El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. Mateo 20:28. Escogeos hoy a quién sirváis… pero yo y mi casa serviremos al Señor. Josué 24:15. ¿A qué Dios quiere servir? En el primer versículo de hoy, Jesucristo, el Hijo de Dios, habla a sus discípulos. El Dios que creó los cielos y la tierra, cuyo poder y existencia eterna sobrepasan nuestro entendimiento, se da a conocer a nosotros en la persona de ese Hombre que vino, no para ser servido, sino para servir. El Hijo de Dios apareció como un hombre humilde y bueno; y se humilló para servir a su criatura, que se había alejado de Dios y estaba sumida en el pecado. Jesucristo dejó su cielo por una tierra en donde iba a ser despreciado, maltratado y crucificado. Porque nos ama y quiere que nos reconciliemos con Dios, tomó sobre sí la carga de nuestros pecados y sufrió el castigo en nuestro lugar. En Jesucristo, Dios se acercó a nosotros. No es un Dios inaccesible que exige de su criatura esfuerzos para ir a él. Es el Dios de amor que se humilló, que sirvió y se sacrificó para llevar a él seres indignos, como somos nosotros. ¿A qué Dios quiere servir? En nuestra sociedad, jefes exigentes atraen a hombres y mujeres alimentando sus codicias, y los conducen a la esclavitud. Nuestro Dios da gratuitamente. Lo demostró dando a Jesús, su Hijo unigénito, nuestro Salvador. “Temed al Señor y servidle de verdad con todo vuestro corazón, pues considerad cuán grandes cosas ha hecho por vosotros” (1° Samuel 12:24).
Posted on: Thu, 22 Aug 2013 23:11:56 +0000
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