“Lumen Fidei”: ante un texto hermoso, bien articulado, fácil - TopicsExpress



          

“Lumen Fidei”: ante un texto hermoso, bien articulado, fácil de leer, que estimula al lector a la serenidad y a la meditación. No es una exposición a la defensiva o apologética, sino propositiva, que aborda la fe como un regalo de Dios que, al mismo tiempo, invita a la amistad con quienes carecen de ella. Tiene la fragancia de la humildad, de la comprensión, del diálogo y de la tolerancia. Está “bella sinfonía” está salpicada de referencias bíblicas, patrísticas y de los grandes santos. No faltan alusiones a filósofos y escritores modernos y contemporáneos. Todo ello hace que la Encíclica se enmarque en la “matriz de la fe” que es la Iglesia que camina en el mundo atenta al clamor de los hombres. Todo ello se puede encontrar a lo largo de los sesenta epígrafes agrupados en una introducción y cuatro breves capítulos. El punto de partida es desmontar las objeciones de muchos contemporáneos, que ven en el acto de creer un espejismo, algo ilusorio, un tema oscurantista y pasado de moda, que en cierta manera impide hombre ser auténticamente libre y feliz. La primera parte es un recorrido por la historia de la salvación para mostrarnos desde el principio que la fe en Dios está unida a la verdad y al amor. Esto sólo se experimenta por el camino del encuentro y seguimiento. La segunda establece la relación entre la fe y la inteligencia, el dialogo entre la fe y la razón, así como la continua búsqueda de Aquél que nos sobrepasa y nos sostiene. La tercera plantea la dimensión comunitaria de la fe cristiana, la necesidad de crecer en el conocimiento de la Verdad revelada por la oración, los sacramentos de la Iglesia, el cumplimiento del decálogo y la misión de trasmitir este don a las futuras generaciones. La cuarta parte aborda las repercusiones de la fe sobre la ciudad de los hombres y de cómo ésta contribuye “al servicio concreto de la justicia, del derecho y de la paz” De alguna manera, estas últimas reflexiones de Benedicto XVI, en las que el Papa Francisco basa su primera Encíclica, son un gran obsequio en la conmemoración del quincuagésimo aniversario del Concilio de la fe que fue el Vaticano II. Estamos invitados a degustarla, asimilarla y disfrutarla en estos largos días del estío. Sobre todo, nos apremia a implorar a Dios que aumente nuestra fe, y que nos sintamos orgullosos de pertenecer a este pueblo de la fe que es la Iglesia.
Posted on: Mon, 08 Jul 2013 16:37:08 +0000

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