Dice Don Juan en el Segundo Anillo de Poder que la percepción y consciencia pertenecen a la misma esfera de unidad, es decir, somos conscientes porque percibimos y percibimos porque somos conscientes. Por otro lado, me parece acertado afirmar que esta realidad la estamos alucinando: el DMT, molécula presente en todos los seres vivos es, a mi parecer, la sustancia causante de la alucinación colectiva que llamamos “realidad”, el DMT es la droga con que todos estamos dopados. Y siguiendo los lineamientos de Don Juan, si hablamos de realidades mágicas pertenecientes a ciertas etnias de todo el mundo estamos hablando específicamente del Nagual (“Relatos de Poder” C. Castaneda); para observar los actos de poder hay que habituarse a la realidad consensual de los brujos, si no se tiene consciencia del Nagual (esa otra realidad completamente inherente a nosotros que ignoramos por estar clavados en el Tonal) no es posible vislumbrar tales actos, tal como la tribu indígena incapaz de observar los barcos que no pertenecían a su realidad. En conclusión, sí, estamos siendo engañados por la Maia y vemos lo que la información de la Matrix refleja. Pero al final somos nosotros mismos quienes decidimos el flujo de la energía que proyectamos, nosotros decidimos lo que pensamos y lo que hacemos y es esto lo que define nuestro mundo: pensamientos e intenciones. Mi alucinación personal es esta: somos dioses contemplándose a sí mismos en el Templo de los Espejos del Universo, dioses que están meditando en algún sitio del Cosmos, soñando que tienen una vida para no aburrirse de su existencia Eterna.
Posted on: Sun, 21 Jul 2013 04:41:06 +0000
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