A casi una semana de la final del abierto del Us Open queda - TopicsExpress



          

A casi una semana de la final del abierto del Us Open queda todavía la nostalgia de un partido épico donde dos guerreros, como en la época medieval parecían luchar por sus vidas como si supieran que ya no habría un mañana. Los dos mejores jugadores del mundo en la actualidad no podían depararnos un mejor escenario que el que vivimos. Desde el principio del juego Rafael Nadal parecía tener muy en claro que no podía llegar a acomodarse en la cancha, o ensayar unos golpes para ver como iba su oponente, salió hacer su trabajo y no había tiempo que perder. La estrategia pensada aunada a las buenas sensaciones que tenía en su raqueta dieron frutos casi desde el comienzo del partido, Djockovic por lo pronto, parecía entonces no acabar de entender lo que estaba pasando, no era lo que él tenía en mente, quizá pensó que el juego iría ganado calor al pasar los games pero no fue así, un Nadal certero, punzante, y muy concentrado no permitieron que Djockovic sintiera comodidad alguna en la cancha desde el primer set. Como era de esperarse el set corrió tan rápidamente que Djockovic necesito hasta la mitad del segundo set para tener más control de sus golpes y mejores sensaciones en el juego. Fue entonces cuando su condición de número uno florecía y la cancha comenzó a formar parte de su cuerpo. No permitió que Nadal tomará más espació del que ya le había concedido y se empezó a mostrar seguro de si mismo y del escenario, era otra persona, otro hombre que sorprendía a Nadal y a los espectadores con sus genialidades de un tenis exquisito digno de ver al lado de los mismos dioses de la mitología griega. Tenía que pasar lo que paso, y es que Djockovic gano el segundo set con absoluta autoridad, no sólo lo gano sino que logro lo impensable, empezó a socavar la mente de Nadal donde a partir de ese momento comenzó a llenarse de dudas y parecía que el guerrero paso de ser cazador a cazado, una ráfaga de interminables golpes por parte de Djockovic parecían no tener fin, a tal punto que Nadal comenzaba a retirarse de la línea de fondo y a defenderse como mejor pudiera del aluvión que se le venía encima sin poder hacer otra cosa que esperar que pasara. Nada ni nadie presagiaba que el tenis de Djockovic podía bajar de nivel cuando había ya quebrado el servicio de Nadal y se encontraba 3 2 y sirviendo. Pero como dicen por ahí, si de algo puedes estar seguro es que no des por sentada tu vida, y menos en el tenis, no se tiene seguro nada, absolutamente nada hasta el último punto. Un 40 30 para Djockovic no podía ser mejor escenario, pero una derecha cruzada de Nadal que llevo el game a un 40 iguales parecía no a ver sido de mayor incidencia, pero presagiaba lo que nadie pensaba en ese momento, dos errores no forzados de Djockovic inimaginables en él y en un punto tan importante, rompían la pared de la ventaja del quiebre y los colocaba 3 iguales en el tercer set. La distancia del quiebre desapareció, se esfumó y entonces se comenzó a dar una caída estrepitosa colmada de errores no forzados en Djockovic. Poco tiempo paso entonces para que Nadal oliera en el Aire la confusión, la duda y la desesperación de su oponente, entonces como el ave fénix resucito y volvió a tomar esos espacios cedidos al final de la línea de fondo, volvía a tomar por las riendas el juego y nuevamente sintió que podía doblegar a Djockovic. A partir de ese momento un Nadal que parecía mas bien poseído entendió que ya no había vuelta atrás. Era el momento, o ahora o nunca podía pasar. No dejo de atacar a pesar de que en el 4 iguales un 0 40 lo desfavorecía. Todo el mundo estaba en tensa calma pues a esa altura del partido y con un Djockovic de oponente es por llamarlo casi literalmente imposible que Nadal pudiera ganarle cinco puntos seguidos. Pero su convicción era única, indestructible, impenetrable, se ciño a su juego y con una frialdad absoluta como si se tratara de un vulgar entrenamiento y no de una fínal de Grand Slam logro otra vez romper la cabeza de Djockovic que se sentó casi sin poderlo creer. Esos puntos fueron determinantes para que Nadal se hiciera del tercer set. Ya para el cuarto set y después de una batalla agotadora y con dos set en contra Djockovic no encontraba una solución al acertijo del juego de Nadal. Lo intento cientos de veces y de infinitas formas pero era imposible lograrlo. Un Nadal abismalmente bien estructurado en su juego y una confianza inquebrantable finalmente hicieron en la cabeza y en el tenis de Djockovic un abismo del cual ya no pudo a salir. Perdió como un guerrero con la frente en alto pero que parecía que en ese día los mismos dioses no le favorecían. Un Nadal terminada la lucha, se acercó casi incrédulo y con un profundo respeto hacia su oponente lo saludo y llego a colocar su cabeza en el regazo del hombro de Djockovic casi como si estuviera pidiéndole perdón por haberlo derrotado. Eso hace más histórica esta batalla. Eso hace más grande a los grandes, la humildad y la idea bien clara de que se es un caballero antes de ser un tenista. Una muestra más de estos dos impresionantes seres humanos que parecen más bien ser seres de otro planeta.
Posted on: Sun, 15 Sep 2013 19:45:54 +0000

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