Esta es una historia, no como la de los bostero amargos “En - TopicsExpress



          

Esta es una historia, no como la de los bostero amargos “En Buenos Aires, a veinticinco días del mes de mayo del año mil novecientos uno…”, así comienza el acta de fundación del Club Atlético River Plate. Sin embargo, Enrique Zanni –uno de los mentores del “Millonario” e integrante de Club Atlético La Rosales- escribió en 1938: “Terminadas las temporadas de 1902 y 1903, y por fuerza de las circunstancias, nos convertíamos de rivales en camaradas (los miembros de La Rosales y Santa Rosa), conviniendo la fusión de ambos clubes. Y después de una célebre sesión en un salón que tenía por techo las ramas de un frondoso sauce y por mullidos asientos un verde césped, ella quedó sellada”. El 22 de mayo de 1904 –la reunión extraordinaria se llevó a cabo el domingo 17-, La Nación publicó: “Club Atlético River Plate. Con ese título ha quedado constituido un nuevo centro sportivo, con los elementos de los clubs `Santa Rosa` y `La Rosales`, centro que tomará parte activa este año en casi todos los torneos a realizarse”. Asimismo, entre 1901 y 1904 no se registran partidos jugados por River Plate y sí por Santa Rosa y La Rosales. ¿Qué pasó en el medio? En 1912, River gestionó un crédito de tres mil pesos al que no podía acceder por antigüedad. Se estima que por ese motivo se destruyeron las memorias y balances de 1910 a 1914, con lo que las emitidas en 1915 aseguraban que era el 14º ejercicio económico. Enrique Salvarezza, Enrique Zanni, Enrique Balza, Juan Bonino, Livio Ratto, Pedro Martínez, Leopoldo Bard, Abelardo Ceballos, Luis Tarrico, Bernardo Messina y José Pita, frente a la imprenta de Francisco Gentile –en Almirante Brown 900-, firmaron el acta de fundación del Club Atlético River Plate. River se fundó en La Boca, frente a las carboneras Wilson, un punto de referencia en la Dársena Sur. Luego de pobres temporadas de Santa Rosa y La Rosales, ambos clubes decidieron fusionarse. Se postularon nombres como Juventud Boquense, Forward y La Rosales, pero se terminó utilizando el propuesto por Pedro Martínez. Es que le habían llamado la atención unos cajones dejados por marineros en el dique tres; llevaban la inscripción “The River Plate”. Los gerentes de la Casa Wilson donaron unos postes para los arcos de la primera canchita, ubicada en la zona este de la Dársena Sur. Allí jugó el primer equipo de la historia de River: Moltedo; Ratto, Cevallos; Peralta, Carrega, Bard (capitán y presidente); Kitzler, Martínez, Flores, Zanni y Messina. Alberto, el padre de Flores, donó los arcos que se utilizarían de allí en más. Aquí hay una curiosidad: los rivales no le pudieron marcar goles durante varios encuentros y fue el propio Flores quien rompió la racha; se marcó un tanto en contra. Leopoldo Bard llevó una casilla con el nombre del club y una bandera. Salvarezza entregó el alambrado para que el campo fuera tomando forma. La camiseta blanca representaba a ese River de La Boca. En época de carnaval, una travesura le dio los colores definitivos al “Millonario”. Le robaron una cinta roja de seda a un carrero y la cruzaron en la casaca blanca. Primero, agarrada con alfileres, luego cosida. Ese pabellón blanco y esa alfombra roja representan a River en la actualidad. El primer partido oficial disputado por River Plate fue el 30 de abril de 1905, ante Facultad de Medicina, en la Tercera División. El “Millonario” cayó por 3 a 2 en su canchita de la Dársena Sur. Ya en 1908, el 13 de diciembre, River enfrentaría a Racing Club por el ascenso a la Primera División. El resultado fue de 2 a 1 para los de La Boca. Sin embargo, los de Avellaneda reclamaron porque, en el festejo del segundo tanto, los hinchas ingresaron al campo de juego. El encuentro se volvió a disputar el 27 de diciembre en el estadio de Gimnasia y Esgrima y no quedaron dudas; River triunfó por 7 a 0 y formó: Luraschi; Chiappe, Politano; Messina, Morroni, Chagneaud; García, Grifero, Gómez, Fernández y Priano. En 1913, un temporal arrasó con la canchita de la Dársena Sur. Si bien el club volvió a levantarse, una orden de desalojo obligó a River a alquilar la cancha de Ferro para actuar como local. Dos años más tarde, el “Millonario” regresó a La Boca; se instaló entre Pinzón, Caboto, Aristóbulo del Valle y Pedro de Mendoza. Allí permaneció hasta 1923, cuando se mudó al norte de la Capital Federal; construyó su estadio en la manzana conformada por Alvear (hoy Avenida del Libertador), Tagle y Austria. Sin embargo, no sería el último cambio de dirección. Tras importantes gestiones de Antonio Vespucio Liberti, el 31 de octubre de 1934 se firmó el boleto de compra de unos terrenos de Núñez, actual “templo” del Club Atlético River Plate, inaugurado oficialmente el 25 de mayo de 1938. Entre tantas mudanzas, sucedieron importantes hechos. En 1913, River y Boca se enfrentaron por primera vez; fue el 13 de agosto, en cancha de Racing, y el “Millonario” se impuso por dos goles contra uno; convirtieron Cándido García y Penney. Al año siguiente, el club comienza a llenar sus vitrinas: fue campeón de la Copa Competencia; venció a Bristol, de Montevideo, por 1 a 0 con un tanto de Giannetto. Ya en 1920, River completa un excelente campeonato y se corona por única vez en la era amateur. El torneo concluyó el 9 de enero de 1921, cuando García y Galanzino anotaron en la victoria por 2 a 0 sobre Quilmes. Llegó el profesionalismo y con él, el mote de “Millonarios”. River adquiere en 10 mil pesos a Carlos Peucelle y, al año siguiente, abona 35 mil por Bernabé Ferreyra. El primer encuentro de esta era fue un 1 a 0 sobre Atlanta, con gol de Vicente Locasso. El primer torneo ganado de River en el profesionalismo fue en 1932, con Bernabé como goleador, con 43 tantos. Cuatro años más tarde, logra el inicial de los dos títulos que lo convertirían en bicampeón por vez primitiva en su historia; se consolidaron jóvenes que luego serían ídolos, como José Manuel Moreno y Adolfo Pedernera. Emérico Hirschl fue el entrenador en estos campeonatos y logró los mejores números de la historia del club: 85,29% de efectividad y 106 goles a favor. En la década del 40 nació la delantera más sublime que se pueda recordar en el fútbol argentino: Múñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau. La Máquina. Bajo la dirección técnica de Renato Cesarini, este quinteto disputó 18 encuentros en cuatro años. River obtuvo los títulos de 1941, 42, 45 y 47, donde además se destacaron figuras como Néstor Rossi y Alfredo Di Stéfano. En ese segundo campeonato, el de 1942, el “Millonario” dio la vuelta olímpica en la Bombonera. Ah, se consolidó un tal Amadeo Carrizo en el arco. Comenzados los años 50, River conquistó cinco títulos en seis años: bicampeón en 1952 y 53, y primer tricampeonato, entre 1955 y 57. Por segunda vez, el equipo de Núñez celebró un torneo en la Bombonera. Wálter Gómez se convirtió en referente y Enrique Omar Sívori saltó al estrellato; fue vendido a la Juventus de Italia en 10 millones y, de esta forma, se logró construir la cuarta tribuna del Monumental. Luego de 25 años en el club, Ángel Labruna se fue en 1957. Por primera vez, River disputó la final de la Copa Libertadores. Fue en 1966, cuando cayó en el tercer partido ante Peñarol, por 4 a 2, luego de estar 2 a 0 arriba. Al encuentro siguiente, los hinchas de Banfield arrojaron gallinas, haciendo alusión a que le había faltado actitud al equipo que tenía como estrellas a los hermanos Onega y Oscar Mas. Esa fue una de las frustraciones entre 1957 y 1975, años en los que River no pudo alzarse con título alguno, aunque estuvo cerca en varias ocasiones: en 1968, Guillermo Nimo no cobró una mano de Gallo sobre la línea en el desempate por el Nacional; al año siguiente cayó por 4 a 1 en la final ante Chacarita; y en el Metro 70 igualó con Independiente en puntos y diferencia de gol, pero el “Rojo” tenía mayor cantidad de tantos a favor. Ángel Labruna volvió al club y con él también lo hizo la alegría. River fue campeón luego de 18 años sin títulos. Celebró por partida doble en 1975, con Ubaldo Fillol, Daniel Passarella, Pedro González, Oscar Mas y los Tres Mosqueteros (Juan José López, Reinaldo Merlo y Norberto Alonso) como símbolos de la resurrección. Luego de caer en la final de la Libertadores ante Cruzeiro, en 1976, River se coronó en el Metro 77. Al año siguiente, apareció un zurdo que terminaría siendo referente; Ramón Ángel Díaz. Llegaría un nuevo tricampeonato, Metro y Nacional 79, y Metro 80. Al año siguiente, echan a Labruna y se hace cargo del equipo Di Stéfano. Mario Kempes se convirtió en un hombre importante de un conjunto que ya tenía una base armada y se corona en el Nacional 81. Una profunda crisis futbolística y económica deja a River al borde del descenso en 1983. El 24 de abril de ese año, debutó Enzo Francescoli, quien se convertiría en uno de los máximos ídolos de la historia del club. En 1986, el equipo de Héctor Veira se alzó con la triple corona: campeón local, de América y del Mundo. La alineación base de ese exitoso conjunto era: Pumpido; Gordillo, Gutiérrez, Ruggeri, Montenegro; Enrique, Gallego, Alfaro; Alonso; Alzamendi y Funes. Ya con Carlos Griguol en el banco, River se adjudicó la Interamericana 87, luego de superar al Deportivo Alajulense, de Costa Rica. Merlo comenzó dirigiendo al equipo en 1989, aunque dejó su cargo en manos de Daniel Passarella. ¿El resultado? River campeón del torneo local 89-90. El “Pelado” Díaz regresó al club en 1991 y fue goleador del campeón, con 14 unidades. Aún con Passarella en el banco, el “Millonario” obtuvo el Apertura 93 con apellidos como Crespo, Almeyda, Gallardo y un tal Ariel Arnaldo Ortega. Al año siguiente, con el regreso estelar de Francescoli y el debut de Américo Gallego como entrenador, River se convirtió por primera vez en campeón de manera invicta. La era de los técnicos con riñón riverplatense, pero sin experiencia, seguía vigente. Ramón Díaz se puso el buzo de DT y conquistó la Libertadores 96 –segunda en la historia del club-, Apertura del mismo año, Clausura, Apertura y Supercopa 97. En esta continuidad de títulos, hubo nombres importantes como Germán Burgos, Hernán Díaz, Leonardo Astrada, Marcelo Gallardo, Hernán Crespo, Sergio Berti, Ariel Ortega, Enzo Francescoli y José Marcelo Salas. Asimismo, iban apareciendo jóvenes como Pablo Aimar y Javier Saviola, figuras relevantes del bicampeonato 1999-2000 (Ramón Díaz primero y Américo Gallego después, los entrenadores), justo en el cambio de siglo. Ellos dos, junto con Juan Pablo Ángel, conformaron un trío inolvidable. Ya en 2002, el Ramón Díaz volvió y sacó campeón a un River que contaba con unos brillantes Ortega y Andrés D´alessandro; aunque también tuvo continuidad un joven goleador: Fernando Cavenaghi. Al año siguiente, bajo la dirección técnica de Manuel Pellegrini, River se alzó con el Clausura 2003, aunque perdió la final de la Copa Sudamericana ante Cienciano. En 2004 llegó Leonardo Astrada y se coronó en el Clausura, pero cayó en la serie de semifinales ante Boca, por la Copa Libertadores. Diego Simeone, un hombre ajeno a la historia del club, condujo al River campeón del Clausura 2008, con Ortega, Diego Buonanotte, Radamel Falcao y Juan Pablo Carrizo como estandartes. Sin embargo, al torneo siguiente llegaría la primera desgracia de la debacle sufrida en estos años: el equipo del “Cholo” finalizó en la última posición. Daniel Alberto Passarella se convirtió, en 2009, en el primer hombre en ser jugador, director técnico y presidente del club. Luego de irregulares actuaciones en el fútbol local y ausencias a nivel internacional, River sufrió el golpe más duro de su historia: descendió a la segunda categoría del fútbol argentino, tras caer en la Promoción 2011, ante Belgrano. Fernando Cavenaghi, Alejandro Domínguez y Leonardo Ponzio regresaron para colaborar y lograr el ascenso; a ellos se sumó la aparición de David Trezeguet. Con Matías Almeyda como director técnico, luego de una dura campaña, River volvió a la elite del fútbol argentino. Un lugar que nunca debió haber abandonado. Es difícil contar en pocas líneas el trayecto de un club con tanta gloria; con tantos festejos y llantos; con tantas alegrías y tristezas; con tantos referentes e ídolos. Desde Leopoldo Bard, pasando por Bernabé, Peucelle, Múñoz, Moreno, Pedernera, Labruna, Loustau, Minella, Cesarini, Vaghi, Yácono, Rossi, Di Stéfano, Wáter Gómez, Amadeo, Antonio Liberti, Sívori, los hermanos Onega, Mas, Jota Jota, Merlo, Alonso, Fillol, Passarella, Morete, Ruggeri, Gallego, Alzamendi, Funes, Francescoli, Astrada, Hernán y Ramón Díaz, Crespo, Ortega, Almeyda, Salas, Gallardo, hasta Aimar, Saviola, D´alessandro y Cavenaghi… Todos dejaron una huella, igual que tantos otros. La historia se escribe día a día, con vaivenes, momentos buenos y malos, pero siempre con la grandeza que caracteriza al club con más torneos locales: 33; además de los cinco internacionales y uno amateur.
Posted on: Fri, 02 Aug 2013 22:57:25 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015