Día de cuentas alegres para algunos, y tristes para otros, lo importante es que el futuro triunfo presidencial de Bachelet se refleje en una conducción estratégica para abandonar el modelo de transformación gradual y entrar en una era de democracia inclusiva y participativa, con un Estado que busque el desarrollo y no que proteja los negocios de unas cuantas empresas. Para ello no sólo debe ganar en Noviembre, que es lo más fácil, sino superar los escollos de los sectores conservadores de la Concertación, las rémoras de los viejos liderazgos y tener el manejo suficiente para cumplir honestamente con las grandes expectativas que los movimientos sociales están depositando en la futura presidenta. Los riesgos nunca han sido tan grandes como ahora.
Posted on: Mon, 01 Jul 2013 03:26:21 +0000
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