En 1968 la Revolución Mexicana habÃa muerto. Sin embargo, como todavÃa sucedÃa en 2000, era invocada y el gobierno afirmaba representarla. El paÃs vivÃa de los grandes mitos acumulados por los sucesivos regÃmenes "revolucionarios", caÃan como una tormenta sobre la población y las palabras de un puñado de crÃticos, frecuentemente de izquierda, apenas si eran escuchadas. La arrogancia del poder mexicano parecÃa tener un sólido fundamento. De tal suerte que las llamadas de atención ocurridas en 1958 jamás fueron consideradas. Ferrocarrileros, electricistas, maestros, telegrafistas, universitarios, trataban de recuperar las plazas perdidas y darle nueva vida al sindicalismo, por completo en manos de lÃderes corruptos y al servicio del Estado. Nada parecÃa romper la tranquilidad "revolucionaria", la unidad bajo los principios de 1910-17. En mi opinión, todos aquellos conceptos sobre la Constitución, la democracia, la libertad, el pluralismo, no eran sino meras palabras dentro de un discurso gastado, intolerante y saturado de lugares comunes. Lo asombroso es que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) lo utilizó tantas décadas, que luego, en lo que supusimos una transición, el Partido Acción Nacional (PAN), representante del conservadurismo nacional, siguiera hablando de la ya caduca revolución y realizara un festejo por su bicentenario. El 68 no es exclusivo de México ni fuimos los primeros en protestar ante una realidad intolerable. Para muchas partes del mundo fue un año difÃcil, en el que las inquietudes aparecen básicamente entre los jóvenes. En ParÃs los estudiantes se lanzan a un movimiento que tiene profundas implicaciones polÃticas y que apela a la imaginación y al amor. Tampoco los muchachos estadunidenses permanecen tranquilos; atrás han quedado la guerra frÃa y el anticomunismo ramplón del senador McCarthy; se preocupan por la brutal intensificación de la guerra en Vietnam y la música y las drogas aparecen como una contracultura capaz de acabar con la enajenación. Y mientras el Black Power, dirigido por Carmichael, Cleaver y Hamilton, entre otros, con Angela Davis acosada, lanza consignas violentas, los hippies depositan en sus extravagancias, en el rock y en los ecos de Ginsberg, Kerouac y Ferlinguetti las posibilidades de hallar la libertad. Cuba resiste el bloqueo de Estados Unidos y prueba que el socialismo puede ser edificado a unos cuantos kilómetros de su territorio. La rebeldÃa social, la antisolemnidad y los deseos de transformaciones radicales se han acumulado y se manifiestan desde diversas actitudes y luchas. Algunos filósofos imaginaron que los estudiantes, y no el proletariado, podÃan ser el detonador de una magna revolución y proporcionar a estos un basamento teórico. El pensamiento de Marx, Engels, Lenin, Rosa de Luxemburgo, Gramsci y Trostki, las hazañas guerrilleras de Ernesto Guevara y de Salvador Allende a través de la vÃa electoral, influÃan poderosamente. La rebeldÃa de los estudiantes del 68 era sensata, estaba apoyada con sólidos argumentos. Las grandes y conmovedoras manifestaciones no lograron su objetivo: que el gobierno dialogara. El PRI a fuerza de ejercer el poder parecÃa despótico, autoritario, el suyo era un presidencialismo cerrado. Ante ese muro inmenso los estudiantes manifestaron su malestar. Fue inútil. La tragedia rondaba a la fiesta de proclamas y consignas sensatas. Los estudiantes dieron repetidas muestras de cordura y si el gobierno critica las pancartas con efigies de Lenin, Marx o Guevara, aparecÃan las de los héroes nacionales para evitar la descalificación y la consecuente acusación de "traidores" o "apátridas". Si el ruido molestaba a DÃaz Ordaz y a su gabinete, los jóvenes salÃan por miles en completo silencio. Los mexicanos comenzaron a mostrar su simpatÃa por el movimiento estudiantil y los trabajadores poco a poco se sumaban a las marchas y mÃtines. Quienes estuvimos en la masacre del 2 de octubre en Tlatelolco fuimos tatuados. Estudiantes, profesores, intelectuales, fueron sensiblemente afectados y muchos fueron en busca de un arte combativo, crÃtico. Yo, me vi obligado a escribir una novela: El gran solitario de Palacio. La lista de libros sobre el tema, donde el presidencialismo y el sistema fueron acusados y enjuiciados, es larga y no se queda en dos o tres tÃtulos. Todos esos volúmenes (periodÃsticos literarios) conforman un "Yo acuso" que mucho ha contribuido al cambio en México. Esa brutal noche nos hizo despertar a millones de mexicanos que decidimos buscar la manera de transformarlo. Cada quien en su trinchera, en su tarea. Pero el sistema, como estaba, no podÃa seguir su ruta hacia la violencia draconiana. Desde entonces, primero se hizo una obligación: era indispensable mantener la memoria del paÃs, luego la rutina dejó principios, tácticas, proyectos y fue el pretexto para que cada año, al amparo de una consigna que se ha gastado ("2 de octubre no se olvida"), salen a las calles jóvenes a destruir lo que encuentran a su paso, a pintarrajear edificios y a gritar majaderÃas. No hay un propósito claro como el que se tenÃa en 1968. De tragedia a farsa, dirÃa Marx. Los héroes del 68, aquellos que no se incorporaron al sistema que deseaban eliminar, salen a las calles y penosamente encabezan la marcha más destructiva que propositiva. Los demás o han muerto o de plano han ocupado elevados cargos dentro de la burocracia polÃtica priista, la panista y la perredista. La gente los mira sin interés. Los medios señalan su desarticulación de la realidad y ellos regresan a sus casas con la sensación de haber llevado a cabo la toma de la Bastilla o del Palacio de Invierno. Si hoy en México tenemos mayor libertad y democracia se debe, entre otras cosas, a esas grandes marchas de protesta que organizaron los estudiantes. La libertad y la democracia nunca aparecen como un obsequio, son el producto de las luchas de corte popular. Esos muchachos y los trabajadores urbanos y campesinos que los apoyaron hicieron factible que ahora exista una prensa con mayor independencia y que los escritores de izquierda manifiesten sin muchas reservas sus posturas ideológicas. La siguiente conmemoración del 2 de octubre esperemos sea parte de un proyecto radical de cambio, con un serio contenido ideológico.
Posted on: Thu, 03 Oct 2013 05:26:30 +0000
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