A partir de esta semana vamos a comenzar con las meditaciones, un recorrido a través de los distintos personajes bíblicos, y aplicar su experiencia a nuestro día a día. Ver como Dios hace hoy los milagros que hacía en las épocas bíblicas, y compartir experiencias. Si tenes ganas de escribir sobre algún personaje, o mandar una experiencia con Dios de forma anónima para que otros puedan alabar a Dios por los milagros en la vida de sus hijos, podes mandarlas a meditacioesafter@gmail JONAS, EL MIEDOSO Jonás era un profeta. Su vida dependía 100% de Dios. Se alimentaba cada día de lo que la gente en los pueblos le daba. Se comunicaba con Dios, no sé exactamente de qué forma, sueños, voces, apariciones, pero Dios le hablaba a él. Le decía lo que tenía que hacer. Imaginate que cada vez que te arrodillas y le pedís que te guie, que te diga cómo seguir, él se comunicara directamente con vos. Parece que todo sería más fácil. Pero para Jonás no fue así. Aun habiendo vivido toda su vida en contacto directo con Dios y viendo sus milagros, dudo de su voluntad. Tuvo miedo de la misión que Dios le dio. Cuantas veces nos estamos muriendo de ganas de hablarle a un amigo sobre lo que creemos, de contarle a un compañero de la facu, del trabajo, del colegio, pero no lo hacemos. Nos da miedo como pueda reaccionar, que va a pensar. Jonás decidió ir en la dirección contraria a lo que Dios le había pedido. Él sabía lo que tenía que hacer. A los 15 años por primera vez me fui durante todo un verano a vender libros cristianos lejos de mi familia. Durante esos tres meses, por primera vez el Dios de mis padres fue mi propio Dios. Conviví con él, dependí de él. Y descubrí que era real. Pero cuando terminaron esos tres meses y volvieron a empezar las clases, pareció que nunca había pasado, o que me había olvidado todo. Había hablado con muchos desconocidos sobre lo que Dios había hecho por mí y por él, pero no me animaba a decirle a un compañero de clase lo que yo creía, o porque no salía con ellos el sábado. Jonás se comunicaba con Dios directamente, pero creyó que Él se equivocaba enviándolo a Nínive. Su orgullo lo llevo a alejarse lo más que pudo de la voluntad de Dios. En el presente tenemos una forma de leer la voz de Dios. Su palabra. Nuestro orgullo nos lleva a hacer cosas de las que nos arrepentimos muchas veces. Jonás era miedoso, orgulloso y pecador. Yo soy miedoso, orgulloso y pecador y muchas cosas más. Pero Jesús murió para que todo eso se borre. Cuando Dios me mira, me limpio, perfecto, ve lo que Jesús vivió, porque en la cruz el tomo para si todo lo que era yo. No hay nada que yo sea, o pueda hacer, para ser perdonado por mis pecados, pero por la gracia de Dios, ya no vivo yo, porque Cristo vive en mí. (Anónimo). “Mi gracia te basta. Porque mi poder crecer con la debilidad. Por eso acepto mis debilidades, para que crezca en mí el poder de Cristo” 2 Corintios 12:9
Posted on: Tue, 23 Jul 2013 10:09:14 +0000
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