Refugio de Cuartel Páez lejos de ser digno Luis Alejandro Borrero lborrero@el-carabobeno Perder su vivienda fue apenas el comienzo del vía crucis. Vivir en un refugio es la penuria que deben soportar unas dos mil 500 familias en Aragua desde hace al menos un año. El Estado no cumple con los requisitos mínimos de habitabilidad, establecidos en la Ley de Refugios Dignos promulgada en 2011. Cuartel Páez, en el centro de Maracay es un refugio pionero, luego de que las torrenciales lluvias los desplazaron de sus hogares hace dos años. 564 familias esperan en el cuartel ser reubicadas. Retornar a la comunidad, pasada la emergencia, o en caso de pérdida total a nuevos urbanismos, expresa la ley. El día que llegó un grupo de familias al cuartel fue el más horrible, relató una fuente, quien pidió no ser identificada. Venían desde Paraparal, al sur de Maracay. El Lago de Valencia tragó sus casas literalmente. “Esperamos hasta las 2:00am para ingresar”. Los días siguientes la línea de calidad de vida fue en franco descenso. Acuartelados, los afectados por las lluvias fueron ubicados en galpones. Allí se delimitó el suelo con líneas amarillas, marcando espacios donde apenas cabe una cama matrimonial. Sin privacidad alguna, los refugiados guindaron sábanas para dividirse. “No sabemos con quién podríamos dormir al lado”. Familias dejaron de compartir sus tragedias para empezar a compartir sus vidas. “Se suponía que debíamos salir en tres meses, según la Ley”. Este 30 de septiembre algunas familias cumplen un año en el Cuartel Páez. “Aquí han venido solo a prometer”. La fuente aseguró que el gobernador, Tareck El Aissami no ha visitado el refugio. “No nos ha dado la cara en todo este tiempo”. Sobre las cabezas de unas 19 familias en el galpón siete del Cuartel Páez hay un techo agujereado. “Cuando llueve se nos filtra el agua”. Aberturas en el tejado permiten que decenas de palomas se posen sobre niños de hasta siete meses de edad. Cuando las palomas defecan transmiten protozoarios, hongos, bacterias, clamidias o virus a través de su excremento alto en ácidos fosfóricos y úricos. El desecho cae sobre las camas, suelo y alimentos de los damnificados. “Tuvimos que poner sábanas y bolsas en el techo de las camas”. El suministro de agua estuvo garantizado los primeros meses de estadía. “Ahora nosotros tenemos que comprar el agua potable”. Los refugiados deben caminar cerca de una cuadra para utilizar los baños diariamente. Aunque el cuartel ofrece servicio de alimentación, los afectados decidieron cocinar su propia comida en cocinas eléctricas. “Hubo rumores de que la comida venía con gusanos y moscas” dijo la fuente, quien se enteró de lo ocurrido en reuniones semanales que sostenían los refugiados. Protestas por el cambio Hastiados de tener que hacer fila para usar el baño, comer u obtener agua, los refugiados del Cuartel Páez decidieron tomar la calle. Esta semana protestaron varias veces en la fachada del complejo exigiendo una respuesta habitacional. Utilizando consignas, pancartas y cánticos exigían una audiencia directa con el gobernador de Aragua. “Este jueves nos llamaron para instalar mesas de trabajo” agregó otra fuente. “Nadie quiere decir su nombre porque si lo leen en el periódico te sacan de las listas de espera por casas”. El gobierno les pidió una tregua a las protestas. “Si el próximo martes no nos dan respuesta vamos a salir a la calle nuevamente”. Aseguran que en urbanismos como Base Aérea El Libertador, Arsenal o Guasimal hubo corrupción en la entrega. “Le dieron apartamentos a militares, y nosotros aquí”. Indignados, rechazan que desde noviembre del año pasado no salen familias del Cuartel Páez. “En principio se acordó que semanalmente saldrían familias hacia los complejos de la Misión Vivienda”.
Posted on: Fri, 04 Oct 2013 01:56:07 +0000
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