La Reforma del Siglo XVI nació y creció al impulso de una unión de fuerzas espirituales y seculares como rara vez ha presenciado el mundo en ningún otro período histórico. Por el lado secular, nos encontramos con una época pródiga en movimientos nuevos, intelectuales y morales, políticos, sociales y económicos: con una época en que las fuerzas espirituales estaban en plena actividad, anhelando hacer de la religión la cuna que meciese en su nacimiento, y guiase durante el resto de la vida, a todos los hombres, fueran éstos reyes, nobles, ricos, pobres, artesanos o campesinos; una religión propiedad de todos, eclesiásticos o seglares, y que promoviese directamente las buenas costumbres dentro de la familia y del Estado.... De aquí que su importancia histórica sea inmensa. Por tanto es a mí juicio una exageración el afirmar, como tantas veces se ha afirmado, que este aspecto religioso de la Reforma tuvo su principio en el desarrollo religioso de una sola personalidad; recordemos que los ríos se forman de millares de arroyuelos sin nombre y no de una sola fuente precisa y determinada. Sin embargo; tal es la importancia de la figura de Lutero que tampoco se le resta importancia. Más todos esto sabemos que sucedió para Gloria de Dios y Nuestro Señor y Salvador Jesucristo al cual sea la Gloria por siempre. Amén.
Posted on: Mon, 04 Nov 2013 18:25:05 +0000
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