Una cruz de hierro que ocupaba un lugar central en el campanario - TopicsExpress



          

Una cruz de hierro que ocupaba un lugar central en el campanario de la iglesia de São Miguel das Missões (ubicada a 120 kilómetros de San Javier) construida en el siglo 18 habría sido encontrado en Camaqua, al sur del estado. Se trata de un objeto que había sido dado por perdido por historiadores y arqueólogos. El renacer de la cruz que sería la de la iglesia de São Miguel se debe a Edison Huttner, doctor en teología y coordinador del Grupo de Investigación en Arte Sacro Jesuítico-Guaraní, de la Pontifícia Universidade Católica do Rio Grande do Sul (PUCRS). En 2010, durante una visita a su padre, que vive en la ciudad (distante a más de 600 kilómetros de la misiones), un artefacto enterrado en una cueva llamó la atención de los investigadores: era imponente, de hierro, grande y tenía un secreto - un escudo de armas y la inscripción SPHN-. Comenzó allí, una investigación que duró casi tres años. Con búsquedas que llegaron hasta en archivos secretos del Vaticano, así reconstruyó los pasos que habría seguido la cruz. “Tenía el ojo entrenado, vi que no era una cosa normal”, declaró Huttner al dirario gaúcho Zero Hora. Al darse cuenta de que la inscripción incrustada en el hierro era un símbolo del Imperio Español, la sospecha ganó cuerpo, porque tenía la misma forma de escritura que se usaba en la época en que los jesuitas y los indios vivían en la región. Fue una litografía, una imagen 1846, realizada por el investigador francés Alfred Demersay, la responsable de revelar la estética de la iglesia (construida en 1735) y también de la cruz. Sin él, probablemente no sería posible saber cómo era ese símbolo que estaba enclavado en la torre del campanario. Según el registro, la cruz estaba inclinada, probablemente debido a un rayo, su aspecto es el mismo que el del artefacto hallado en la cueva en Camaqua y que fue retirado por Huttner este año, en colaboración con el gobierno local. Para Klaus Hilbert, coordinador del laboratorio PUCRS arqueológicos, el hecho de la cruz haya permanecido sido casi 200 años sin ser descubierta es por falta de información y por el material. Mediante la medición de las proporciones de la cruz en la litografía y calcular el tamaño de las ruinas de la torre de San Miguel de las Misiones, Huttner tiene otro indicio positivo: además de la forma, tamaño – 2,24 metros de alto por 1,11 de ancho- coincidía lo registrado por Demersay. “En ese momento, me di cuenta de que todo coincidía. Las mediciones fueron similares, así como todas las otras características”, indicó Huttner. El símbolo de la fe probablemente fue montado por los indios, bajo la supervisión de los jesuitas. Como había una ruta de la yerba mate entre la región de las misiones y Camaqua, es probable que la cruz haya sido traída a la ciudad por carreteros. Fue a parar dentro de una gruta que está en el casco antiguo, bajo la inscripción “una gracia alcanzada”. Un símbolo de la fe que viajó en la imaginación de generaciones de gaúchos y, si se confirma la autenticidad, puede convertirse en Patrimonio de la Humanidad. Iphan aún no evaluó la autenticidad del artefacto Para Eduardo Hahn, quien asume el cargo de superintendente del Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (IPHAN) en lugar de Ana Meira, todavía tiene que probarse la autenticidad de la cruz por un especialista de ese órgano. “Si se demuestra, será un descubrimiento importante. La situación se analizará y decidirá si hay un lugar apropiado en Camaqua (donde la cruz ya fue registrada como patrimonio de la municipalidad). Si no es así, (la cruz) puede ir al Museo de las Misiones, por ejemplo”, explica. “Tiene todo para ser la original”, dice la técnica que realizó el análisis químico La coordinadora del Centro de Microscopía y Microanálisis de PUCRS, Berenice Anina Dedavid, analizó muestras de la cruz y las comparó con materiales encontrados alrededor del horno de reducción de San Juan el Bautista. La técnica usada fue un microanálisis por rayos X en un microscopio electrónico de barrido: “Tiene todo para ser ella. El material de la cruz es semejante a los elementos químicos de los materiales de la región. Además de hierro y carbono, otros elementos tales como el calcio y el fósforo de manganeso coinciden”, señaló. Razones para creer Seis pistas sugieren que la cruz pertenecía a la Iglesia de San Miguel de las Misiones: 1 - La última imagen de la cruz en la iglesia de San Miguel es una litografía de Alfred Demersay de 1846. La cruz que se encuentra en Camaqua tiene el mismo formato que el de la imagen. 2 - La cruz Camaqua tiene una marca del Imperio Español (la inscripción SPHN), que fue grabada en el momento en el que el hierro fue forjado. La tipografía es similar a la de la época. 3 - Hay sincronía entre los pasos de la torre de la Iglesia de San Miguel, en relación con la cruz y el orbe (la "bola" que está por debajo de las cruces de todas las iglesias). Es decir, las medidas entre las imágenes de la iglesia y las de la cruz hallada en Camaqua coinciden. 4 - La cruz encontrada tiene la estética propia de las que se ubican en campanarios, en la parte superior de las torres de la iglesia. 5 - Después de un análisis, no existe contradicción entre las muestras de hierro y acero que se encuentra en la región de las misiones y de la Cruz de Hierro Camaqua. 6 - Existió una ruta comercial, especialmente de yerba mate, entre las regiones de Camaqua y las misiones jesuíticas. Por lo tanto, uno puede creer que no se encontró la cruz en las ruinas y fue llevada a Camaqua. La ruta de las Misiones El establecimiento de las Misiones desarrolladas por los jesuitas, en la región o territorio de los guaraníes consolidó su estructuración basado en un sistema autosuficiente. Estos treinta pueblos se localizaban en los actuales territorios de Paraguay ocho pueblos-, Brasil -siete pueblos- y Argentina -quince pueblos-. Particularmente en el caso de este último, la provincia de Corrientes cuenta con cuatro ex pueblos. En los 135 años transcurridos entre 1632 y 1767, cuando ocurrió la expulsión de los jesuitas, se creó un verdadero sistema territorial, urbano y rural en el cual se organizó la vida comunal. Se construyeron templos, viviendas e infraestructura, cultivaron la tierra con yerbatales y algodonales, establecieron estancias, desarrollaron una serie de oficios en talleres y crearon un comercio a gran escala. La expulsión de los jesuitas marcó el fin del sistema misionero. Sus bienes pasaron a poder de la Corona y los pueblos, lejos del modelo original, fueron perdiendo su sentido y en gran parte, sus habitantes se dispersaron. Los inmigrantes europeos que llegaron en el siglo XIX establecieron sus pueblos superpuestos a las antiguas estructuras, sin obligación alguna de respetar los trazados originales, y los vestigios aún en pie fueron desarmados y utilizados como materia prima para las nuevas construcciones. Diferentes cronistas y viajeros destacaron y describieron las ruinas de algunas que se mantenían en pie a fines del siglo XIX, pero no fueron reconocidos ni recuperadas hasta bien avanzado el siglo XX. Un cambio sustancial se opera a partir de la década del ´80 en cada país. Entre 1984 y 2004, la UNESCO distingue como Patrimonio de la Humanidad a siete de ellas: Trinidad y Jesús en Paraguay; San Miguel en el Brasil ; y San Ignacio, Santa Ana, Santa María y Loreto en la Argentina.
Posted on: Sun, 18 Aug 2013 01:38:10 +0000

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