Ahora les dejo a ustedes este maravilloso texto que Bea Carmina - TopicsExpress



          

Ahora les dejo a ustedes este maravilloso texto que Bea Carmina comparte con nosotros, no se los voy a platicar nadamas pa que lo lean completito.. a leer todos pues... cabe decirles que quienes leean este texto y se interesen por un texto mas para leer Bea Carmina otorgara un texto de don Alfonso Reyes y otro de de la tragedia de Euripides.. En hora buena y a leer... “Ifigenia Cruel”- de Alfonso Reyes. Lo que aquí voy a exponer no pretende dogmatizar y exprimir la caleidoscópica obra de don Alfonso Reyes, Ifigenia Cruel, intenta ajustar sus múltiples facetas bajo un haz de luz que nos reitere sus esplendores aún más luminosos. Por ello mismo el enfoque que aquí se privilegia sólo intenta ampliar la visión de la obra desde su misma perspectiva. Bea Cármina. En el poema dramático Ifigenia Cruel, Alfonso Reyes nos pone en antecedentes con su nota inicial: “A diferencia de cuantos trataron el tema desde Grecia hasta nuestros días supongo aquí que Ifigenia arrebatada en Aúlide por la diosa Artemisa a las manos del sacrificador, ha olvidado ya su primera vida e ignora como ha venido a ser en Táuride, sacerdotisa del culto bárbaro y cruel de su divinidad protectora.”. IFIGENIA Ay de mí, que nazco sin madre y ando recelosa de mí, acechando el ruido en mis plantas por si adivino adónde voy. Al inicio de la obra desea pertenecer a un linaje. IFIGENIA …donde vaya labrada la historia que me falta, con estambre de todos los colores que cada un ponga en su trama. Ha olvidado de donde proviene, pero en el fondo de sí misma ha quedado escriturado, aunque es incapaz de seguir sus huellas. CORO -Y te envidio, señora, el agrio gusto de ignorar tu historia. Su hermano Orestes, ha sido tocado de locura por las Erinias a causa de su crimen… IFIGENIA (Dice, a solas, palabras que apenas se tienen unidas, como el que sale, bandeando, del torpor de un sueño; mas hay una oscura voluntad que atisba -perro fiel- junto a la embriaguez de su dueño.) … y desembarca en las costas de Táuride, ganando así su muerte, pues es de ley ejecutar en el altar de la diosa a cualquier extranjero que ose pisar esa tierra. -Helenos: ¿De dónde traéis carga de destinos, para dar en playas donde mueren los hombres?... Más adelante se da la Anagnórisis, el reconocimiento de los hermanos. IFIGENIA …calla, por tus cejas azules; y por ese lunar que hay en tu cuello, gemelo –mira-, gemelo del lunar que hay en mi hombro. Y al llegar el reconocimiento se abre un dilema para Ifigenia: reincorporarse en la tradición de su casa a la vendetta o seguir viviendo entre bárbaros una vida carnicera y destazadora de víctimas sagradas. La decisión de Ifigenia de vencer la predestinación, al rehusarse continuar el “deber “ de ejecutar la vendetta de Micenas, que la obligaría a vengar la muerte de su madre llevada a cabo por su hermano; la humaniza. Decide por propia voluntad que en lugar de efectuar su venganza, a la cual está atada y la que la comprometería a asesinar a su hermano, aunque se le presenta un buen pretexto como el de obedecer las leyes de Táuride de sacrificar a todo extranjero que desembarca en la isla, y cumplir al mismo tiempo como sacerdotisa de la diosa Artemisa, se niega a hacerlo, reniega de su estirpe, y al hacerlo acaba con la maldición de los Atridas. Ayuda a Orestes a huir. Pero la decisión no es sencilla, al negarse a continuar con el deber ser de su linaje, se está negando tanto el derecho de amar y ser amada, como su derecho a la maternidad, pues esto significaría dar a luz un vengador que vuelva a abrir el círculo de la vendetta. En estos actos soberanos, la Ifigenia de Alfonso Reyes, al escoger su destino que es igual a su voluntad se está reconociendo a sí misma como ser libre, capaz de tomar decisiones sin ataduras de leyes ni castas. Acto soberano como el de Antígona, que en acto heroico se niega a obedecer al rey Creonte, su tío, quien ha ordenado que permanezca insepulto Polinices, el hermano de Antígona, que se atrevió a atacar la ciudad con el fin de recuperar el trono, lucha en la que mueren Eteocles y Polinices, uno a manos del otro, enemigos y sin embargo hermanos –crímenes de sangre-. Ifigenia, al dar la espalda a su destino y escoger quedarse sirviendo como sacerdotisa de Artemisa se ha librado de ese edicto de familia, sin embargo acepta por voluntad propia seguir derramando sangre en el altar de la diosa que lo exige. Aquí, nos remite a la Hedda Gabler de Ibsen, al escoger el no Ser ( pegándose un tiro) para Ser. Ifigenia, aventuro, escoge el Ser al cortar el vínculo familiar que la esclavizaría, para quedar reducida a esclava de la diosa carnicera. Esta decisión es quizás, tal vez, una decisión de Ser en su no Ser. Al escucharme decir lo anterior, un Helenista saltaría iracundo y me refutaría asegurando que es una decisión la de Ifigenia de Ser en su Ser, pues escoge vivir en su propio mundo y llega a ocupar el lugar que ella decide: los dioses ordenan el universo, diría, y si ella está de acuerdo con ella misma y los dioses, está de acuerdo con el universo. Pues sí, nos confesamos, y aunque respetamos ese otro punto de vista… nuestra duda persiste, pues, pensamos, esto era congruente en la Grecia de Eurípides, pero, y… ¿en la Ifigenia nacional? Me confieso partidaria de este poema, como le quiso llamar don Alfonso, pero que a mí se me antoja texto teatral poetizado, es decir tragedia en su acepción original. Aparte de otras razones, porque me deja reflexiones y preguntas y más preguntas como el teatro que prefiero. Me interpelo, sin arriesgar ninguna respuesta, tomando en cuenta el hecho de que don Alfonso Reyes escribe este poema llamado Ifigenia Cruel, como catarsis -purificación- a su tragedia personal: ¿Aunque escojamos no vengar la muerte de nuestros seres amados, de todas maneras seguiremos ligados, sin tener la posibilidad de dar la espalda a nuestros dioses prehispánicos, los cuales exigían el corazón de los derrotados en guerras floridas, o no floridas? ¿Estamos obligados a sacarle el corazón a todos a quienes consideremos nuestros enemigos? ¿Estamos ligados como pueblo, por y para siempre a ese sino - tradición o atavío- de raza? Y en mi travesía me topo con la conclusión de Carlos Montemayor: Ifigenia siendo dos al principio: IFIGENIA …siendo yo, soy la otra… “ …expulsa de sí misma a la otra para quedar libre, vencida por el peso propio de la sangre de los sacrificados, defendida y oculta en el templo, cual virgen cruel, sola, amando este bárbaro país donde los sacrificios humanos continúan.” Sin embargo, reflexiono, es a los extranjeros a quienes sacrifica, no a los suyos, y tomando en cuenta el tiempo en el que se escribió este poema 1924, poco tiempo después de la revolución, lucha fratricida, no podemos negarlo, donde las distintas facciones siguieron ejecutándose, tiempo en donde se estaba fraguando la lucha cristera que explota tiempo después de ser asesinado Obregón, cuando Calles está en el poder. Podríamos tomarlo como un ¡Basta de muertes fratricidas! ¿… La pregunta junto a mi inquietud la dejo abierta al tener en cuenta nuestro comportamiento cotidiano como pueblo, por lo que me cuestiono y les pregunto: ¿El mexicano se comporta como enemigo del propio mexicano?, ¿en la familia?, ¿en el trabajo?, ¿en la política?, ¿en la calle?, ¿en el extranjero? De lo único que estoy segura es de que como se afirma: la pasión es creadora cuando encuentra su forma. Y cuando Ifigenia se oculta en el Templo de la diosa Artemisa, casi la estamos escuchando decir como en el diálogo del Prometeo de Goethe, con una divinidad, como Minerva: Prometeo ...eran tus palabras. De suerte que yo no era yo, Sino una diosa la que hablaba, Cuando yo me imaginaba hablar; Y cuando imaginaba que era una diosa la que hablaba era yo quien lo hacía ¡Así fue siempre de íntimamente unido y Compenetrado el amor que te tuve! Sí Ifigenia está unida a la diosa Artemisa y sólo a ella con la que se confunde y sirve y es diosa sanguinaria y cruel que servidora y viceversa. Gracias don Alfonso por universalizar esta tragedia personal que toca terminaciones emocionales y racionales que nos atañen como humanidad. Gracias por haber hecho de un dolor personal, un poema trágico nacional y de éste a la manera griega; universal. Y si me se me permite decir algo más, estoy de acuerdo con el maestro José Luis Ibáñez cuando aconseja poner atención al coro de Ifigenia Cruel, contrario a los coros de la tragedia griega –me atrevo a afirmar- que predican la sumisión a los dioses: CORO ¡Oh mar que bebiste la tarde hasta descubrir sus estrellas: no lo sabías, y ya lo sabes que los hombres se libran de ellas! ¿Será? Por todo lo anteriormente expuesto declaro que esta tragedia o poema es una magnífica obra de teatro, a pesar de lo que se haya dicho o se diga. Tragedia ésta de don Alfonso rica en múltiples interpretaciones, ¿cuál es la tuya?
Posted on: Wed, 24 Jul 2013 00:41:52 +0000

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