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7 avances contra el cáncer de mama Fármacos biológicos, quimioterapia, radioterapia, reconstrucción mamaria inmediata... los avances contra el cáncer de mama son cada día más amplios y complejos. Para aportar más luz sobre el tema, los expertos más prestigiosos del planeta se han dado cita en Madrid y han puesto en común lo último sobre diagnóstico, prevención y tratamiento. Las terapias a medida, las innovaciones en cirugía, los progresos de la supervivencia a largo plazo y los medicamentos menos agresivos se encuentran entre las nuevas armas de lucha contra un tumor cuya mortalidad ha descendido un 24% durante los últimos años, mientras, paradójicamente, su incidencia no deja de crecer, arrastrada por el aumento de la esperanza de vida. 7 avances contra el cáncer de mama Resonancia magnética, un paso más “Es uno de los principales avances para la detección precoz”, asegura el oncólogo médico Pedro Sánchez Rovira, miembro del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM). Esta técnica está especialmente indicada en mujeres con riesgo elevado de desarrollar cáncer de mama por antecedentes familiares, sobre todo en los casos con mamas densas, en los que la mamografía no resulta 100% fiable. De los 21.000 nuevos casos de cáncer de mama que se diagnostican al año en España, entre un 5% y un 10% (1.200–1.800) son hereditarios. Se sabe que un porcentaje muy elevado está relacionado con la mutación BRCA 1 y BRCA 2. Las personas que presentan una alteración en estos genes pueden llegar a tener un riesgo de hasta un 60% de sufrir esta patología, frente al 10% de la población general. Según los expertos, el uso de la resonancia es, hoy por hoy, uno de los principales avances en la detección de este tumor. De hecho, la Asociación Americana contra el Cáncer ya la incluye como herramienta de cribado cuando existe un riesgo superior al 20% de sufrir esta enfermedad. “En el caso de personas con cáncer hereditario, el consejo es que se sometan a esta prueba cinco años antes del primer diagnóstico en la familia. Si, por ejemplo, tenemos una mujer diagnosticada de cáncer de mama a los 50 años, las familiares deberían hacerse las mamografías a partir de los 45 años”, asegura el dr. Sánchez Rovira. Nuevas terapias individualizadas Un mismo tumor puede reaccionar de forma diferente a la medicación. Por esa razón, el estudio de estas alteraciones es un nuevo paso para conseguir lo que se conoce como un “traje a medida”. La dra. Jenny Chang, oncóloga e investigadora el Baylor College of Medicine de Houston (EE.UU.), es pionera en el desarrollo de estudios de firma génica que ayudan a predecir las respuestas a los fármacos, evitando así que las pacientes reciban tratamientos innecesarios con quimioterapia, y a identificar nuevas dianas terapéuticas. Desde Houston, la dr. Chang dirige sus investigaciones hacia nuevas terapias biológicas y concretamente en relación a los tumores HER 2 (más agresivos y que se diseminan más rápidamente, por lo que su tratamiento es diferente al de otros cánceres de mama). Su principal aportación es la personalización de las terapias dirigidas, al comprobar como, en un grupo de mujeres con cáncer de mama HER 2+, unas respondían mejor al tratamiento con trastuzumab y otras a la terapia con lapatinib. La respuesta dependía de las variaciones que éstos tenían. “Aunque todas las pacientes sean HER 2+, en función de determinadas alteraciones moleculares, un medicamento puede resultar más eficaz que otro”, advierte la dra. Chang. Los logros de los bifosfonatos Hasta el momento, estos medicamentos se utilizaban para prevenir la pérdida de masa ósea que producen los tratamientos contra el cáncer. Matthew Winter, oncólogo del Cancer Research Center de Sheffield (Reino Unido), ha descubierto cómo estos fármacos –en concreto el ácido zoledrónico– tienen un importante efecto antitumoral cuando se administran en combinación con la quimioterapia. “Los últimos datos ponen de manifiesto su capacidad de interrumpir el curso de la enfermedad, modificando el proceso metastásico y reduciendo el riesgo de recaída”, asegura el dr. Winter. Hasta ahora, se utilizaban de manera rutinaria en mujeres con tumor de mama que presentaban metástasis ósea. Actualmente, los datos revelan que, administrados con quimio u hormonoterapia en mujeres operadas, reducen el riesgo de volver a desarrollar el cáncer. Reconstrucción inmediata Para el dr. Cortés Funes, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital 12 de Octubre de Madrid, uno de los mayores avances en cirugía es la reconstrucción inmediata de la mama tras la eliminación del tumor, en el mismo momento de la intervención. “El impacto negativo es menor cuando la mujer no sale mutilada de quirófano”, asegura. En este sentido, “la tendencia apunta a un aumento de la demanda de las mastectomías por parte de la propia paciente, porque lo consideran un tratamiento más seguro cuando en realidad no es así”, dice el experto. La intervención a la que hace referencia el dr. Funes la ha desarrollado Geoffrey Robb, investigador del Medical Anderson Cancer de Houston, y se trata de una técnica basada en el uso de células adiposas autólogas (del abdomen o los glúteos). En las pacientes con fases iniciales de cáncer se realiza una reconstrucción inmediata con la propia piel de la mama, una opción que no se recomienda en los que tienen alto riesgo de que puedan necesitar radioterapia tras la mastectomía, en las que se opta por retrasar la reconstrucción. En este caso, se ha desarrollado un expansor de tejido que permite extraerlo y guardarlo hasta conocer las indicaciones posteriores a la mastectomía. La dra. Monica Morrow, investigadora y oncóloga del Sloan Kettering Cancer Center en Nueva York (EE. UU.), sostiene que sólo un 10 % de mujeres necesitan una mastectomía si el tumor es menor de dos centímetros. “La reconstrucción inmediata para ellas es totalmente viable, pero hay que ofrecerles esa oportunidad”, insiste. Acceso al ganglio centinela La extracción de la mama era una de las soluciones frente a este tipo de cáncer. Para el dr. Cortes Funes, “se ha avanzado mucho en el tratamiento tradicional de la cirugía y ésta ya no tiene por qué ser mutilante. En ocasiones, con quitar únicamente el tumor es suficiente”. Hasta muy hace poco, al extirpar el ganglio centinela se limpiaba totalmente la axila, bloquenado el drenaje linfático del brazo de la paciente, lo que acarreaba efectos secundarios muy desagradables. “Actualmente, se ha desarrollado una sustancia radioactiva, que se introduce por el pezón y va directamente al centinela. Sólo cuando éste está afectado, quitamos la totalidad la axila. Si la biopsia es negativa, se evita la limpieza axilar”, comenta el especialista. Quimio-prevención El uso de fármacos para reducir el riesgo de desarrollar un tumor, lo que se conoce como quimioprevención, es actualmente el reto terapéutico en el cáncer. Con este objetivo, el GEICAM ha puesto en marcha el primer estudio en España para la prevención del cáncer de mama en mujeres sanas con alto riesgo de padecerlo. Para el dr. José Enrique Alés, coordinador del estudio y miembro del comité organizador, “si se cumplen las expectativas, se podría reducir en un 65% la aparición de este tumor”, lo que equivale a evitar hasta 3.000 nuevos casos de cáncer de mama cada año en España”. El objetivo de este ensayo es demostrar si un inhibidor de la aromatasa (que frena el crecimiento del tumor), el exemestano, previene la aparición de cáncer de mama en mujeres de alto riesgo. Menos efectos secundarios Tras dos décadas basadas en quimioterapia y tratamientos hormonales, la tendencia está empezando a cambiar, asegura el dr. Clifford Hudis, oncólogo del Memorial-Sloan Kettering Cancer Center (EE.UU.). “Por un lado, hemos progresado al suministrar terapia hormonal a todos los pacientes que la debían recibir y, gracias a esta aportación las muertes se han reducido de manera muy significativa. Ahora, nuestro objetivo es obtener tratamientos menos tóxicos y para conseguirlos, estamos estudiando los tejidos que nos revelen una terapia más dirigida”, asegura el Dr. Schneider. Esto significa evitar tratar a las pacientes con cáncer de mama con un tratamiento estándar con todos sus efectos tóxicos, si no con tratamientos más específicos. “El estudio tisular del tumor permitirá en los próximos años conocer qué mujeres se beneficiarán de moléculas que ataquen la biología tumoral con menos efectos secundarios”, afirma el especialista. En este sentido también hay que destacar la aportación del estudio del genoma a esta especialidad. Las firmas genéticas de los tumores permiten un diagnóstico más exacto y evitan aquellos tratamientos que la mujer no necesita.
Posted on: Mon, 02 Sep 2013 16:44:42 +0000

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