En una escalada veloz, el fuego ardió hasta consumirlo todo. Sus - TopicsExpress



          

En una escalada veloz, el fuego ardió hasta consumirlo todo. Sus llamas de naranja incandescente devoraron la madera y derretían el metal. El cuerpo recostado sobre una tabla se consumió en algunas horas y las cenizas fueron recogidas por los magos. Lo que una vez fue carne y calcio, pelaje y pupilas, mutó en el gris y liviano polvo. Su alma se desprendió con la levedad de lo inmaterial. Una tenue luz que solo los místicos podían ver flotó en el aire como contemplándolo todo. Se transportó a su propio universo en el sereno mundo la totalidad y se reintegró a su máxima expresión de vida unida a todas las almas, conformando una sola, inmensa y vigilante. Alrededor quedamos los que pisamos la tierra, pesados y sometidos al transcurrir del tiempo. Aquí estamos los que penamos y gozamos. Arde el fuego aún y por siempre se renueva a sí mismo tajeando el aire con su voluntad ascendente. Y nuestro cuerpo conformado de tierra y agua recibe la bendición del calor y la frescura de lo inmaterial. Estar vivo. Morir y renacer. Contemplar y transcurrir en un vacío relleno de materia fantasmal. El éxtasis de la experiencia en la explosión de la vida y la tierna oscuridad que nos abraza y nos cobija. Una vez más el fuego tomó fuerza y crepitó tan fuerte que los brujos oyeron palabras. Dijo el fuego: "Aquí estoy para renovarlo todo, Observen como me elevo y floto y desaparezco. No pregunten a donde fui porque siempre estoy aquí. Ni antes ni después, vivo o no vivo para los ojos según sea invocado u olvidado. El magma de toda la creación es un germen, polvo de estrellas lejanas, pulsos de luz en un universo de hielo silencioso." Cuando el humo cesó y el calor aún manaba de las tablas calientes, se retiraron las cenizas y fueron guardadas en un cofre de fresno. Viajó la creatura felina hacia los campos de la inmensidad. Allí, en el vacío aparente en el que los ojos nada ven, se prolonga la existencia de todos los seres. La energía primordial en la que el ciclo de todas las cosas y de todos los seres son sometidos a la voluntad de su propio ímpetu vital. El que quiere vida encontrará efervescencia y quien busque la soledad de la noche hallará un espacio apenas iluminado con los faroles de la oscuridad. Los magos entonaron un salmo, levantaron sus brazo y su túnicas parecían hechas de mallas de platino. Cantaron hasta que ya nadie quedó para oír. Cantaron hasta que el alma del gato tocó las estrellas. PINA SHENKER, 2013 "RITOS SAGRADOS DE LA COECIA ORIENTAL" (Ed. Flynn & Dart)
Posted on: Tue, 04 Jun 2013 21:19:28 +0000

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