Esté preparada; Satanás tratará de traer a su mente las viejas - TopicsExpress



          

Esté preparada; Satanás tratará de traer a su mente las viejas transgresiones aún después de que las ha perdonado. Cuando él lo haga, usted debe perdonar de nuevo. Muchas mujeres cuyos esposos les han sido infieles, aún después de que sus esposos han regresado al hogar, han experimentado esas “imágenes en la mente de recuerdos,” Sólo una mujer con un corazón que es suave y apacible puede perdonar a su esposo. Sin embargo, muchas mujeres han sido engañadas y no perdonan a sus esposos porque ellas no entienden completamente las graves consecuencias de su falta de perdón. Busquemos en las Escrituras para ver lo que Dios dice acerca de perdonar a otros. Aquí están algunas preguntas que nos podemos hacer: Pregunta. ¿POR QUÉ DEBO PERDONAR A MI ESPOSO Y A LOS OTROS INVOLUCRADOS? Cristo también le ha perdonado a usted. Perdonamos porque Dios nos perdonó. “Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo” Efesios 4:32. LA PRECIOSA SANGRE DEL PACTO. Jesús derramó Su sangre por el perdón de los pecados—¡aún el perdón del pecado de los esposos! “De hecho, la ley exige que casi todo sea purifi cado con sangre, pues sin derramamiento de sangre no hay perdón” Hebreos 9:22. “Esto es mi sangre del pacto, que es derramada por muchos para el perdón de pecados” Mateo 26:28. Reafirme su amor por Él Para aminorar las penas de los ofensores, “más bien debieran perdonarlo y consolarlo para que no sea consumido por la excesiva tristeza. Por eso les ruego que reafi rmen su amor hacia él” 2 Corintios 2:7–8. No deje que Satanás tome ninguna ventaja. Satanás puede usar nuestra falta de perdón contra usted para tomar ventaja. “A quien ustedes perdonen, yo también lo perdono. De hecho, si había algo que perdonar, lo he perdonado por consideración a ustedes en presencia de Cristo, para que Satanás no se aproveche de nosotros, pues no ignoramos sus artimañas” 2 Corintios 2:10–11. Nuestro Padre no le perdonará a usted sus transgresiones. Dios dijo que Él no nos perdonará si nosotros no perdonamos a otros. “Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial. Pero si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las suyas” Mateo 6:14–15. “Así también mi Padre celestial los tratará a ustedes, a menos que cada uno perdona de corazón a su hermano” Mateo 18:35. Pregunta. PERO, ¿NO DEBE ESTAR ARREPENTIDO EL OFENSOR PARA QUE YO LO PERDONE? PADRE, PERDÓNALOS. Aquellos que crucifi caron a Jesús nunca pidieron perdón; ni siquiera se arrepintieron por lo que estaban haciendo o por lo que habían hecho. Si somos cristianos, somos seguidores de Cristo; por lo tanto debemos seguir su ejemplo. “Padre–dijo Jesús–, perdónalos, porque no saben lo que hacen” Lucas 23:34. Cuando estaban apedreando a Estaban, él clamó justo antes de que muriera: “¡Señor, no les tomes en cuenta este pecado!” Hechos 7:60. ¿Podría usted hacer menos de lo que él hizo? Pregunta. PERO, ¿CUÁN A MENUDO ESPERA DIOS QUE YO PERDONE? Setenta veces siete. Muchas mujeres exclaman, “¡Pero mi esposo me ha hecho esto antes, a lo largo de todo nuestro matrimonio!” Cuando Pedro le preguntó cuán a menudo él debía de perdonar, Jesús le dijo: “No te digo que hasta siete veces, sino hasta setenta y siete veces” Mateo. 18:22. ¡Eso es 490 veces la misma ofensa! No lo recuerde. ¿El perdonar realmente signifi ca que yo olvido el pecado, aún en una discusión, aún en el divorcio? “Yo les perdonaré su iniquidad, y nunca más me acordaré de sus pecados” Jeremías 31:34. “Tan lejos de nosotros echó nuestras transgresiones como lejos del oriente está el occidente” Salmo 103:12. “No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; más bien, bendigan, porque para esto fueron llamados, para heredar una bendición” 1 Pedro 3:9. Esté preparada; Satanás tratará de traer a su mente las viejas transgresiones aún después de que las ha perdonado. Cuando él lo haga, usted debe perdonar de nuevo. Muchas mujeres cuyos esposos les han sido infieles, aún después de que sus esposos han regresado al hogar, han experimentado esas “imágenes en la mente de recuerdos,” casi como traumas de guerras “espirituales” Ellas dicen que tienen que perdonar continuamente, algunas veces diariamente. Pregunta. ¿CÓMO ES POSIBLE QUE YO PERDONE COMO DIOS ME HA PEDIDO EN SU PALABRA QUE LO HAGA? Solamente Dios. Sólo Dios puede ayudarle a hacerlo. Usted se debe humillar a sí misma y pedirle que le dé la gracia. “¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?” Marcos 2:7. Dios da gracia a los humildes ¿Cómo obtengo la gracia que necesito? “Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes. Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo” 1 Pedro 5:5–6. Humillen sus corazones. ¿Cómo puedo ganar humildad? “Por haberse rebelado contra las palabras de Dios, por menospreciar los designios del Altísimo. Los sometió a trabajos forzados; tropezaban, y no había quien los ayudara. En su angustia clamaron al Señor, y él los salvó de su afl icción” Salmo 107:11–13. “Cuando ellos enfermaban, yo me vestía de luto, me afl igía y ayunaba. ¡Ay, si pudiera retractarme de mis oraciones!” Salmo 35:13. Algunas veces puede ser a través de la enfermedad como Él le calla y humilla a usted. No lo combata—es Dios trabajando. Primero reconcíliate con tu hermano. ¿Cuándo necesito perdonar a aquellos que me han lastimado? ¿No debería yo tener convicción acerca de esto primero? “Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar. Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda” Mateo 5:23–24. Si usted no ha perdonado a alguien, especialmente a su esposo, usted necesita perdir perdón. Amargura. El no perdonar a alguien causa amargura. La defi - nición de amargura es “¡veneno!” “Abandonen toda amargura, ira y enojo… ” Efesios 4:31. El no perdonar a alguien le está devorando a usted, ¡no a la otra persona! “Cada corazón conoce sus propias amarguras…” Proverbios 14:10. “Ya que él conoce los más íntimos secretos” Salmo 44:21. Un hermano ofendido. Asegúrese de que usted siga las directrices de la Escritura. He escuchado a muchos que han dicho que las cosas en realidad salieron peor cuando ellos pidieron perdón o que no sirvió para nada. Puedo hablar por experiencia propia. En ocasiones, cuando he pedido el perdón de otros, lo he articulado de la manera incorrecta y he ofendido más a la otra persona. “Más resiste el hermano ofendido que una ciudad amurallada” Proverbios 18:19. Buscando el favor humano. Tenga presente que usted puede engañar a su esposo, pero Dios sabe los motivos de su corazón. “Pero yo (Dios) me fi jo en el corazón” 1 Samuel 16:7. “…Con integridad de corazón, como a Cristo. No lo hagan sólo cuando los estén mirando, como los que quieren ganarse el favor humano, sino como esclavos de Cristo, haciendo de todo corazón la voluntad de Dios” Efesios 6:5–6. Cada palabra ociosa. ¡Prepare cada palabra que dirá! Cada palabra que usted diga debe ser cuidadosamente escogida. “Al necio no le complace el discernimiento; tan sólo hace alarde de su propia opinión” Proverbios 18:2. “Pero yo les digo que en el día del juicio todos tendrán que dar cuenta de toda palabra ociosa que hayan pronunciado” Mateo 12:36. Intente escribir lo que va a decir. Luego lea lo que escribió en voz alta, poniéndose en los zapatos de la otra persona, y escuchándolo desde el punto de vista de esta persona. ¿Sonaba acusador? Pídale a Dios que le dé las palabras correctas en su boca y que habla a través de usted. Muchas palabras “El que mucho habla, mucho yerra; el que es sabio refrena su lengua” Proverbios 10:19. Sólo diga que usted hizo; no llene el ambiente con algo como, “Cuando usted hizo tan o tal, entonces yo… ”. Él no amenazaba. Si la otra persona comienza a lanzar golpes a diestra y siniestra, no abra su boca para otra cosa que no sea el estar de acuerdo. “Cuando proferían insultos contra él, no replicaba con insultos; cuando padecía, no amenazaba, sino que se entregaba a aquel que juzga con justicia” 1 Pedro 2:23. Cada palabra ociosa. El hijo pródigo preparó sus palabras después de su decisión de regresar a su hogar: “Tengo que volver a mi padre y decirle: Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco que se me llame tu hijo; trátame como si fuera uno de tus jornaleros” Lucas 15:18–19. ¡Asegúrese de que sus palabras sean suaves y amables TODAS LAS VECES que usted tenga la oportunidad de ver a su esposo! Recuerde, “los labios convincentes promueven el saber” Proverbios 16:21. Y, “Panal de miel son las palabras amables: endulzan la vida y dan salud al cuerpo” Proverbios 16:24
Posted on: Sat, 22 Jun 2013 03:57:41 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015