Y pasé. Enamorada de ti toda mi vida, buscándote, queriéndote, observándote de lejos, de cerca, pasando mi mirada de absolutamente todos para poder llegar a la tuya, concentrándome en ti, rozándote, transmitiéndote. Y fue así como lo logré, por que entonces sonreíste para mi. Fue esperanza, ilusión, resplandor y felicidad lo que me consumía pero, no muy lejos, y muy dentro de mi pecho…persistía también una pequeña pizca de desilusión que siempre preferí ignorar. Una pizca de realidad. Por que lo sabía, al fin y al cabo. Siempre lo supe. Fue cuando, a punto de entregarte mi corazón, mi alma, mi ser y toda mi esencia, me doy cuenta de que estoy cayendo, tú me dejas caer; entonces comprendo que, ese pedazo de desilusión que siempre tuve dentro de mi pecho para atormentarme, no era si no otra cosa más que la simple, cruda e hiriente realidad: No me querías, no me quisiste, nunca lo hiciste. Ahora que, me he apartado y ha pasado el tiempo, ahora que, empeñada en superarte te he alejado de mi existencia… has vuelto, pero noto como es que algo ha cambiado. Son nuevas miradas, un nuevo brillo cegador, un nuevo sentimiento y una nueva promesa surgiendo de tus labios mientras dices que me quieres. Y me besas, y algo nuevo surge dentro de mí… y sonrío y me alejo. No es algo nuevo, es algo viejo, algo guardado, algo suprimido. Nada. No siento nada. No más que decepción, no una ilusión. Entonces comprendo. Te he superado. Y con tu regreso, puedo estar también, más segura que nunca de dos pequeñas y verídicas cosas: Ahora me quieres y yo, nunca lo hice....
Posted on: Wed, 20 Nov 2013 18:48:21 +0000
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