CFK: ¿Problemas para volver o victimización planificada? En la - TopicsExpress



          

CFK: ¿Problemas para volver o victimización planificada? En la oficina de Carlos Zannini, transitoriamente la sede del poder, él y un grupo de funcionarios entre los que se encontrarían el Secretario General de la Presidencia, Carlos Parrilli, y el Secretario de Inteligencia, Héctor Icazuriaga, habrían estado analizando dar un golpe de efecto en las próximas horas. El mismo consistiría en que CFK, desde su convalecencia en OIivos, se dirija al país por cadena nacional el próximo jueves 17 de octubre, convocando a defender la democracia de las distintas acechanzas que, según el gobierno, la amenazan. Esta operación sería una de las varias que estaría preparando el núcleo duro del cristinismo para que ella demuestre que está en el poder en tanto siga fuera del gobierno por razones de salud. Como ya ocurrió en ocasiones anteriores, la conducta del gobierno ante la detección de la colección subdural en la presidente y su posterior cirugía sólo sirvió para instalar todo tipo de dudas en la sociedad. La información médica fue -y es- contradictoria, insuficiente y obviamente manipulada con el propósito de desinformar. Así que, en la práctica, adquieren validez tanto las especulaciones que hablan de un cuadro clínico más leve como más grave. Lo cierto es que la esperable victimización que intentó el gobierno no estaría incidiendo más que ínfimamente en las tendencias de intención de voto. Con su licencia, cuya real duración es también un misterio, la presidente sí consiguió un rédito político. Sufrirá menos desgaste que el previsto en las próximas semanas, tal vez las peores del kirchnerismo desde que tomó el poder en el 2003. Pero todo tiene un precio, porque Amado Boudou insiste en levantar su perfil, como lo demostró en el acto del viernes en Tecnópolis. A partir de ahora se pondrá a prueba la capacidad de Cristina para conducir al gobierno sin estar al frente. En la práctica, se está instalando un nuevo juego de opciones que puede darle a ella más espacio de maniobra. El mismo consiste en que no se sabe si su continuidad en el gobierno pone en riesgo su salud o bien el oficialismo quiere dejar correr ésta y otras versiones similares para dar luego un contragolpe mediante un triunfal operativo retorno. Por las dudas, los dirigentes y la prensa opositora la atacan menos y, como nadie sabe a qué atenerse, el gobierno se beneficia obteniendo cierto margen de acción gracias a la incertidumbre que él mismo instaló. Sin duda que, en este contexto, se destacó el anuncio oficial de que se pagarán cinco fallos adversos a la Argentina, que en conjunto suman 500 millones de dólares, en favor de un total de cinco empresas de capital norteamericano y europeo que llevaron sus reclamos al Ciadi, el tribunal arbitral del Banco Mundial (BM). Se trata de una señal conciliadora hacia la justicia de los EEUU, cuya Corte Suprema acaba de rechazar avocarse a la apelación del Estado nacional contra la sentencia de segunda instancia que ordena el pago de US$ 1330 millones a varios holdouts. Durante las tres semanas previas a su internación, la presidente pronunció discursos amenazantes contra la justicia de los EEUU y los fondos buitre que presagiaban algo mayor, pero en la práctica optó por dar algunos pasos razonables. Este repliegue en el frente externo no viene solo. Desde antes, el gobierno había desactivado su cruzada para democratizar la justicia. La abanderada de tan noble causa, la Procuradora General Alejandra Gils Carbó, habría recibido instrucciones de bajar el perfil en sus ataques a la Corte Suprema y la justicia independiente. Esto incluye que Justicia Legítima, la voz del kirchnerismo en tribunales, prácticamente se llamó a silencio. Esta inusual actitud oficial de distender los ánimos con los acreedores y los jueces también tiene otras proyecciones. Cristóbal López, el número uno de los empresarios del poder, estaría a punto de concretar la compra de la productora Ideas del Sur a Marcelo Tinelli y Clarín. Un hecho que, por sí solo, da lugar a distintas versiones sobre negociaciones de mayor alcance entre el zar el juego y el multimedios de Héctor Magnetto. Daría la impresión de que el gobierno está convencido de que en el último bimestre del año, al compás de un resultado electoral adverso, se desatarían tensiones cambiarias e inflacionarias cada vez mayores y hasta con episodios de extrema conflictividad social. Con el repliegue que vimos, el cristinismo estaría preparándose para atravesar sus peores días dando la menor cantidad de batallas posibles. Una lectura en términos lógicos de estos pasos de la presidente indicaría que, pese a que jamás lo reconocería en público, ella estaría aceptando en los hechos que se inició la transición hasta su abandono del poder en el 2015. Esto es, que de ahora en más sus grandes decisiones ya no podrán ser autónomas sino consensuadas con los factores de poder y la oposición. Pero pensar que ella está dispuesta a actuar como Michelle Bachelet o José Luis Zapatero sería un exceso de optimismo. Más bien cabe pensar en una retirada obligada por las circunstancias hasta encontrar espacio para una nueva ofensiva. La política seguida en la remake de la crisis con el gobierno uruguayo por el aumento de la producción de la pastera Botnia es un indicador de cómo está funcionando el gobierno. Durante los primeros días de la crisis, el canciller Héctor Timerman se ocupó de crear un clima de “guerra” diplomática con el vecino país, que chocó con la frialdad de la opinión pública y los políticos. A partir de este dato, la Casa Rosada oscila entre recalentar el conflicto o encauzarlo por las vías formales, bajándole el perfil. Sin salida Un dato a tener en cuenta es que, tal vez por primera vez, las tensiones internas empiezan a tener un peso importante en el kirchnerismo, que siempre se caracterizó por un funcionamiento casi militar. Ya es público que una serie de figuras moderadas del kirchnerismo están sondeando nuevos rumbos. El ministro del interior Florencio Randazzo es hoy un amable interlocutor de Sergio Massa, así como Miguel Ángel Pichetto lo es de Daniel Scioli. En cuanto al titular de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, no sólo conversa con los peronistas disidentes sino que encargó la formación de un nuevo partido en Buenos Aires, tal vez para sentarse en alguna negociación por la sucesión de Scioli y Gabriel Mariotto. Estas realidades hacen que la línea divisoria entre los kirchneristas moderados y los ultracristinistas se vaya convirtiendo en un abismo. Estos últimos no tienen margen para buscar nuevos rumbos porque la oposición no los admitiría como interlocutores. Su único futuro está en continuar entornando a CFK con la expectativa de que ella conserve el suficiente poder como para sobrevivir políticamente al 2015. Ellos están frente a un problema insoluble. Si dejan el poder, quedarían expuestos a la persecución judicial por cientos de causas de corrupción, de las cuales están cerradas apenas una ínfima proporción. Por ejemplo, el 1 de noviembre, la Sala IV de Casación, integrada por Juan Carlos Gemigniani, Gustavo Hornos y Mariano Borinsky, debería anunciar si decide declarar o no nulo el testimonio de Laura Muñoz contra su ex marido, Alejandro Vandenbroele. La mujer dijo que el abogado es el “testaferro de Boudou” y activó así las denuncias contra el vice en la Justicia. ¿Daría la justicia un pronunciamiento desfavorable a Boudou si éste se encontrara entonces todavía a cargo del Ejecutivo? La situación judicial del vicepresidente es hoy el leading case para los funcionarios que temen por su futuro. Si Boudou cae, podría haber un efecto dominó.
Posted on: Tue, 15 Oct 2013 03:38:36 +0000

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