Sé que casi nadie leerá esto; es más, si consigo que lo lea una sola persona me doy por satisfecha. Podría decir todo lo que sigue en un mensaje individual a cada uno de los que, indirectamente, aquí aparecen, pero, aunque parezca ya imposible, abogo por un futuro en el que se valoren las cosas escritas de corazón, meditadas y verdaderas; y en el que prime el contenido y no la rapidez con la que se responde a un mensaje de una linea con otro mensaje de un simple emoticono. Después de todo este rollo fanatico-filológico, me gustaría dejar claro que escribo estas palabras todavía sin creerme que lo esté haciendo. Publicar este tablón significa que se acaba una etapa, y todavía no soy consciente de que ha llegado a su fin. ¿Tan corto ha sido este año aquí? Ayer, sin ir más lejos, lo hablaba con ciertas personas, pero creo que ninguno nos dábamos cuenta de que aquella sería la última noche que pasaríamos juntos. Supongo que sí, que es cierto, y que todo termina para reaunudarse otra vez dentro de tres meses que ahora me parecen una eternidad... Así pues, quiero agradecer a cada persona el simple hecho de haber estado ahí en algún momento durante este tiempo. Aunque no aparezcáis aquí mencionados, sabéis quiénes sois. Se acaba un año lectivo lleno de risas, pinchos, complicidad, noticiones, cenas, poesía, conversaciones profundas y conversaciones tontas, promesas, abrazos, momentos aburridos, estresantes, felices, de bajón, irrepetibles... Se acaban las tardes al Sol en Anaya, los exámenes, los días de cine y de teatro. Adiós a los golpes en la puerta de mi habitación, a comer en bandeja, a dormir en una cama que antes no era mía, a levantarse pronto para desayunar, a quedarse sin tostadas. A hacer el tonto en clase (en clase y de camino a clase... A hacer el tonto a secas, mejor) a salir de un examen e irse de compras para celebrarlo, haya salido bien o mal. Se acaba el "A esta hora, en tu resi", el "¡Joooder, baja ya!", las pizzas por la noche, las bromas telefónicas, los comentarios de solteras desesperadas, el estudiar escuchándo Coldplay. Pasará un largo tiempo hasta que vuelva a oír un ¡Jodido Vickingo!, un "Qué bien hueles, a dulce", un "¡Qué pasa, rapera!"; hasta volverme a encontrar con alguno de vosotros por la Rúa y quedarme parada y gritar y que toda la gente mire y abrazaros como si no hubiera un mañana. Pongo en pausa momentos que jamás se volverán a repetir, y por eso los guardo bien dentro, porque merece la pena no olvidarlos nunca. Escribo el punto y final a un año psicológicamente menos duro que el anterior, pero no por ello menos constructivo. Un año que me ha hecho crecer incluso hasta el último momento, que me ha dejado claro qué es lo que tengo que hacer y que ha conseguido que madure como mujer y como persona; que me ha brindado la oportunidad de conocer gente maravillosa y de cerciorarme de que quiero mantener a mi lado a aquelllos que ya tenía conmigo. Le pongo un diez a estos nueve meses, que se me han pasado como si fueran tres, solo gracias a vosotros. Hasta pronto, mis chicos, en breve, más, y si es todos juntos, os aseguro que mejor. Vicky.
Posted on: Fri, 28 Jun 2013 07:51:07 +0000