“HAY QUE DEJAR DE PONER EL ACENTO EN LA VÍCTIMA” La - TopicsExpress



          

“HAY QUE DEJAR DE PONER EL ACENTO EN LA VÍCTIMA” La periodista Gabriela Barcaglioni lleva un registro de los femicidios cometidos en Argentina a partir de información publicada en agencias de noticias nacionales. En diálogo con Periodismo Social, la profesional hace una lectura de los números que hablan de 16 asesinatos de mujeres por mes; opina sobre la cobertura mediática del tema, del uso de las palabras, de la importancia de diversificar las fuentes, de la necesidad de brindar herramientas a los medios y de seguir trabajando en consensos para dejar de leer que el asesinato de mujeres se convierte en “crimen pasional”. Barcaglioni es Licenciada en Comunicación Social. Egresada de la Universidad Nacional de La Plata. Desde 1991 es ayudante diplomada en las Cátedras de Comunicación I y Análisis de la Información. Integró el Equipo de Investigación y Elaboración de materiales periodísticos para la Campaña de 16 días de activismo contra la Violencia hacia la Mujer. Publicó “Femicidios: cómo los medios construyen las noticias. Femicidios e Impunidad. Campaña globalización y nuevas formas de violencia hacia la mujer”. -¿Por qué utilizar los medios de comunicación para cuantificar los femicidios? -Entiendo que son quienes tienen acceso a este tipo de hechos, aunque no coincido con el tratamiento que hacen de los mismos porque incluyen en sus rutinas el relevamiento de los hechos policiales entre los cuales se encuentran los femicidios. Mi aspiración es que pasen a formar parte de los programas de análisis político y de las secciones de sociedad en los medios gráficos. En el caso particular de mi trabajo, la lectura cotidiana de los diarios hizo que reparara en la aparición constante de los femicidios y empecé a sistematizarlos a partir de una actividad que organizábamos con mis compañeras de la Casa de la Mujer Azucena Villaflor en La Plata. Es decir que el origen de mi trabajo tuvo mucho de militancia feminista. -Realizás una cuantificación, pero la cualificación, en cuanto al uso del lenguaje ¿cómo lo definís? -De la observación de los femicidios que tengo registrados surge un primer dato que tiene que ver con la edad de las mujeres. Son muy jóvenes. El 31 % de los femicidios registrados entre los años 2004 y 2007 (hasta agosto) las mujeres asesinadas tenían entre 15 y 24 años y durante el mes de noviembre la mitad de ellas tenían entre 13 y 23 años. Es una edad en que las mujeres se proyectan, buscan desarrollarse, van adquiriendo autonomía, hay una búsqueda constante. Y asocio la violencia a una forma de poner coto a esta necesidad o actitud. Los femicidios para mí representan la forma más terrible de controlar la vida de las mujeres. Hay otro dato que sobresale y tienen que ver con la dificultad de las mujeres a acceder a la Justicia y la revictimización que el sistema policial y judicial hace de ellas. El término más utilizado es el de crimen pasional. Y esta calificación no es inocente. Remitir este tipo de homicidio a una cuestión pasional, irrefenable, que no se puede contener es quitarle toda intencionalidad. Y además obviar que el asesinato es el último eslabón en una sucesión de violencias contra esas mujeres que después asesinan. Creo que además son un mecanismo de disciplinamiento más para las mujeres. Para mí tienen ese efecto sancionador. Me llama mucho la atención que se haga hincapié en la infidelidd de la mujer como causa delasesinato, el hecho de que circulaba a horas imprudentes por lugares descampados; siempre observo que hay una conducta que no se acepta para las mujeres como motivo o justificación de los femicidios. No tengo herramientas conceptuales, teóricas para sistematizar o hacer evaluaciones de otro tipo, pero mi práctica en servicios de atención de violencia durante más de diez años y mi militancia feminista me permite al menos interpelar estos hechos, hacer una lectura crítica. Finalmente creo que no se puede dejar de mirarlos sin tomar como referencia qué significa el patriarcado y como se establecen las relaciones de poder entre mujeres y hombres en este contexto. -¿Los/as periodistas argentinas/os se muestran comprometidos con el tema? -En líneas generales no. Hay casos que se convierten en excepciones. Creo que muchas/os periodistas no tienen los elementos para leerlos e interpretarlos de otra forma. Responden a la ideología dominante, aunque reconozco que en muchos casos no es con mala intención. -¿Qué nos falta en las coberturas? -En las coberturas lo que falta y se necesita es diversificar las fuentes, no recurrir solo a la policía. Y por sobre todas las cosas dejar de poner el acento en la víctima, en sus comportamientos en sus actitudes porque a mi entender eso justifica el asesinato. Tampoco se hace análisis en el sentido técnico de la palabra, no se vinculan hechos, no se observan elementos que se reiteran. Volviendo al tema de las fuentes creo que debemos las feministas, quienes trabajamos desde distintas disciplinas sobre el tema violencia de género, instalar otros discursos. -En España, por ejemplo, hay materiales destinados a periodistas para cubrir violencia hacia la mujer ¿crees que son eficaces, que son utilizados y tenidos en cuenta por las/os periodistas? -Sí, me parece que al menos cuestiona a los/las periodistas. A partir de su lectura se hacen algunas preguntas. Soy optimista en ese sentido. Mi práctica como docente en la Facultad de Periodismo de la UNLP me confirma este supuesto. La falta de información sobre estos temas juega en contra. Los/las alumnos/as que escuchan un relato diferente sobre los femicidios, que escuchan sobre estos temas se interesan, indagan. A mí me pasa que cuando tienen que elegir temas para sus trabajos prácticos se ponen a trabajar sobre cuestiones como aborto, femicidios, violencia familiar. Creo que son pequeños granitos de arena. Mi deseo es que se pueda trabajar desde alguna cátedra en las carreras de Periodismo y Comunicación Social sobre estos temas. -¿Hay que llegar a consensos o regulaciones con los medios para cubrir los femicidios? -No confío demasiado en las regulaciones, lo que se impone no convence, puede entenderse como un límite como una censura. Prefiero inclinarme por los consensos, los acuerdos, pero para eso hay que hacer un trabajo de instalación, de sensibilización sobre el tema. Llamar la atención, aportar materiales, generar debates. En fin creo que es un trabajo que debemos hacer las/los profesionales que nos interesa el tema, las asociaciones o gremios que involucren a los/las periodistas y las organizaciones de mujeres que tomaron y tienen el tema como prioritario.
Posted on: Tue, 15 Oct 2013 03:54:40 +0000

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