UN EXTRAÑO ASALTO EN TORREÓN LA - TopicsExpress



          

UN EXTRAÑO ASALTO EN TORREÓN LA PABELLUM A 09 de Noviembre del 2013. 15:23 Serian cerca de las 15 horas de este día cuando me dirigí a uno de los restaurantes conocidos en esta ciudad, lugar que visto con frecuencia, pues me es muy agradable la arrachera marinada que ahí preparan. Llegue solo, y como siempre el mesero se acercó a atenderme y sugerirme la mesa, escogí una, fue una mesa casi en el rincón con un Angulo bastante amplio para ver a los comensales que llegaban o salían, me acomode en la silla amplia y acojinada, me ofreció el mesero la carta, misma que rechace de inmediato. Le dije: -¡No hace falta!, tráeme una arrachera marinada tres cuartos por favor, ¡ah! Y una botella de un buen tinto… Me contesto: -¿Le aprese la “Casillero del Diablo” cosecha 2006? –Me parece muy bien, esa cosecha chilena fue excelente.- Me quede pensando… Si, esa marca chilena de vinos de Viña Concha... Quizás, un día tenga presupuesto para ordenar una botella de Casillero del Diablo Reserva Privada de Wine & Spirits Cabernet Sauvignon. Al cabo de un rato, el mismo mesero me servía mi platillo en la mesa y destapaba aquella botella de tinto, merlot, con un sabor seco pero aterciopelado, exquisito, mismo que vertía en una copa apropiada para el vino en mención. Es por demás describir la delicia de la arrachera marinada, la guarnición de verduras con un toque suave de mantequilla. ¡Pero increíble¡ esa imagen casi sublime pero mundana y de ensueño, de pronto pretendió empañarse por un acontecimiento desagradable; tres hombres armados y cubiertos del rostro ingresaron al lugar. Me preguntaba. -¿Porque hoy y ahorita? - Empezaron a amagar a los comensales y a exigirles su pertenecías… A mí también el miedo me toco y recorrió mi espalda. Sin embargo continúe como si nada pasara y seguí disfrutando mi arrachera y de vez en vez, algún sorbo de ese exquisito tinto. Llegaron hasta mí dos, de los tres sujetos. Uno portaba una ametralladora corta y el otro una pistola al parecer calibre cuarenta y cinco. El primero dijo: ¿Mira este? ¿¡Esta pendejo o qué!? -¡Esto es un asalto idiota!- grito. Yo levante la mirada y sin interrumpí mi sorbo a mi tinto solo conteste: -Buenas tardes señores.- El que portaba la metralleta me dirigió sendos insultos y quiso abalanzarse sobre mí, pero el otro lo detuvo diciéndole. -déjalo, no lo toques, lo conozco, así son estos desequilibrados… y majaderamente tomo la botella de tinto y le dio zendo trago ¡ha pico libre! Para luego decirle: -Déjame con él, recoge carteras, relojes y las joyas que traigan, y no olvides las tarjetas. – Dirigiéndose a mí me dijo: -¿Eres el jardinero verdad?- La verdad no entendí el comentario que hacia asía mí. -Sí. Eres tú, “El Zurdo” de la calle octava en “la Vicente Guerrero.” Eras muy pendejo para pelear, ¿recuerdas? pero en el beis bol, casi siempre ganábamos cuando tu pichabas. -¡Dame tu cartera y el reloj! - Saque mi cartera y se la puse sobre la mesa; titubee en el reloj, pero al fin desabroche la correa y también lo coloque al lado de la cartera. -¿No me recuerdas? Me dijo. Conteste: -No, te recuerdo, y menos si no veo tu cara.- - No importa- me dijo. -Pero sabes, es lo mejor que has escrito, “Bajo los Manzanos” por eso, creo que el Maestro Saúl te llamo “El Jardinero” Luego dijo: -Me gusta tu cartera, no avía visto una que tibiera estos estampados del General Villa en la toma de Torreón. Decía eso mientras sacaba el dinero de la cartera junto con tarjetas, identificaciones y demás pertenecías. Tomo el reloj, se lo guardo en la bolsa del pantalón. Pero me dijo, mientras extendía la mano dándome la cartera bacía: -Fírmala por favor…- No atinaba yo que hacer, aquello era muy extraño, en ningún asalto vi, o he sabido de algo ¡Tan ridículo! No me quedo otra. Saque la pluma del bolsillo de mi camisa, que para variar no es mía, sino de un amigo mío que es diputado, y me la facilito para adornar una cita de trabajo a la que acudí por la mañana. Firme mi cartera con aquella pluma “Mont Blanc” Edicion, “Ommage a Frederic Chopin” se la regrese; algo más extraño sucedió, a la vez, el me regreso el dinero, tarjetas e identificaciones. Sin embargo le dije: - No sé quién eres, pero este no es el camino más sano para ganarse la vida.- Eso, fue como un insulto que lo enfureció y se abalanzó sobre mí tomándome del cuello, restregando su frente con la mía y mirándome con furia, mientras recargaba su arma en mi pecho y decía: -¿tú qué sabes pinche poeta citadino? Acción que de igual manera me enfureció e instintivamente levante la mano y lo sujete del cabello entre la máscara en la parte de la nuca. Y mirándole a los ojos le dije: -Dispara, ¡Anda! Dispara pendejo… ¡libarme el alma de este pecho humano condenada a la soledad perpetua¡ Calcínalo con esa bala. ¡Por favor! ¡Hazme ese favor este día...! No sé por qué le suplique yo eso, mientras se inundaban mis ojos y también chispeaban pero de impotencia… Me contesto: -No, no me toca a mí hacer eso… antes me daría un tiro yo mismo… ¡Yo no bien a cumplir ese encargo!- -Además, no quiero que se seque tu “Manzano Siete”.- Mi enojo bajo de igual forma que como había llegado, fui de apoco aflojando el puño de mi mano que lo sujetaba de su nuca y fui soltándolo despacio, mientras él también retiraba su pistola y la bajaba. En ese momento los otros dos sujetos pasaron junto y le decían: -Listo, vámonos ya…- Se dio vuelta y salió un poco más atrás de ellos, casi al llegar a la salida, un comensal trato de incorporarse de la mesa, pero un fuerte golpe con la cacha de la pistola le abrió una herida y cayó al piso. Al cabo de casi cinco minutos entro un grupo de policías que nos pidieron no movernos de nuestros lugares, mientras atendían al comensal herido, pasaron por cada mesa, acompañados del dueño del restáurate preguntando qué les habían robado… Al llegar a mi mesa me hicieron la pregunta y conteste: -Nada, aquí está mi dinero, mis tarjetas; yo no uso reloj.- Hice una pausa para luego continuar: -Bueno, la verdad, yo no había probado mi vino tinto, y uno de los ladrones se la termino de dos tragos.- Contesto el dueño del restaurarte: No se preocupe señor, Ahorita mismo le sirvamos otra botella. Luego de un momento, se destapo otra botella de “Casillero del Diablo” cosecha 2006. Sé que me lees, me gustaría que conservaras el reloj, se ve sencillo por ser de correa, pero es un “Tizoc de oro. Yo por mi parte, nunca he tenido suerte con la armas de fuego, casi siempre han estado del lado contrario a mí, o se rebelan contra mis manos, la primera vez que toque una, fue a los 11 años, cuando tuve que convencer a mi abuelo de que soltara aquella Pistola Parabellum, si, Parabellum, conocida como Luger 1, aquella pistola semiautomática, diseñada por Georg Luger en 1898 y producida por Alemania en el año 1900. Aquella noche, cuando tenía once años no dormí, la frase en latín que mi abuelo decía, resonaba en mi cabeza: “Si vis pacem, para bellum»”, Si quieres la paz, prepárate para la guerra. Sujetaba la pistola fuertemente mientras me decía a mí mismo que no la soltaría por nada del mundo, ni permitirá que la tomaran las manos de mi abuelo. La segunda ocasión, fue con un fusil; aunque obedecí las instrucciones; lo sujete fuerte, me posesione bien flexionando las piernas. Pero al disparar, la bala salió hacia adelante y yo hacia atrás con la clavícula casi fracturada. La tercera, fue accionando una pistola magnum treinta y ocho, mas por supervivencia que por valor, vacié dos o tres cargadores mientras corría desesperado, aquello me dejo con un chillido estridente en los oídos por cerca de diez días… Bien, salud con este tinto apál susto; y les recomiendo la arrachera marinada, de algún restaurarte de esta hermosa ciudad de Torreón. (PD. Procuren no ir cuando vaya a haber un asalto.)
Posted on: Tue, 10 Sep 2013 05:27:54 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015