Entre los gatos de los niños cubanos, Vinagrito es el más cantado. Uno casi lo ve sentado en la ventana, porque no sabe subir al tejado, mirando la luna salir. Parece de algodón ese gato de todos los niños, que lo conocen bien y saben que le gusta las sardinas y que es amigo del ratón. Ese gato que un día, nos trajo a todos TERESITA FERNÁNDEZ, metido en un cartucho. Nació en Santa Clara, donde se hizo maestra, pero en 1959 emigró a La Habana, donde se hizo Doctora en Pedagogía, y esa vocación suya la volcó en la música. ¿Puede acaso un libro de biología describir de mejor manera la estética y la forma de vida del zunzún que su canción El Zunzuncito? Ayer se nos fue Teresita, pero se nos quedó Vinagrito, Zafirito el pez, la tía Jutía y desde luego el sonido de la lluvia, el Tin Tin “la lluvia cayó”, se nos queda el romance de Pitusa y Eusebio, ese amor de “muchísimo te quiero yo” Te quedas tú, en tu más honda ternura, Teresa Fernández, porque nos enseñaste a ponerle un poco de amor a las cosas que son feas, para que la tristeza cambiase de color. Como Alita de cucaracha llevada hasta el hormiguero, que así en tu muerte te lleven al cementerio.
Posted on: Tue, 12 Nov 2013 10:16:15 +0000
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