Esperanzado en que China podría apalancar su derruido modelo e influido por su agresivo pragmatismo, el presidente Maduro, entre indecisos tanteos retóricos, fue arrastrado a decir algo parecido a: ¿Socialismo? ¿Capitalismo? ¿Tercer Camino? no es eso lo que importa No mencionó los célebres gatos de Den Xiaoping, pero hizo pensar en la habilidad de sus uñas. Ha creído descubrir que puede arrojar cualquier infundio contra sus adversarios sin necesidad de basarlo en medios de prueba. Le basta repetir: "los tengo en la mano", pero nunca los presenta; es más, no vuelve a mencionar el hecho denunciado porque otra acusación tomará por asalto el escenario, igualmente sin demostrar nada ni dar al agraviado derecho a defenderse. Digamos que no es una práctica nueva. Comenzó con el horrendo asesinato del fiscal Danilo Anderson. Los dueños del poder saltaron con extraña celeridad a culpar a la oposición. Nació así el indebido proceso, sin fase de pruebas ni derecho a la defensa en cualquier estado y grado de la causa.
Posted on: Sat, 05 Oct 2013 17:33:26 +0000
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