Aquí os dejo la primera parte del artículo que ayer os prometí - TopicsExpress



          

Aquí os dejo la primera parte del artículo que ayer os prometí (mañana más), de un hombre que me encantó hablar con él, es Enrique Blay Llauradó, psicólogo apasionado por los estudios de las emociones en bebés y niños y que ha comprobado la gran incidencia de la gestación, el nacimiento y primera infancia, en el desarrollo psicológico de las personas, y cómo influyen en el resto de nuestra vida. Y también autor de el libro El bebé emocional. No dejéis de leerla, os hará pensar y mucho. Gracias Enrique, un gran abrazo!! EL VÍNCULO AFECTIVO EN LOS BEBÉS MÚLTIPLES (PRIMERA PARTE) Hoy sabemos aspectos del sentir de bebés y niños que hace unas décadas no hubiéramos podido ni imaginar. Investigaciones en Neurología y en Psicología, han concluido que el inicio del desarrollo psicológico se sitúa en el mismo momento de la concepción. A partir de la genética heredada de nuestros padres y del desarrollo del sistema nervioso, particular en cada individuo, las experiencias moldean nuestro cerebro y hacen que esas tendencias conductuales iniciales acaben desarrollándose o no, en uno u otro sentido. Esto es debido a la denominada “plasticidad neuronal”, capacidad del cerebro de cambiar literalmente su arquitectura, en cada experiencia vivida. Especialmente por las experiencias emocionales. La gestación, antes contemplada como una etapa neutra en el desarrollo psicológico del bebé, ha pasado a ser contemplada, junto a la experiencia emocionalmente intensa del nacimiento, una etapa fundamental en la construcción de los cimientos del ser y sentir de las personas. Hay un factor determinante para que esto sea así: el bebé, a lo largo de la gestación, en el nacimiento y hasta los dos años posteriores es Percepción Emocional al 100%. A partir de más o menos esta edad, se inicia el desarrollo de la Percepción Racional, que no prevalecerá hasta los 12 / 14 años de edad. La Percepción Emocional es sentimiento puro, transforma toda experiencia en sentir interno, en emociones. Sentimientos y emociones que en las primeras etapas de la vida estructuran nuestra más profunda e íntima forma de ser y sentir. En la gestación, madre y bebé están en simbiosis, física, mental y emocionalmente. Lo que piensa, lo que siente la madre, lo siente el bebé. Por eso se establece ese vínculo tan intenso entre ambos, que necesitará de años, posteriores al nacimiento, para que ese bebé se reconozca como ser único y separado de su madre y de los demás. En esa búsqueda de su propia entidad, especialmente intensa desde los más o menos dos años hasta avanzada la infancia, necesita especialmente seguridad y confianza. Seguridad y confianza en el entorno y en las personas que desempeñan un papel importante en su vida, que acabarán transformándose en seguridad y confianza en él mismo. Por eso se insiste actualmente en la importancia el llamado Apego primario. La calidad de ese apego marcará los apegos, las relaciones posteriores. Establecerá un modelo relacional de referencia. Lógicamente, los actores principales de ese apego son la madre (aunque en algunos casos otra persona puede ejercer ese papel de maternizaje) y el bebé. Lo son porque han permanecido nueve meses en simbiosis (para el bebé, toda su vida anterior al nacimiento), y aunque físicamente son separados al nacer, cortando el cordón umbilical, psicológicamente el bebé permanece unido a su madre los años posteriores. Hay ocasiones en que hay más actores. Es el caso de los bebés múltiples (gemelos, mellizos, trillizos, etc.) Estos bebés desarrollan con su hermano(s) un vínculo muy potente, similar al que desarrollan con su madre. También están en simbiosis uno con el otro, como lo están con su madre. Pero además comparten espacio, se ven, se tocan, se comunican. El uno es el otro y el otro es el uno. Al igual que con la madre se crea un intenso Apego “primario” entre ellos. También necesitará de un reconocimiento de la propia entidad, separada de su hermano, e igualmente adquirir confianza y seguridad para ir transmutando la relación de simbiótica a una relación dual. Habitualmente se dice que a los bebés y niños múltiples hay que separarlos, especialmente en la escuela, para que se hagan “independientes”. Es lo mismo que decir que hay que separarlos de su madre y de su padre lo antes posible y cuanto más tiempo mejor, con el mismo objetivo. Hasta las Leyes protegen al menor en ese sentido, que obligan a los padres al cuidado de sus hijos. El mejor lugar para el crecimiento y desarrollo sanos de bebés y niños es permanecer con su familia. Pasarán muchos años hasta que esos hijos establezcan su propia vida, fuera de ese entorno familiar. La frase: “Los niños tienen que aprender a ser independientes” es una cantinela que he escuchado repetidamente. ¿Qué es ser independiente? Si crees que es: “no depender de nada y de nadie”, vamos listos, no hay nadie que lo sea. Dependemos del dinero que nos aporta un trabajo; de los profesionales que nos prestan servicios: peluquero (perdón, estilista), médico, electricista, mecánico, etc.; de la gasolina, electricidad, alimentos del súper, teléfono, internet, etc.; y sobre todo, de muchas personas con las que mantenemos relaciones afectivas: padres, hermanos, hijos, pareja, amigos, etc. ¿sigo? MAÑANA MÁS!!!! BESOS A TODOS!!
Posted on: Wed, 20 Nov 2013 23:27:08 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015