Entre mis recuerdos más apreciados de mi infancia, tengo el de Yolanda, una tucumana regordeta, de tez morena como el azúcar que tienen arriba las tortas negras o cara sucias como le decimos los bahienses. Su sonrisa era del tamaño de la luna en cuarto menguante y en su mirada siempre transmitía confianza. Cuando te daba un beso, siempre era acompañado de un abrazo y el corazón te entraba a latir como un tambor. Como no enamorarse de Yolanda, si con cada palabra te hacía volar por la historia o te perdías en diferentes biomas de la naturaleza. A veces sentía la competencia de amigos que sentían lo mismo que yo y nos peleabamos para ver quien le convidaba el más rico alfajor. Yolanda fue mi maestra de 4to y 5to grado, que hoy ya no está más con nosotros, seguramente le debe de estar enseñando las reglas ortográficas y tomándole algún dictado a los que viven arriba. Así que, a todas las Yolandas que sí viven entre nosotros y en nuestros recuerdos...un feliz y orgulloso día y gracias por dejar sus huellas!!!
Posted on: Wed, 11 Sep 2013 17:40:04 +0000
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