VIDA ABUNDANTE Y VICTORIOSA EN JESÚS Para alcanzar esa vida abundante y victoriosa en Jesús hay que dar muerte a la vieja vida. ¡Así que si usted decide seguir adelante, prepárese para morir! Si está descontento con su vida cristiana y desea experimentar la verdadera victoria, entienda que no se inicia con una celebración sino con un entierro. Pero ¡cobre animo!, porque después de la muerte viene la resurrección. Tenemos que aprender a morir a nosotros mismos para ser resucitados enteramente a una nueva dimensión de la vida cristiana victoriosa. El fuego del Espíritu Santo trae tres cosas: Pureza, Poder contra el pecado y satanás, y Pasión por Dios y las almas perdidas. ¡La santidad no es solamente amar a Dios, sino también odiar el pecado! Está escrito: “Por eso estimé rectos todos tus mandamientos sobre todas las cosas y aborrecí todo camino de mentira”. (Salmos 119:128) Cuando el bautismo del Espíritu Santo y fuego viene sobre tu vida desarrolla en ti una indignación santa contra el poder del pecado y comienzas a aborrecer todo camino de maldad. Repito, santidad no es solamente amar a Dios, es también odiar el pecado. Si tú no odias tu pecado, no vas a librarte de él. Ruego a Dios que te dé un perfecto desprecio y odio contra el pecado. Piensa en lo que dijo nuestro Señor: “Yo conozco tus obras, que ni eres frío, ni caliente. ¡Ojalá fueses frío, ó caliente! Mas porque eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. (Apoc. 3:15-16) El Señor te dice: “Desearía que fueras tan frío como un pagano, para poder salvarte una vez más, o tan caliente como un creyente que me ha entregado el 100% de su vida, pues entonces podría usarte como yo quiero hacerlo”. Pero, por cuanto eres tibio y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”. Piénsalo, ¡98% de santidad no es suficiente!, a veces permitimos que pecados aparentemente insignificantes queden sellados en nuestros corazones. Por eso, déjame hacerte esta pregunta: ¿Qué porcentaje de de maldad piensas que ÉL nos permitirá llevar con nosotros cuando llegue el día del Señor? Porque nadie se levanta por la mañana a preparar una taza de café, le echa una gota de veneno, lo revuelve y se lo toma. Pero mucha gente en la iglesia permite gotas de veneno en sus mentes y sus corazones, y esta pequeña dosis diaria de pecado los está destruyendo. Nadie compraría una botella de agua mineral cuya etiqueta dijera: “98% de Agua Mineral Pura y 2% de Agua Sucia”. Sin embargo, muchos cristianos han permitidos que las aguas sucias espirituales se infiltren en sus vidas. Muchos piensan, ¿por qué pierdo tan rápidamente la fortaleza del Señor? ¿será porque soy un fracasado, o quizás porque no tengo la preparación o la educación que se necesita?. Hermano, cuando hay pecado en nuestros corazones, aunque sea solo un 1% puede llegar a destruir cada gramo de devoción en nuestras vidas. Todos debemos crecer a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo y nada menos (Vea Efesios 4:13). Dile: “Jesús, yo quiero ser como tú”. Mi oración es que recibas la fe necesaria para creer que puedes ser como Jesús; algunos dicen: ¿cómo puedes decir eso? Pero Jesús nos llama a que lo imitemos, a que caminemos como Él caminó. Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto. (Mateo 5:48) SED, pues, imitadores de Dios como hijos amados. (Efesios 5:1) Porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. (1 Pedro 1:16) Él superó la tentación para que nosotros podamos superar la tentación. Seremos tentados mientras estemos en este lado del cielo, pero el poder del Espíritu Santo nos ayudara a caminar en gloria y en victoria. El patrón de la carnalidad es lucha-derrota, lucha-derrota. ¡Pero el patrón de la vida en el Espíritu es lucha-victoria, lucha-victoria! Hemos visto que mucha gente está ansiosa por “entrar en el ministerio” y encontrar su función en el cuerpo de Cristo. Muchos Gedeones se animan a conducir a las tropas y derrotar al enemigo. No hay nada malo en eso, pero debemos mirar la primera parte de esa historia tanto como su conclusión. La primera acción de Gedeón contra los madianitas fue destruir los ídolos de Baal. El enemigo llamaba a Gedeón por el nombre de “Jerub-Baal”, que significa: ‘deja que Baal contienda con él’. Le decían así porque él había destrozado todos los ídolos de Baal en una sola noche. (Vea Jueces 6:32). Es importante destruir nuestros propios ídolos antes de emprender otras batallas espirituales. Debemos purificarnos a nosotros mismos y a nuestro entorno, antes de intentar ganar el mundo o realizar grandes logros para Cristo. Si usted no está buscando el fuego de la Santidad, usted está en un camino diferente al que estableció Jesús. Pero ¿Qué es el fuego de Dios? Se preguntará. Es el toque transformador de Dios, que le hace a uno odiar el pecado con vigor renovado y en fe nos hace perseguir apasionadamente la Santidad. El resultado es un amor por Dios que consume, combinado con un deseo ardiente de ver que las almas perdidas lleguen a Cristo, alcanzando una vida abundante y victoriosa en Jesús. Amén. Es triste ver a alguien que era en el pasado una persona íntegra, que caminaba en las bendiciones y la aprobación de Dios, y ahora ha caído en un estilo de vida pecaminoso y carente de arrepentimiento. La integridad es el pegamento que nos mantiene dentro de los caminos de Dios, sin ella, nos arriesgamos a perderlo todo. El apóstol dice: ¿Tantas cosas habéis padecido en vano? si es que realmente fue en vano. (Galatas 3:4) Pero nosotros no hemos corrido en vano si mantenemos integridad y estamos vivos y fulgurantes en el Espíritu. Amén.
Posted on: Thu, 04 Jul 2013 23:47:13 +0000
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