VENEZUELA, VISTA DESDE ESPAÑA. En su día, Venezuela era un - TopicsExpress



          

VENEZUELA, VISTA DESDE ESPAÑA. En su día, Venezuela era un paraíso. Había trabajo, se ganaba bien, el cambio de divisas ayudaba mucho y bastantes españoles se fueron allí. Unos con motivo de la Guerra Civil y otros después. Españoles y venezolanos trabajaban unidos y muchos de los primeros se casaron con hijas o hermanas de los segundos, radicándose ya allí indefinidamente. Cuando yo estuve la primera vez en 1948, conocí a varios de estos españoles. Incluso algunos crearon fábricas e industrias, aumentando la oferta de trabajo para los nativos. Otros instalaron distribuidoras de productos diversos, dinamizando así la economía de la nación. Pero nunca llueve a gusto de todos. Aires de nacionalización se filtraron entre los nativos, que optaron por abrir en canal la gallina de los huevos de oro, con las consecuencias que todos conocemos. Sin conocimientos técnicos, sin idea del necesario mantenimiento y, sobre todo, sin una disciplina del trabajo, el traspaso a manos venezolanas fue un estrepitoso desastre. Pero entonces vino el alza del precio del petróleo, y los ojos se les desorbitaron, creyendo que todo el monte era orégano. Aquello parecía que no se acabaría nunca y que daría para todo. Cobrar sin apenas trabajar fue la meta que se fijaron muchos. Y Venezuela, el país de los recursos ingentes, de desplomó. En Febrero del 1983 – cuando mi segunda ida al país – el Bolívar perdió todo su valor en los mercados internacionales. Durante unos días, la incertidumbre se adueñó de los círculos económicos. Y cuando volvió a recobrar su valor, había pasado de 22 pesetas por bolívar a sólo 0,80 céntimos. Aún conservo resguardos de aquel desastre. Y nunca más levantó cabeza. Las últimas cotizaciones actuales - ahora ya en euros, es decir, 166 veces más altas – hablan de 56.000 bolívares antiguos por un euro. No creo que haya moneda en el mundo – salvo el marco alemán en los tiempos finales de Hitler – que se haya depreciando tanto. Sin embargo, hay el mismo petróleo – o más, según los últimos sondeos – y el campo puede producir, con dos cosechas o más al año, recursos suficientes para el doble o el triple de la población actual de Venezuela. Recuerdo que las explotaciones de hierro daban un 70 % del mineral, cuando en España no pasaban del 25%, lo que ya se consideraba rentable. Entonces, ¿Qué es lo que ha fallado? Todos lo sabemos. Una administración absurda, gastando sin cesar más de lo que recauda o empleando esos ingresos en atenciones a países afines ideológicamente, que nunca van a pagar sus deudas; expropiaciones ordenadas visceralmente, abandono de los campos y sus explotaciones, proliferación de la cultura del vivir sin trabajar, pérdida de los valores que hacen que una convivencia sea posible, etc. etc. Y por si fuera poco, las nuevas clases dominantes extendiendo su odio de revancha a los que, en su día, hicieron posible, con su trabajo callado y constante, a que Venezuela tuviera escuelas, liceos, universidad, sanidad, explotaciones agrarias y ganaderas, así como industrias, centros de trabajo y todos los elementos de una sociedad evolucionada. Todo eso se ha perdido. El tejido industrial eficiente ha desaparecido. El único recurso actual es el petróleo, y no llega para todo. El País se ha sumido en una postración económica, que sobrevive apenas por las importaciones, que tampoco son suficientes. Elementos de primera necesidad no se encuentran en los mercados y el Gobierno acude a préstamos extranjeros, que le son rechazados porque por encima de las ideologías, llámese de China o de Rusia, que no son tontos, está la economía y el actual gobierno de Venezuela no le ofrece suficientes garantías. No va a ser fácil encontrar la solución a todo este desastre. Aún tienen que ponerse las cosas peor, para que el pueblo despierte de su indolencia y conformismo, para que se dé cuenta de que la demagogia de sus actuales dirigentes es un camino equivocado, que no lleva a ninguna parte. Aún tiene que llegar más sufrimiento al pueblo, sea o no chavista. De su aguante dependerá que sea más pronto o más tarde. Ojalá yo llegue a verlo, porque amo a Venezuela, donde pasé parte de los mejores años de mi vida. Don Compai I, desde España.
Posted on: Fri, 04 Oct 2013 00:55:34 +0000

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