El efecto transformador sobre Daniel "Sólo yo, Daniel, vi aquella - TopicsExpress



          

El efecto transformador sobre Daniel "Sólo yo, Daniel, vi aquella visión. No la vieron los hombres que estaban conmigo, sino que se apoderó de ellos un gran temor y huyeron y se escondieron." No creemos que un ángel normal o incluso un arcángel habría causado semejante efecto sobre estos hombres. Aunque había otros que estaban allí con Daniel, sólo él contempló la visión. Es evidente en los muchos incidentes relatados que sólo el Espíritu Santo puede identificar al Señor Jesucristo ante los hombres, y esto es lo que estaba haciendo por Daniel. Recordemos que el Señor Jesucristo dijo en Juan, capítulo 16, versículo 14, con respecto al Espíritu Santo: "Él me glorificará, porque tomará de lo mío, y os lo hará saber". El Apóstol Pablo tuvo una experiencia similar en el camino a Damasco. En Los Hechos capítulo 9, versículos 7 y 8 leemos: "Y los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos, porque, a la verdad, oían la voz, pero no veían a nadie. Entonces Saulo se levantó del suelo, y abriendo los ojos no veía a nadie. Así que, llevándolo de la mano, lo metieron en Damasco". Pablo había quedado ciego. Él había visto al Cristo glorificado. Y ahora, volviendo a este capítulo 10 de Daniel, leamos el versículo 8: "Quedé, pues, yo solo ante esta gran visión, pero no quedaron fuerzas en mí, antes bien, mis fuerzas se cambiaron en desfallecimiento, pues me abandonaron totalmente." Aquí vemos que Daniel se quedó solo. Esta fue la maravillosa experiencia de aquel hombre de Dios, y hay muchos que han compartido con entusiasmo y alegría una experiencia semejante. Abraham dejó a Ur de los Caldeos, y finalmente dejó a sus parientes, y se quedó solo con Dios. Moisés fue enviado a una zona lejana del desierto de Madián, y ante la zarza ardiente estuvo solo con Dios. Elías, por su parte, fue disciplinado cerca del arroyo de Querit, y Dios estaba con él. Jeremías tuvo que recorrer un camino solitario, pero Dios estuvo con él. Juan el Bautista fue otro que estuvo solo en el desierto, pero Dios estuvo con él. El apóstol Pablo también pasó dos años de confinamiento solitario en el mismo desierto, pero esa fue la forma en que Dios estuvo con él y lo preparó para su ministerio. Y el apóstol Juan fue exilado en la solitaria isla de Patmos, pero Dios, una vez más, estuvo con él. A muchas personas les agrada asistir a grandes reuniones de oración, u otro tipo de encuentros en los que se concentre mucha gente. Estimado oyente, ¿ha tratado alguna vez de estar solo? Allí es donde Dios se encontrará con usted. Lleve la Palabra de Dios consigo y váyase a un lugar en el que pueda estar a solas con Él. Le hará muy bien. A veces los oyentes preguntan si al grabar estos programas el que les habla está frente a un determinado público. Y debo contestar que no. Me encuentro en un estudio, con las puertas cerradas. Estoy solo, solo con Dios. Es en momentos como éste que Dios me habla. Es en ocasiones como ésta cuando Él ha sido capaz de usar este débil trozo de barro para difundir la Palabra de Dios. Él hace posible que Su Palabra sea transmitida a enormes distancias, y Él es el que hace que esa Palabra resulte poderosa y efectiva. En contraste, los no creyentes, los que no tienen a Dios en sus vidas necesitan mantener una incesante actividad social. Necesitan tener a gente alrededor suyo casi constantemente. No les agrada estar solos. Recordemos al patriarca Jacob, que trató de evitar el quedarse solo. Pero Dios lo empujó hacia un rincón, para que una noche Dios pudiera luchar con él y lo dejó cojo para poder dominarle. En este pasaje que tenemos ante nosotros Daniel se encontró solo con Dios, y tuvo esta visión del Señor Jesucristo. Y entonces dijo: "no quedaron fuerzas en mí". La visión le causó un gran impacto, un efecto tremendo. Y añadió en el versículo 9 de este capítulo 10 de Daniel: "Pero oí el sonido de sus palabras; y al oír el sonido de sus palabras caí sobre mi rostro en un profundo sueño, con mi rostro en tierra." Aparentemente Daniel quedó inconsciente. No sabemos cuánto tiempo estuvo allí. El Señor Jesucristo le dejó, y cuando él recobró el sentido, vio que un ángel había venido para ayudarle. Leamos el versículo 10, donde comenzamos a escuchar:
Posted on: Mon, 07 Oct 2013 18:38:22 +0000

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