6 Y 9 de AGOSTO DE 1945: ESTADOS UNIDOS LANZA LA BOMBA - TopicsExpress



          

6 Y 9 de AGOSTO DE 1945: ESTADOS UNIDOS LANZA LA BOMBA ATÓMICA Hace 68 años, el Imperialismo yanqui descargaba la primer bomba atómica de la historia sobre la ciudad japonesa de Hiroshima. Dos días después, era lanzada otra sobre Nagasaki. Hubo centenares de miles de víctimas, entre los que perecieron calcinados y aquellos sometidos a una muerte lenta y horrible por efecto de la radiación. Truman, el presidente norteamericano, se justificó diciendo que era la única forma de terminar la Segunda Guerra Mundial. Efectos sobre la ciudad de Hiroshima Era la mañana de un lunes de verano, clara y desprovista de nubes. Había sonado la alarma antiaérea la noche anterior, que finalmente se apagó alrededor de las dos de la madrugada. Los 350.000 habitantes de la ciudad pudieron dormir un poco, hasta que sonó otra alerta a las 7:09. Debido a que sólo se detectó un solitario avión enemigo volando a mucha altura, la alarma se levantó a las 7:31. Todos abandonaron los refugios antiaéreos y marcharon hacia sus actividades cotidianas. A las 8:15 de la mañana del 6 de agosto de 1945, la primera bomba atómica lanzada en la historia, explotó sobre el centro de Hiroshima; en un instante, redujo la ciudad a una planicie arrasada. Se generó una bola de fuego, que en el hipocentro (área de impacto directo de la bomba) alcanzó instantáneamente una temperatura de 4.000 grados centígrados. A dos kilómetros de distancia todas las ropas, tanto las que vestía la gente como las que estaban mojadas secándose al sol se incendiaron espontáneamente. A tres kilómetros todos los durmientes del ferrocarril, cercas de madera y árboles se incendiaron. El efecto del calor generó inmediatamente una onda expansiva que derribó todo a su paso. En diez segundos ya había avanzado casi cuatro kilómetros. A medida que esa onda disminuía, se generó desde el hipocentro una succión de aire y presión inversa: el viento se revirtió y empezó a soplar a la misma velocidad, pero ahora hacia el centro. No quedó nada en pie en tres kilómetros a la redonda (salvo un centro de exposiciones que todavía hoy se lo muestra, semiderruído, como símbolo de la masacre). Todos los hogares resultaron seriamente dañados hasta seis kilómetros de distancia. Hubo restos de edificios que volaron hasta a ocho kilómetros. A 16 kilómetros de distancia se rompieron todos los vidrios. Después de 20 o 30 minutos, empezó a caer una espesa “lluvia negra” en un área de 30 kilómetros a la redonda: contenía hollín y polvo radiactivo. La muerte y los efectos posteriores Se calcula que cerca de 220.000 personas murieron por efecto de la bomba, entre los afectados instantáneamente y los que fallecieron en las semanas o meses siguientes producto de la radiación. Todos los que estaban en un radio de 1,2 kilómetros del hipocentro perecieron calcinados. A dos kilómetros de distancia las quemaduras alcanzaban al 100% de la piel, que se les caía en tiras. Los que estaban hasta a cuatro kilómetros del hipocentro sufrieron severas quemaduras en las partes del cuerpo expuestas al aire. Varios miles de personas entraron al área al día siguiente en busca de heridos o de familiares desaparecidos: muchos murieron posteriormente, tras sufrir horribles malformaciones en su piel. Las cifras oficiales hablan de más de 350.000 afectados. Todavía en la década del 60 se seguían encontrando efectos residuales, especialmente cáncer y leucemia. Las mujeres embarazadas sometidas a la radiación dieron a luz, en una tasa desproporcionadamente alta, niños deformes. ¿Qué se puede esperar después de esto? La respuesta la dieron los heroicos médicos japoneses que hicieron lo indecible, sin recursos, bajo los efectos de la radiación, logrando salvar decenas de miles de vidas. Escondiendo las historias clínicas y los resultados de las investigaciones, que eran sistemáticamente requisadas por las tropas de ocupación norteamericana para que no se conociera el horror. O los miles de sobrevivientes que, también desafiando a la policía militar, volvieron a la ciudad, comenzaron a levantar sus casas y plantar árboles, contra la hipótesis de los yanquis, que decía que allí no podría crecer nada por décadas. Las fotos más terribles que se conservan también fueron sacadas por sobrevivientes, que las escondieron por años de las requisas. Al cumplirse un año, el 6 de agosto de 1946, una impresionante manifestación encabezada por monjes budistas, desafió la prohibición de la autoridad de ocupación yanqui de la ciudad y marchó, denunciando la atrocidad al mundo, hacia el centro de lo que había sido el hipocentro. ¿Porqué este horror? La propaganda del Imperialismo yanqui sostuvo siempre que debieron tirar las bombas para finalizar la Segunda Guerra Mundial. Es una mentira atroz. Hacía ya tres meses que se había producido la rendición alemana. Japón, que había estado aliado a Hitler negociaba el fin de la guerra por vía diplomática. El Imperialismo yanqui necesitaba mostrarle a los pueblos del mundo, y en particular a la URSS, que contaba con un arma que lo hacía invencible. Por eso eligieron Hiroshima, una ciudad rodeada por montañas, donde se pudiera medir “con exactitud” el alcance la bomba. “Nunca más Hiroshima” El capitalismo, en su fase de decadencia y degeneración, se ha transformado en el siglo XX en Imperialismo y así genera fenómenos aberrantes. Tal como lo fue el nazismo. O las atrocidades del propio Imperialismo japonés contra el pueblo chino y coreano. Tal como lo fueron las horrorosas bombas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki. Y lo fueron y son las masacres de pueblos como el vietnamita, el palestino o el irakí. Al salir de Museo Conmemorativo de la Paz de Hiroshima, emplazado en el sitio exacto donde ocurrió el hipocentro, hay un cartel, reproducido en libros, afiches y remeras: NO MORE HIROSHIMA (Nunca más Hiroshima). Un mundo sin estas atrocidades, que pueda aplicar los avances más espectaculares de la ciencia y la técnica a usos pacíficos, sólo será viable si desaparece la fuente de esta barbarie: el sistema capitalista, que hoy, a sesenta y ocho años, sigue masacrando pueblos en nombre de la “libertad y la democracia”.
Posted on: Tue, 06 Aug 2013 15:50:33 +0000

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