¡Buenos y libres días, España! Hoy, cómo cada mañana, cumplido el ritual de la ducha, el café, los diarios, más café y algún purito de pequeña factura, preparo el equipo para el trabajo de hoy, siendo consciente de que la primera mitad de la jornada trabajaré exclusivamente para financiar el monstruoso aparato estatal creado. Tengo un diagrama muy resumido de la administración del Estado Español en tamaño póster: la primera imagen que me viene a la mente cuando lo miro es la de una criatura de Lovecraft. ¡Eso hemos creado o permitido crear! No obstante reconozco que, hoy, me despierto con tantos argumentos para pensar que la vida y el mundo no son más que un puñetero valle de lágrimas , cómo que es una epicúrea orgía de la experiencia y los sentidos. Y yo decido que hacer con semejante bagaje: esa elección aún es mía. La mayoría de la humanidad -pienso a veces- es incapaz de vivir sin amos. Necesitan desesperadamente que alguien o algo les informe sobre el bien y el mal, lo justo o lo injusto, la verdad o el error. Un manual en forma de ideología, prejuicio o desdén... Así, sustituyendo el bien común por el comunismo, la justicia social por el socialismo y la libertad individual -la única posible- por el liberalismo, nos escondemos de nuestro último y definitivo deber: la gestión de nuestra propia libertad, de sus consecuencias y de la imprescindible articulación con los miles de millones de libertades individuales que poblamos este milagro de la astrofísica que llamamos Tierra. Pues vuelvo a la primera línea y transformo mi saludo en deseo: ¡Seamos buenos, seamos libres, seamos, de una vez, España!
Posted on: Thu, 21 Nov 2013 09:05:43 +0000
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