Informe Policía de Santa Fe (Primera Parte) Cuando los políticos mienten. La incompetencia de los últimos gobiernos de la provincia de Santa Fe para conducir la policía ha tenido consecuencias funestas para sus habitantes. Quien inició esta degradación sin antecedentes fue el entonces gobernador Jorge Obeid, miembro de la organización terrorista Montoneros sospechado de haber fabricado el artefacto explosivo que costara la vida a nueve policías cuando regresaban del estadio de Rosario Central además de un matrimonio que circunstancialmente pasaba por el lugar el 12 de Septiembre de 1976. Pocos saben o recuerdan que ordenó el traslado de la Jefatura de Policía de su histórica sede en calle Santa Fe Nº 1950 a la que había sido la Fábrica de Armas en Ovidio Lagos Nº5250. Para hacerlo efectivo se acondicionó el derruido edificio donde se establecieron las autoridades policiales mientras que las distintas dependencias se ubicaron en lo que habían sido oficinas o talleres, las cuales estaban en estado de abandono deplorable. Allí secciones especializadas en la lucha contra el delito tuvieron que alternar sus tareas específicas con las de operarios de mudanzas, constructores de divisiones de espacios, pintores y electricistas. En verano los mosquitos y toda clase de bichos voladores invadían las oficinas por los huecos que alguna vez habían albergado a equipos de ventilación. Lo peor de todo fue la falta de sanitarios y de agua potable. En realidad nunca se supo si este traslado se debió a un proyecto pésimo o a una venganza terrorista y personal de Obeid. La eficiencia laboral declinó por lo relatado pero además por el fuerte impacto sicológico en el personal al ser tratado de esta manera despreciativa e inhumana. Para justificarse ante los reclamos ciudadanos que veían estas carencias reflejadas en las calles Obeid prometió una mejor policía que se lograría con el ingreso de Agentes que deberían tener estudios secundarios completos y que reemplazarían a “la vieja policía” (¿le suena? Lamberto 8/11/2013) que tenía los vicios de la dictadura. Luego vendría el cambio de reglamentos policiales que terminaría con la división de suboficiales y oficiales convirtiendo la carrera en una, además los Jefes de la Institución deberían tener estudios universitarios o terciarios. En el 2004 se creó el Isep, Instituto de Seguridad Pública que reemplazó por así decirlo a la Escuela de Cadetes de Policía de donde egresaban los Oficiales luego de tres años de estudios (¿le suena? Bonfatti y Lamberto año 2013). Si los Cadetes aprobaban el curso se recibían de Oficiales y pasaban a prestar servicio, con la creación del Isep se reciben de Técnico en Seguridad pero no tiene asegurado el cargo. A este mamarracho producido por Obeid ahora los socialistas lo relanzan como si los tres años fuera una novedad “progresista”. Para quienes desconocen la función este proyecto de cambios parecía ser maravilloso y “progresista” (¿le suena? Binner y Bonfatti). La realidad fue y es distinta pero los políticos nos tienen acostumbrados a sus maniobras engañosas. Para ser efectivo un policía debe estar dedicado plenamente a su tarea, el horario no es de oficina, no hay sábados ni domingos ni feriados, un viejo dicho lo representa con exactitud “se sabe a qué hora se entra pero no a la que se sale”. Además con los bajos salarios se deben hacer servicios adicionales mal pagos que aún hoy en día sufren por parte del estado una quita del 20% destinados a … nadie lo sabe. ¿Cómo puede una persona cumplir con este trabajo y además estudiar por ejemplo abogacía? Muchos dirán que con sacrificio, robándole horas al sueño, etc.. Mentiras. Esta profesión requiere estar descansado al máximo porque se arriesga la vida todos los días y ya bastante tienen con hacer adicionales para poder sobrevivir con dignidad. Los ciudadanos no saben tampoco que los nombramientos pasaron a ser una forma de dar trabajo y hacer política, así sucedió que personal que vivía en la ciudad de Santa Fe prestaba servicio en Rosario. Imaginen el tiempo que se pasaban viajando y las condiciones físicas para trabajar. Estos son los antecedentes iniciales de una degradación que iría en aumento hasta llegar a las condiciones actuales. Su origen tiene nombre y apellido Jorge Obeid, su continuidad también Hermes Binner y Antonio Bonfatti. En un segundo informe explicaremos las actuaciones de los dos últimos y la aparición en escena de los “Criminólogos de Universidad” expertos en seguridad con experiencia cero y un total desconocimiento policial, deseosos de ocupar un rentable cargo político. A los policías que prestan servicio con honestidad, dedicación, sacrificio y valor vaya nuestro respeto y agradecimiento por su labor. A los ciudadanos que los critican les pedimos que se informen y que no pluralicen para no seguir el juego a los gobernantes que tratan de desligarse de sus responsabilidades, omisiones o complicidades.
Posted on: Mon, 11 Nov 2013 02:28:16 +0000
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