15 Jun 2013 17:51:37 +0000
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