chimalayotl, la tortuga de mar, nado alrededor del único mundo, - TopicsExpress



          

chimalayotl, la tortuga de mar, nado alrededor del único mundo, presa del deseo de alejarse del mar, así creyó que si encontraba el fín del mundo; encontraría el camino que lo llevaría al otro mar, ese que estaba siempre arriba de ella, en el día se veía quieto y limpio, sin que nada provocará ninguna perturvación en ese mar celestial, de noche su color era pardo pero extraños peces inmoviles alumbraban desde su interior, así que su único deseo era encontrar el fín del mundo, aquel lugar en donde los 2 mares se juntaban y se volvían uno solo. -Chimalayotl- escucho una voz llamarle atrás de el, al llevar siempre la mirada puesta en los cielos no notó a la pequeña embarcación que se quemaba a un par de metros tras de ella. -¿Quién eres?- preguntó intrigada -Eso lo sabrás a su debido tiempo- respondió aquel hombre barbado mientrás hacía un ademán indicandole que se acercara La gran tortuga obedeció y cuando estuvo cerca, aquel hombre de un salto rápido; subió sobre su caparazón. -¿Qué estás haciendo?- preguntó girando la cabeza sobre su lomo, aquel hombre sonrió y le contesto -no tengas cuidado, mi embarcación muere consumida por las llamas, llevame sobre tu lomo o moriré en medio de la nada- la tortuga dudo, pero aferrado a su idea le contestó -venerable hombre, ruego a usted me perdone, lo que me pide es imposible, mi camino no es a tierra firme, al contrario busco cada véz más alejarme de ella, si quedas sobre mi lomo, tarde o temprano morirás de hambre y tu cuerpo jamás llegará a la playa de nuevo- el hombre sonrió y con voz tranquila dijó -no te apures, yo también busco la lejanía del único mundo, no moriré de hambre si absorbo el cieno de tu coraza, vayamos juntos que yo conozco el camino- los ojos de la tortuga se abrierón incredulos, pero al mirar la sonrisa y mirada decisiva sobre aquel rostro no pudó evitar alegrarse y dijó -vayamos pués- y se adentrarón hacía el horizonte, siguiendo el rastro de Tonathiu; el sol, que cada ocaso se perdía dentro del mar. Varios días transcurrierón en ese viaje que no minaba los ánimos de ambos y sin darse cuenta, un día la tortuga se encontraba volando sobre el mar, siempre con su mirada fija en la bobeda celestial que se imponía sobre su ser, no se dió cuenta que a cada braceo, se alejaba más y más del mar en donde siempre había navegado. Mientras, su acompañante reposaba sobre su lomo con la cabeza viendo el cielo y con sus brazos sirviendole de reposo para su cabeza y dijó -Chimalayotl, ya no podrá ser ese tu nombre, de hoy en adelante serás llamada solo Ayotl, pues ya has abandonado el mar, ahora solo eres tortuga, pero para mi serás Ayotlzín, pués tu servicio me ayudo a regresar a mi cielo, mi lugar de morada, mi nombre es Quetzalcoatl, la gran Serpiente Emplumada, anda pués, nada o mejor dicho vuela libre y no mires más haciá arriba, este largo oceano es solo para ti- y Ayotl con llanto en los ojos y una amplía sonrisa navegó por el universo entero. La última véz que alguién le vió cruzando el cielo, fué un emperador llamado Moctezuma II quién sabiendo quién era; creyó que en su lomo traía de vuelta al tan esperado Quetzalcoatl, quién desde su morada celestial sigue llorando la caída de su pueblo.
Posted on: Sun, 07 Jul 2013 03:08:01 +0000

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