Cuando un país se olvida que es parte de un todo Alejandro - TopicsExpress



          

Cuando un país se olvida que es parte de un todo Alejandro Jodorowsky: Cierto gran país, en su afán de poderío, vampiriza a otros países más pobres arriesgando exterminarlos, al parecer sin darse cuenta que esos pueblos son el alimento de sus raíces y que la destrucción provocada repercutirá en él mismo conduciéndolo a su fin. Esta fábula que habla de una naranja glotona podría servirle de advertencia: Un naranjo se elevaba en medio de la pradera. Era grande, hermoso, fuerte. Ni los violentos huracanes, ni las lluvias torrenciales habían podido vencer la potencia formidable de sus raíces. Como un reto verde, ebrio de savia, perfumaba con sus azahares la árida luz solar y sus naranjas era alaridos que iluminaban el silencio de la noche. Los jugosos frutos colgaban sensualmente sintiéndose protegidos por esas ramas férreas y, con euforia, transformaban en azúcar los minerales que el árbol succionaba de la misteriosa tierra con infinito amor… Sin embargo hubo una naranja que no se sintió conforme. “¡Soy la más bella, la más fragante, la más dulce! Mi piel es suave como la seda. ¿Por qué este árbol necio me despoja vertiendo la misma cantidad de savia a mis inferiores hermanas que a mí?”… Y esa naranja, con intensidad alucinante comenzó a sorber el líquido nutritivo sin esperar a que se lo dieran. Creció y creció. Se hizo enorme. Las otras naranjas no tardaron en secarse.. Lo mismo sucedió a las flores, luego a las hojas. La glotona insistía en acaparar todo el alimento. Engordó aún más. Su peso la hizo tocar el suelo. El árbol, que otrora fuera un titán, convertido en esclavo, doblaba su tronco para servir a la gigante voraz. “¡Nada me satisface, quiero ser más!”…Sintiéndose la joya de la pradera, grande como un palacio, la naranja glotona, por intermedio del árbol, no cesaba de consumir las energías de la tierra. Un buen día, cuando el suelo estuvo agotado, el naranjo murió. Y ahí se quedó la naranja, con sus paredes lisas, sin saber qué hacer… El verano la secó, el otoño la agrietó, el invierno la pudrió y, por fin, los vientos de la primavera barrieron sus negros restos sin que dejaran huellas. Cuando un país se olvida que es parte de un todo y trata de convertirse en único universo, se destruye a sí mismo. (EL PLACER DE PENSAR – 38)
Posted on: Fri, 27 Sep 2013 05:28:51 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015