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Capital Legal Menos impuestos, más donaciones Jueves, 13 junio, 2013 Por: Revista Capital • • Una serie de incentivos fiscales para quienes aporten al financiamiento de la cultura contiene la recién promulgada ley de donaciones. Además, permite que todos puedan apoyar con pequeños montos distintas artes o la conservación del patrimonio. Por Fernando Vega A contar de 2014, cualquier ciudadano podrá apadrinar una obra de teatro, una película, una exposición de arte o hasta la restauración de una iglesia, descontando impuestos. Se trata de uno de los pilares de la nueva Ley de Donaciones Culturales, promulgada a fines de mayo y que entrará en vigor el 1 de enero próximo. La norma amplía la cantidad de donantes y beneficiarios con fines culturales, sumando a las personas naturales (empleados o trabajadores independientes) y extranjeros, como también a empresas que no tengan utilidades. Antes, sólo podían acogerse a esta exención tributaria las compañías que generaban ganancias, las que, por lo general, eran las más grandes del país. La nueva ley, destacan en el mundo del arte, constituye uno de los beneficios tributarios más generosos para el apoyo a la cultura promulgado en Chile y actualmente el Ministerio del ramo, junto al SII elaboran el reglamento que definirá la forma en que el dinero privado podrá fluir hacia la industria creativa. Por lo pronto, ya está claro que habrá una plataforma digital a través de la cual gestores, artistas y donantes podrán encontrarse de tal manera, “que sea expedita e informada la decisión de quienes quieran donar”, explicita el titular de Cultura, Luciano Cruz-Coke. A través de este medio, los creadores podrán exponer sus necesidades de recursos y a su vez los donantes pueden elegir a quiénes, cómo y cuánto aportar. Miles de mecenas Según el secretario de Estado, más que un aumento exponencial en la cantidad de donaciones culturales, lo que se espera es un incremento en “la cantidad de personas que se transformen en donantes culturales, teniendo en consideración que cuando entre en vigencia la nueva ley, cualquier persona natural o jurídica, sin distingo alguno, puede donar incluso pequeñas cantidades, emulando el modelo anglosajón del crowdfunding”, dice. Desde enero, cada persona podrá donar 10 mil pesos –o menos– a un proyecto artístico y descontar esa plata de sus impuestos. Y como Chile se encuentra entre los países de habla hispana con más usuarios en las redes sociales, se prevé que el país termine convirtiéndose en uno de los mercados de “minimecenazgo” más activos del mundo. ¿Se imagina los avisos en Facebook, Twitter o la red social de moda pidiendo aportes para un disco, una película o salvar una casa patrimonial? Pero, como en todo, aquí también habrá límites. Al monto y al beneficio. En el caso de las personas, la suma de las donaciones efectuadas durante el año no podrá ser mayor al 5% de la renta líquida imponible, ni el beneficio tributario superar las 20.000 UTM (unos 800 millones de pesos). Sin embargo, la ley autoriza a optar por un segundo límite: “El 1,6 por mil, vale decir, 0,16% del capital propio tributario, en cuyo caso, podrán acogerse a los beneficios de la ley las empresas que registren pérdida tributaria”, explica Víctor Fenner, abogado de Consultoría Tributaria de Ernst & Young. Colecciones por impuestos Otra novedad de la ley es que incorpora a la herencia. Por primera vez en Chile los legatarios podrán donar, tanto en especies como en dinero, con cargo al impuesto a la herencia. La idea es privilegiar el cuidado de las colecciones. Fue lo que hizo el Estado francés tras la muerte de Picasso: sus herederos rebajaron tributos a cambio de obras del genio, las que después sirvieron de base para el Museo Nacional Picasso de París. Como explica el coordinador legislativo del Ministerio de Cultura, Juan Carlos Silva, “este incentivo tributario constituye un esfuerzo por mantener íntegras las colecciones evitando que se desarmen y, por otra parte, significa sacrificar ingresos fiscales en beneficio del desarrollo de proyectos culturales”. Ahí el crédito puede alcanzar hasta el 50% del impuesto a la herencia que correspondería a cada asignatario, de no mediar la donación. El director del centro de familias empresarias y empresas familiares de la Universidad del Desarrollo, Gonzalo Jiménez, destaca ese punto y sostiene que “sería esperable que las empresas y los familyoffices se sientan más atraídos a donar, además porque va a ser un atractivo para las nuevas generaciones que se interesan por miradas de largo plazo en la inversión social”. Patrimonio La norma, además, permite donar para conservación de zonas típicas, zonas de conservación y hasta monumentos nacionales, ayudando a suplir la endémica falta de recursos estatales para preservar el patrimonio nacional. Hoy tener a cargo un bien patrimonial es casi un drama para sus propietarios, ya que su mantención es de responsabilidad exclusiva de éstos. Con la nueva ley, los dueños del inmueble podrán descontar de impuestos lo que gastaron en arreglos y conservación. Lo mismo corre para los edificios municipales, de universidades o institutos profesionales, museos, etc. Se abre, además, la posibilidad de que pequeñas organizaciones de zonas típicas puedan postular a fondos para crear o mejorar sus instalaciones. Venta libre y política cultural La nueva ley permitirá comercializar las obras o cobrar entradas si se trata de una película o un concierto, pero dejando siempre un porcentaje de gratuidad. Se exige, eso sí, una retribución a la comunidad que no podrá ser menor al 30% de los bienes, servicios o beneficios generados por el proyecto. Tratándose de libros, se deberá destinar un porcentaje a bibliotecas y escuelas públicas o a entidades sin fines de lucro. Por otra parte, la nueva ley contempla más plazos de ejecución de los proyectos, que pasan de dos a tres años desde la aprobación de una propuesta y se añaden hasta 12 meses más para que el creador pueda conseguir financiamiento. Además, el Comité Calificador de Donaciones –que determina qué y quiénes podrán recibir las platas–, se mantiene, pero sumará cuatro miembros más: el ministro de Hacienda, dos representantes de organizaciones culturales y un Premio Nacional de Artes o Literatura. “Se incorporan representantes del sector artístico, con el objetivo de contrarrestar ciertas críticas que en otros países ha tenido el modelo de donaciones culturales, por entregar únicamente a los privados la elección del tipo de proyectos culturales que se quieren propiciar. En este caso, la incorporación de representantes como premios nacionales o artistas es una garantía en favor de la calidad de los proyectos culturales que el Comité deberá aprobar”, puntualiza Cruz-Coke. •••
Posted on: Thu, 20 Jun 2013 13:27:07 +0000

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