¿Por qué ser guía? Porque es un trabajo maravilloso, completo, - TopicsExpress



          

¿Por qué ser guía? Porque es un trabajo maravilloso, completo, real y realmente sano en todo sentido. Es una fuente de satisfacciones, realizaciones y aprendizajes que se hace posible acercarse mucho más a la tierra (y así a la esencia de uno mismo y de la vida). Por el camino del guía uno puede ayudar a los demás a descubrir más sobre la naturaleza y sobre ellos mismos. Y por el mismo camino ayudar en la máxima tarea de estos días… de sanar a la madre tierra. ¿Qué significa ser guía? En la práctica más que nada significa ser parte de un lugar silvestre, capaz de interpretar su vida, sus espacios y sus tiempos, sus voces y sus cambios, en palabras y experiencias apropiadas para cada visitante. Ser un vecino, que puede acompañarlo(a) en forma calmada, atinada y segura en su viaje personal de reencuentro con sus raíces en la tierra. Para ser guía, por mucha información que reciba hay que dedicarse a ser autodidacta y recurrir lo más posible a la vida sencilla al aire libre. Es allí afuera, mucho más que en libros, en sala de clases, que se aprende lo más útil sobre flora, fauna, aire, tierra, agua y las energías de la vida. Empezaría con el tiempo a ser naturalista, ecólogo, ecologista, relator de historias de la tierra y viajero experimentado en los quehaceres del camino, pero no terminarán. Ser guía significa ser educador(a) por la tierra, educar a los demás en el mismo amor mientras sigue aprendiendo uno, sin ninguna ilusión ni deseo que la tarea se termine. Para hacerlo bien, ser guía es para toda la vida. Existe un estereotipo popular que conviene desechar, el del guía experto en todo. No es posible ser experto en todo lo referente a la naturaleza, tampoco sería deseable, pues el propósito de de excursionar no es quedarse alabando los dones maravillosos de algún ser humano. Es sentir la tierra bajo los pies, con algo, al menos, de libertad. En vez de dedicarse a mostrar cuánto sabe, el guía bien puede dedicarse a saber lo que saben en silencio, y a potenciar en la persona que desea saber más, facilitándole el camino. Esto se puede hacer de mil maneras. La peor manera es “mirarme a mí”. Mejor es “tratar de hacerlo así”. Mucho mejor aún es “Hazlo tu mismo”. Claro que hay destrezas precisas que el guía tendrá que enseñar de frentón. Cuales son dependerá de las circunstancias (lugar, actividad, grupo, época) En el caso de visita el Cañí en verano, por ejemplo, habrá que dar instrucción en destrezas como: caminar, descansar, comer y beber, cocinar, lavar loza, dormir, manejar desechos, bienestar e higiene personal. Algunas de ellas parecerían poca cosa. En verdad lo son, pero por hacerlas a diario mucha gente se cree experta; y nuestra condición “moderna” de distancia de la naturaleza hace necesario que las desaprendamos un poco, para practicarlas de otro modo. Así podremos disfrutar mejor de nuestro rencuentro con ella. Y hay algunas que necesitan años para que crezcan bien, por ejemplo, optimizar el manejo de un grupo de acuerdo a los recursos educativos de un lugar –y por sobre todo- orientar una actividad con un sentido ecológico profundo. De verdad, para hacer esto último se precisa vivir con el mismo sentido. Tarde o temprano llegará un momento de condiciones realmente difíciles. Ahora se reconoce al verdadero guía de vocación… ahora si que aplicará toda la experiencia adquirida en tantas salidas. Llegará a ser el pilar del grupo, el líder, desplegando recursos inagotables, dispuesta con confianza y humor a cualquier esfuerzo para cumplir su cometido –de facilitar un viaje exitoso y seguro- Para ese momento especial, ha entrenado tanto tiempo. Y, justo en el momento de mayor cansancio, cuando no da más, estará lista para la otra emergencia inesperada, adicional. Es más, su trabajo es preveerla. Eso es ser guía; conocer la tierra, la gente y uno mismo. -Rod Walker-
Posted on: Tue, 10 Sep 2013 03:54:11 +0000

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