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Buscar « Volver Desmitificador El mito del aterrizaje lunar Por Alberto RojoLunes 29 de julio del 2013 16:04 El sábado 20 se cumplió un nuevo aniversario de la llegada a la Luna, aquel icónico paso pequeño para el hombre pero enorme para la humanidad. ¿Fue realmente así? ¿Llegó el hombre a la Luna aquel 20 de julio de 1969, o fue una puesta en escena de la NASA, orquestada para adelantarse a la Unión Soviética en la carrera espacial? Así lo sostiene uno de los mitos conspirativos más disparatados de las últimos cuatro décadas, amplificado hoy por sitios de internet y programas de TV, al punto que el 20% de los norteamericanos lo creen. Según los conspirativos, las principales anomalías son las imágenes. Por ejemplo, les resulta poco creíble que las sombras que aparecen en varias fotos no son paralelas, y sugieren que esto se debe a múltiples fuentes de luz, tal como ocurre en un estudio de filmación. Sin embargo, las sombras en una foto pueden no ser (o parecer) paralelas por al menos dos motivos: cuestiones de perspectiva (cuando los objetos están lejos uno de otro) o irregularidades del terreno. Para ilustrar el segundo punto les muestro una foto que saqué, con luz del sol, usando un plato de cumpleaños y tres clavos verticales. La sombra del clavo que está en la parte curva no es paralela a la de los otros dos clavos. Otra objeción es la foto de la bandera norteamericana plantada por Neil Armstrong y Buzz Aldrin, que aparece como flameando, cuando en realidad, como en la Luna no hay atmósfera, no hay viento que pueda hacerla flamear. Pero justamente al no haber atmósfera, no hay aire que la frene y puede entonces oscilar un poco más que lo que oscilaría en la Tierra antes de detenerse. Este efecto (y otros más) fue tratado en el episodio que Mythbusters dedicó al tema. Por otro lado (y esta es para mí la explicación) la bandera desplegada preservó las arrugas que tenía cuando le embalaron, y esos pliegues aparecen como flameos en la foto. Una de las pruebas verificables del aterrizaje lunar (o alunizaje para los puristas) involucra unos retroreflectores que los astronautas dejaron en la luna, una especie de ojo de gato que reflejan la luz en la misma dirección de incidencia. En el fondo son grupos de tres espejos a 90 grados (como el techo y dos paredes de una habitación) y para entender el principio geométrico de su funcionamiento, tiren una pelota de tenis a la esquina de una habitación y van a ver que siempre vuelve a la mano. Lo ilustro con dos paredes, en una versión simplificada. Los reflectores que los astronautas dejaron en la Luna permiten que una señal luminosa muy intensa, mandada desde la Tierra y dirigida en la dirección correcta, se refleje y regrese al punto de partida en 2,56 segundos. El experimento se hizo (y se sigue haciendo) muchas veces, y las mediciones precisas del tiempo que la luz tarda en ir y volver permiten concluir, por ejemplo, que la Luna es está alejando de la Tierra a unos 3,8 centímetros por año. Otra evidencia son las imágenes de alta definición tomadas por el Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) donde pueden verse las marcas del rover en el piso lunar Y ni hablar del hecho de que armar una conspiración de este tipo sería casi imposible debido al tamaño y la complejidad. Se tendrían que haber puesto de acuerdo las más de 400 mil personas que trabajaron en el proyecto Apolo durante casi diez años, los 12 astronautas que caminaron en la Luna, y los seis que quedaron en los módulos de comando. Armar una conspiración así es más difícil que llegar a la Luna. Todas las objeciones técnicas a la llegada a la Luna son refutables. Pero no suele ser suficiente para disuadir a los incrédulos. El rechazo a la evidencia contraria es un sello del pensamiento conspirativo y eso los hace inmune a las refutaciones, del mismo modo que sería difícil refutar el argumento creacionista según el cual Dios creó el mundo hace unos pocos miles de años, y enterró los fósiles para engañar a los geólogos. *** Entrada escrita con la colaboración de Susana Pedrosa, investigadora en temas de astrofísica. « Anterior Siguiente » Alberto Rojo Alberto Rojo Doctor en física del Instituto Balseiro. Investigador y profesor en Oakland University (EE.UU.). Guitarrista y compositor. Autor del libro La Física en La Vida Cotidiana. Creador y conductor del programa Artistas de La Ciencia, emitido en Canal Encuentro. Recibí las actualizaciones del blog: RSS RSS Categorías Astronomía Azar Estadísticas Física rachas Sicología evolutiva Sin categoría Entradas recientes
Posted on: Mon, 29 Jul 2013 18:15:41 +0000

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