Buscar INICIONOTICIASOPINIÓN. Agencia Colpisa. El Correo; La Verdad, Sur; Diario Montañés; Norte de Castilla; Ideal de Granada; Las Provincias; La Rioja ARTÍCULO DE JUAN CARLOS VILORIA: «HILLARY CAÑÍ» OPINIÓN | 15/09/13 - 19:34h Artículo de Juan Carlos Viloria: «Hillary cañí» Ana Botella no es la única culpable pero ha acabado como chivo expiatorio La mayoría de los que nos hemos cachondeado del ‘spanglish’ utilizado por la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, en la fracasada presentación de la candidatura a los JJOO 2020, seríamos incapaces de decir unas frases en inglés y mucho menos en público. Pero el pueblo tiene derecho a reírse de su clase dirigente, como siempre se ha hecho, porque, además, ayuda a olvidar las penurias de cada día. Lo cierto es que la alcaldesa y consorte del expresidente José María Aznar ha regresado de su periplo por Buenos Aires con la imagen pública y política bastante más tocada de lo que la tenía al subir por la escalerilla del avión. Y no precisamente por el ridículo del ‘relaxing cup of café con leche’ sino por haber protagonizado el acto final de la gran chapuza nacional que se ha llevado por delante muchos recursos públicos, muchas ilusiones y se ha cargado buena parte del trabajo de quienes llevaban meses intentando recuperar el prestigio de la marca España. También es cierto que Botella no es la única culpable pero se ha acabado convirtiendo en el chivo expiatorio. Pero de la misma manera que se aprovechó en su fulgurante carrera política de la poderosa influencia de su esposo también ha sufrido en sus carnes el efecto derivado de las fobias que el expresidente popular ha despertado en una parte de la sociedad española. Pero en la trayectoria de la ciudadana Botella hay un momento culminante que avisaba ya de su poca destreza y sentido de la medida para organizar y gestionar eventos: la boda de su hija en el Escorial. Alguien capaz de perder el sentido de la medida de aquella manera no está preparada para gestionar ‘el rompeolas de las españas’ como bautizó Antonio Machado a la capital madrileña. Ella con sus modelos de modista de toda la vida, sus modales entre pijos y ordinarios y sus cardados de pelo a lo menina ha puesto buena voluntad y cierto empeño en administrar la silla caliente que le dejó Gallardón en el ayuntamiento más complejo y endeudado de España. Pero con muy poco éxito. No es el único caso, ni mucho menos, pero la carrera de Botella es un botón que muestra la frivolidad con que en este país se toman las responsabilidades políticas. Ya se lo dijo Zapatero a Sonsoles recién llegados a Moncloa: «No sabes qué cantidad de españoles podrían ser presidentes». El día en que la alcaldesa en plena crisis de la avalancha mortal en el Madrid Arena se ausentó de la capital para disfrutar con la familia de un evento privado, le podría haber susurrado a su distinguido esposo algo parecido. Pero ese día estaba cavando su tumba política. Me temo que la estación término de la carrera del expresidente socialista y la concejal conservadora será parecido. A la mujer que quiso ser la Hillary Clinton española le viene grande el modelo. ¿Quizás alguien menos global y más castizo?
Posted on: Tue, 17 Sep 2013 08:53:53 +0000
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