Mentiras convenientes Por Aníbal Fernández Toscano, sobre el - TopicsExpress



          

Mentiras convenientes Por Aníbal Fernández Toscano, sobre el paco Como dice Cristina: “Similar no es lo mismo”. En el 2005 ya se había intentado aclarar que el paco no es pasta base de cocaína. La pasta base de cocaína es el proceso anterior al clorhidrato de cocaína, la que hasta fines de los ’90 sólo se producía fuera del país; desde la Argentina se proveía a esos países de los precursores químicos. El paco, aparece en la Argentina cuando a raíz de medidas de seguridad que se implementaron para controlar la producción y el contrabando de precursores como la acetona, entre otros, comenzó a resultar más conveniente para algunos grupos narcos traer la pasta base a la Argentina y transformarla en clorhidrato de cocaína en nuestro territorio. Así surge lo que se da en llamar paco (por ser derivado de la pasta base), son los residuos de la cocina de la cocaína que quedan dentro de los tachos, pegado a las paredes de los mismos; es precisamente la basura del proceso, que mezclada con otras cosas comienza a venderse en nuestro país en la década pasada a raíz de la instalación de cocinas en Gral. Rodríguez, Luján y otros lugares, las que si bien eran chicas y pocas se multiplicaron y crecieron. Carlos Sylvestre Begnis planteó que no se podía decir precisamente cómo estaba conformado el paco porque dependía de los agregados disponibles que hubiese en los distintos lugares de producción, para mezclar con los restos que quedaban pegados a la tachos, que sí provienen de la pasta base de cocaína. Esto Sylvestre lo manifestó en una reunión en la HCDN, lo hizo en su carácter de presidente del Co.Fe.Le.Sa (Consejo Federal Legislativo de Salud), juntamente con la gente que se ocupaba de drogas en el Ministerio de Salud de la Nación. Creando de esta manera una sustancia muy peligrosa entre los consumidores, a los que por cómo les afecta cerebralmente llegan a tener comportamientos que les valió el rótulo de “muertos-vivos”. Pasta base hubo siempre, y en Argentina se la solía usar mezclada con marihuana, lo que en el ambiente de consumo se conocía como “nevados” cuando en lugar de pasta le ponían directamente cocaína. Esto de dar información a medias en nuestro país es de vieja data; durante mucho tiempo se dijo que la Argentina era país de tránsito cuando ya era país de consumo y cuando se empezó a aceptar el consumo ya era país de producción. En realidad, la Argentina es un país de tránsito, de consumo y también de producción. Ya desde hace un año se encontraron cocinas en distintos lugares del país. El beneficio de desinformar y de mentir da poder, no hay que hacer el juego, dar a conocer algunas partes del informe de Sedronar, recuerda lo dicho por el Padre Pepe, cuando hace ya unos años pidió que se terminara con esto de creer que hacer prevención es contar qué hay en el mercado, cómo se usa, cuánto cuesta y en qué zonas se consigue, más que prevención pareciera promoción. Decir que el paco es barato es otro error, que si intentó desinstalar a mediados de la década pasada sin éxito; no hubo interés político, ni interés periodístico. El paco no es barato, porque una dosis dura muy poco tiempo y costaba entonces entre 2 y 5 pesos, y después de una dosis venía otra, y otra y otra, y al final del día el paquero había gastado tanta o más plata que el que consume marihuana o alguna otra droga, pero se sigue diciendo que es barato. El único hombre de la política que que dio la voz de alarma de que estábamos en situación altamente peligrosa para enfrentar al narcotráfico fue el hoy senador Aníbal Fernández y que lo hizo en reiteradas oportunidades y fue de público conocimiento. Los sacerdotes villeros, con el Padre Pepe al frente, fueron los que hace unos años denunciaron la situación que se vive con las drogas y la alta complicidad que existe desde los distintos lugares del poder, sin esta complicidad no sería posible la impunidad con la que circula, “la droga está liberada” en la Argentina. Publicar aquella nota le valió amenazas de muerte al padre Pepe y el cardenal Bergoglio, que impulsaba todas estas acciones de asistencia y prevención de las adicciones, lo envió dos años a Añatuya, Santiago del Estero, sacándolo de esta manera del ojo de la tormenta. Dentro de este cúmulo de información a medias y complicidades, se pretende culpabilizar a los pobres, a los marginados y a los excluidos del sistema. También hay otras voces valientes. En algunas villas, además de los curitas, estaban las madres dispuestas a dar realmente la vida por sus hijos a los que veían deteriorarse día a día por los efectos del paco, al que en realidad hacia la década pasada se lo había comenzado a considerar una sustancia de exterminio. Para el neoliberalismo el ser humano es un ser biológico y psicológico que vive en sociedad; para el pueblo concientizado, para el pueblo creyente, la persona además de ser bío-psico-social, es espiritual. Entre su mismidad y un otro hay solidaridad, amor, honestidad, códigos, espiritualidad. Para el neoliberalismo a los excluidos del sistema hay que darles una “solución final”, esa solución fueron las sustancias que además de dinero generan control social. En el nuevo milenio, el neoliberalismo (la etapa más alejada de aquel capitalismo que necesitaba del ejército industrial de reserva) necesita de drogas de exterminio, de sustancias que generen los muertos vivos, pero también necesita de chivos expiatorios.
Posted on: Sun, 27 Oct 2013 11:44:40 +0000

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