Amor de mamá, Sabrás que te amo infinitamente, eso jamás - TopicsExpress



          

Amor de mamá, Sabrás que te amo infinitamente, eso jamás cambiará, por más que a veces pareciera lo contrario. Mucho me han dicho de disfrutar el embarazo, la "dulce espera", de dormir la mayor cantidad de tiempo posible porque luego ello sería bastante complicado...en fin, tantos consejos que me han dado mientras convivíamos en el monoambiente que era mi cuerpo y que decidí oír, a medias. Porque como te dije siempre, mi princesa, la dulce espera a veces no suele ser tan dulce. Lo que sucede es que, haciendo un resumen y luego de haberla vivido, uno siempre elige recordar los momentos lindos, como las pataditas, el cariño ilimitado de la gente que te rodea, los antojos y la sensación de no estar nunca más sola. Y uno se aferra, mi niña, a esas cosas bonitas, que son las que nos permiten continuar en este agotador pero tan precioso camino que es la maternidad. Dormir, se convierte en una misión imposible los últimos meses, ya el espacio que demandamos ambas supera las barreras de la piel. Entonces, pretender descansar, es un desafío prácticamente ilusorio, un consuelo o consejo de alguien que olvidó la falta de espacio existente. Luego, tu llegada al mundo, mi regalito hermoso, mi locurita, reina de mi vida. Los primeros días tan dormilona, tan buena, tan demandante en solamente lo básico de tu existencia: hambre, sueño y cambio de pañales. Todo parecía fácil...quién fue la exagerada que dijo que un bebé demandaba demasiado tiempo? Quién dijo que era tan difícil de sobrellevar? Así, aún con el bebé más tranquilo del mundo, una pierde noción del tiempo...las mañanas y las noches se entremezclan, las horas se apresuran en el reloj y los días directamente se suceden, unos a otros, como en una maratón. Las ojeras se instalan en el rostro, pasando a ser una extensión dichosa de tu existencia, mi pequeña. Hasta que un día, decidiste cortar la rutina y romper en llanto. No hubo canción, paseo ni palmada que pudiera frenar tanto desconsuelo. Y en medio del cambio, me ví envuelta en mis propios prejuicios, en mis propias metas. No conseguía calmarte, y eso, simplemente, significaba mi derrota. Los paseos nocturnos comenzaron a sucederse acompañados de grandes lágrimas que, frustradas, intentaban exteriorizar la pena que invadía mi pecho. El ritmo incesante de nuestros paseos, se volvió monótono y tampoco parecía dar efecto. Y así, mi princesa, entre lágrimas, silencios y caminatas en la oscuridad de la noche, supe muy en el fondo, que en algún momento, te cansarías y te rendirías a los brazos de Morfeo. Estaba atravesando, tal vez, la prueba más dura hasta el momento: usar la paciencia para entender tus tiempos. Recordar, que cada lágrima que cae de tus ojitos, cada grito estremecedor y cada estirón brusco entre mis brazos, es tan sólo tu única manera de decirme: mamá, te necesito. Y es entonces que me entrego a mi propio llanto y me repito...todo pasa...y la noche nuevamente pasó y te encuentra esta mañana tibia durmiendo tranquila al compás de tu respiración. Por eso, bella mía, así como vos te expresás de la única manera que podés, mamá también va aprendiendo a conocerte, a entenderte y a acompañarte en el duro proceso de aprender a vivir. Teneme vos también paciencia, mi chiquita, siempre juntas, siempre unidas, todo esto pasará.
Posted on: Wed, 31 Jul 2013 14:27:26 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015