Día del maestro Si hay un personaje del cual no me interesaría - TopicsExpress



          

Día del maestro Si hay un personaje del cual no me interesaría hablar ese es Domingo Faustino Sarmiento. Pero como me llegó un mail en el cual decía que yo el indicado para escribir unas palabras sobre Sarmiento quería expresar lo que pienso (con la libertad democrática que me asiste) sobre el Padre del aula” Hoy se festeja, en todo el país, el Día del Maestro, en conmemoración de un nuevo aniversario del día de la muerte de Domingo Faustino Sarmiento, uno de los protagonistas de la organización nacional más controvertidos para el revisionismo histórico y el pensamiento nacional. Sarmiento es, sin dudas, el más progresista de los liberales. Y al mismo tiempo es el más brutal de los liberales. Es imposible no estremecerse ante las barbaridades que “el padre del aula” dice en sus escritos y sus discursos contra negros, gauchos, indios, judíos, italianos, españoles. También es imposible dejar de sentir pavura ante las atrocidades cometidas por sus subordinados en su campaña contra el Chacho Ángel Peñaloza en La Rioja, por ejemplo. Todos recordamos el consejo del sanjuanino de “no ahorrar sangre de gaucho” porque sólo sirve de “abono para la tierra”. La historiografía oficial sigue considerando a Sarmiento un prócer inmaculado y excusa sus brutalidades aduciendo que era “el clima de época”. Creo que las circunstancias explican, pero no exculpan. Y bajo el latiguillo de “clima de época” se puede justificar, tanto a Sarmiento como a Videla. Pero creo que el revisionismo tiene que dar un salto de calidad . Sarmiento no es el “gran educador” o el “intelectual de la barbarie civilizada aplicada”. Quizás haya que asumir que Sarmiento es una cosa y la otra. Es un gran escritor y un matador de gauchos, un educador y un oligarca, un hombre de fe en el progreso y un “tilingo” admirador de Europa hasta 1847, y de Estados Unidos luego. Presidente argentino cuando el fraude en los comicios era escandaloso. Pero es, por sobre todas la cosas, uno de los pocos miembros de esa clase dirigente conocida como la oligarquía conservadora –quizás porque no pertenecía a ese sector social– que llevó adelante un “hito civilizatorio” como es su obra educativa. ¿Por qué es civilizatorio? No lo es porque educó a millones de argentinos, sino porque supuso un compromiso por parte de una dirigencia de refrenar su interés particular, natural, primario, en función de un bien social. Sarmiento obligó a su clase a renunciar a su interés pecuniario para beneficiar a las mayorías. Me gustan los personajes diagonales, contradictorios, que tienden lazos entre paralelas aparentemente irreconciliables. Eso fueron Mariano Moreno, Manuel Dorrego, Juan Bautista Alberdi, Sarmiento, Leandro Alem, el mismo Perón, incluso. Y si uno lo analiza con cierta profundidad –el presente siempre nubla la posibilidad de un análisis certero– quizás la actual presidenta de la Nación sea una política que tienda diagonales –perdón por la metáfora futbolera– entre el movimiento nacional y popular y el liberalismo republicano. He leído sobre Sarmiento y partí del prejuicio y logré adentrarme en la complejidad de un personaje desmesurado y exuberante, americano, más americano de lo que él mismo se reconocía. Hoy creo que el revisionismo histórico, y el pensamiento nacional, popular, progresista, democrático, debe –perdón por la descortesía de la prescripción– volver a mirar a Sarmiento. Y debe agarrarlo de las solapas. No para hacerlo “propio”. Pero sí para que no se lleve a su panteón el liberalismo conservador. Quizás sea tiempo de que sobre Sarmiento se realice un fino y preciso trabajo de restauración –como si se tratara de un fresco antiguo– por parte del revisionismo histórico.
Posted on: Thu, 12 Sep 2013 04:12:14 +0000

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